Al menos 460 personas, entre pacientes y acompañantes, han sido asesinadas en un ataque contra el Hospital Materno Saudí de El Fasher, en Darfur del Norte (Sudán), según denunció este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS). La ciudad está bajo el control de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) desde el pasado fin de semana.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se mostró “horrorizado y profundamente conmocionado” por la masacre, que se suma a una larga lista de ataques contra la red sanitaria sudanesa. Desde el inicio del conflicto entre el Ejército sudanés y las RSF, hace más de dos años, la agencia ha verificado 185 ofensivas contra hospitales y centros médicos, con más de 1.200 muertos y 416 heridos. Tedros reclamó el “fin inmediato e incondicional” de estos ataques y recordó que el derecho internacional humanitario protege a pacientes y sanitarios.
Imágenes de satélite y vídeos difundidos en redes muestran supuestos cadáveres amontonados y milicianos disparando contra civiles desarmados. Naciones Unidas alerta de que hay indicios de motivaciones étnicas y de una violencia sexual generalizada contra mujeres y niñas.
El Gobierno sudanés confirmó la caída de la ciudad en manos de los paramilitares tras más de 500 días de asedio, en los que murieron unas 2.000 personas y más de 200.000 quedaron atrapadas. Naciones Unidas calcula que 26.000 civiles han huido en los últimos días. Desde ACNUR, su portavoz Jacqueline Wilma Parlevliet alertó de que los civiles “tratan de huir del terror” entre saqueos, detenciones arbitrarias y abusos sexuales. La agencia insistió en que los civiles nunca deben ser un objetivo y exigió un acceso humanitario seguro.
El Gobierno español condenó las violaciones de derechos humanos y pidió corredores humanitarios para evacuar la ciudad. La comunidad internacional teme que la caída de El Fasher suponga una nueva escalada en la peor crisis humanitaria del mundo, con más de 12 millones de desplazados y 30 millones de personas necesitadas de ayuda urgente.