El Centro de Estudios Históricos Andaluces (CEHA) se suma a la petición para que el Palacio Pemartín, actual sede del Centro Andaluz de Flamenco y desde 1988 de la Fundación Andaluza de Flamenco, no sean trasladados al Zoco de Artesanía, como recientemente se ha anunciado por parte del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. El CEHA se une así a la preocupación mostrada por otros colectivos y personalidades, dado que, como se ha apuntado, en su día fue restaurado por dicha Fundación e inaugurado 1988 con dicha finalidad exclusiva. Un inmueble que en 1993 es puesto en marcha el inmueble para la creación del CAF como centro documental, cuestión —se insiste— que viene recogido en el propio BOJA —solamente— como servicio patrimonial del flamenco y en el Palacio Pemartín.
Precisamente ahora, subraya este colectivo, es curioso que aún sin conocer el proyecto final de Museo del Flamenco, según palabras de la alcaldesa, se nos quiera hacer creer que lo que se pretende hacer es una ampliación del CAF. En realidad, cree el CEHA, está en juego la propia definición del CAF y la propia sustancia de un museo que se disfraza con contenidos de Lola Flores.
Esta inquietud viene siendo reiterada hace tiempo tanto por parte de entidades sociales y partidos de la ciudad, así como por expertos en flamenco como Suárez Japón, la propia Cátedra de Flamencología, historiadores del arte como Juan Luis Sánchez Villanueva… Es más, en torno a dicho traslado, ha apuntado el portavoz del CEHA, existen demasiadas incógnitas urbanísticas que no han sido explicadas y está en juego la conservación de un valioso patrimonio único en la materia. No es concebible que se haga peligrar esta riqueza en una infraestructura llena de humedad y termitas y, que detrás de la operación se escondan oscuros pelotazos privatizadores que den por tierra anteriores e importantes inversiones en materia de rehabilitación que pasen a beneficiar intereses privados.
Como recuerda la portavoz del CEHA, en la gestación y desarrollo a finales de la década de los 80 en la que participaron Ayuntamiento de Jerez, Diputación de Cádiz, Junta y Caja de Ahorros en sus aspectos financieros y administrativos, se aportaron un alto grado de profesionalidad y de ilusión, así como cuantiosos medios materiales y humanos, tanto para rehabilitar el entonces ruinoso palacio Pemartín, como para configurar una plantilla cualificada que presta un servicio público custodiando un legado material singular.
El CEHA recuerda que una vez creado, el centro vive años de espléndida actividad, lo cual ha aumentado la repercusión nacional e internacional del arte flamenco, hoy reconocido como patrimonio inmaterial de la humanidad. En este sentido, el colectivo socio cultural andaluz sospecha que tras el Museo y los cambios de inmueble anunciados lo que se oculta es una utilización de los fondos del CAF para dotar de contenido a dicho centro expositivo. Lo que en realidad es -señala de Bock- una devaluación del propio CAF y una reconversión de su patrimonio.
En 1993, por razones económicas, fue la Junta quien se hizo cargo de la Fundación y constituyó un centro público andaluz el cual, al igual que otros centros culturales establecidos en otros edificios emblemáticos representó una seria y costosa rehabilitación de los mismos. En el caso que nos ocupa, esta cesión como recoge el BOJA, se llevó a cabo con dos condiciones: la permanencia del CAF tanto en la ciudad de Jerez como en el Palacio Pemartín. Por último, el CEHA a través de su portavoz invita a colectivos, peñas, agentes sociales y opinión pública en general a posicionarse sobre un tema del que asegura será bandera de preocupación en los próximo años en Jerez.
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