Segregación social en Jerez y Distrito Único de Escolarización

Carta firmada por Isabel Almagro, José Ignacio García y Federico Miguel

Alumnos de un colegio andaluz. FOTO: MANU GARCÍA
Alumnos de un colegio andaluz. FOTO: MANU GARCÍA

Desde mediados del siglo XX, Jerez de la Frontera ha conocido una importante expansión en la que la segregación social urbana, es decir la existencia de una estructuración zonal que refleja la capacidad de renta de sus habitantes, ha sido un elemento esencial.

El ordenamiento urbano, desde el pionero Plan de Ensanche de 1940, hasta los PGOUs de 1959 y 1969, resultado de la vigencia de la ley del suelo de 1956, no sólo no combatieron este efecto, si no que lo promovieron y propiciaron.

Los ayuntamientos democráticos, a partir de 1979, intentaron corregir algunos de estos desaguisados, uniendo la ciudad “a saltos”, constituida por barrios dispersos e inconexos, y dotando de equipamientos de todo tipo al conjunto de los sectores.

Sin embargo, el “boom del ladrillo” de finales de los años 90 y comienzos del siglo XXI, con su expansión urbana, y la demoledora crisis posterior, que aún estamos pagando, consolidó el deterioro económico, arquitectónico y social de algunas zonas, agravando las diferencias y las distancias.

Cualquier política municipal que se quiera plantear hoy en nuestra ciudad, debe orientarse, lo pensamos nosotros, pero lo dice también la Constitución española, a corregir estos desequilibrios. A la búsqueda de una equidad y una inclusión, que se refleje en nuestro espacio urbano.

La escuela, la Escuela Pública, ese lugar, como en el cuento de Edmundo de Amicis, donde el hijo del carbonero y el del alcalde comparten pupitre, tenía como misión ser un elemento de inclusión e igualación. Es, o debía ser el ascensor social que nos convirtiera en una sociedad libre. Una sociedad libre y abierta es aquella en la que el origen de los padres no determine el futuro de los hijos. Pues bien, la realidad es otra. En la España de hoy, las posibilidades de remontar de clase social son las mismas que durante la industrialización de los sesenta.

Existe consenso entre todos los estudiosos del tema: la segregación social es la principal causa del fracaso educativo. Empobrece la calidad de la experiencia formativa , aumenta el abandono escolar, incide en la socialización del individuo, es fuente de frustración juvenil, crea etiquetas sociales. Aspectos todos ellos fáciles de reconocer entre muchos jóvenes de algunos barrios jerezanos.

Las cosas, con el nuevo gobierno de la Junta de Andalucía, pueden ir a peor. Veamos por qué.

Las autoridades educativas desarrollan cada año un proceso de admisión para el alumnado de segundo ciclo de educación infantil, primaria, secundaria y bachillerato. Dentro de este proceso de escolarización, existía un modelo de zonificación que establecía una estructura zonal en cada localidad y, en consecuencia, cada centro educativo formaba parte de un área o zona determinada. A partir de esta organización, y en función de un baremo, los niños y las niñas tenían preferencia para acceder a los centros más próximos a su domicilio de acuerdo a la priorización de una serie de criterios. Hace unos días, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, ha anunciado la eliminación de las “zonas de escolarización”. Cambiándolo por el área única de escolarización o distrito único.

Con este cambio se pone en cuestión el objetivo de conseguir una educación socializada al servicio de toda la ciudadanía. Defendemos que la administración debe planificar la oferta educativa con el objetivo de garantizar a toda la población de Jerez, en edad escolar, una plaza en un centro educativo próximo a su lugar de residencia, con todos los servicios educativos complementarios, y con una distribución racional y equitativa de todo el alumnado, incluido el alumnado con necesidades de atención educativa, entre todos los centros escolares.

El modelo de escolarización por distritos escolares, garantiza unas ventajas que desaparecerán con la nueva normativa. Pedagógicamente, permite la coordinación entre centros de una misma zona y la posibilidad de plantear un trabajo en equipo que redunde en beneficio del alumnado. Socialmente, genera más cohesión social al potenciar la relación centro educativo/casa del alumnado y su vinculación con el barrio. Por otro lado, permite que los centros educativos reflejen la diversidad que existe en la sociedad, enseñando a los escolares a convivir en y con la diversidad.

Este tipo de organización ayuda a evitar que los centros educativos reproduzcan las diferencias socioeconómicas, impidiendo que unos centros se conviertan en guetos y otros en centros de élite. Incluso desde el punto de vista ecológico, la escolarización por distritos reduce la necesidad de transporte, disminuyendo los problemas de movilidad urbana, sobre todo en horas punta. Es más, en Jerez,  la zonificación también facilita la planificación educativa. A través de proyecciones demográficas se puede planificar el crecimiento de los centros y prever sus necesidades, tanto en recursos materiales como en número de docentes. Cuantificando las plazas escolares en el conjunto de la ciudad de Jerez, en relación con la demanda, obviamos las necesidades concretas de una barriada o sector concreto, que puede estar muy mal dotado.

Para defender este cambio, los responsables de la Consejería utilizan el argumento de la “libertad de elección de centro escolar”. Es falso. Bajo las invocaciones a la “libertad de elección” de centro lo que se esconde es, realmente, el rechazo a la mezcla social, a educar a los hijos e hijas con los que no son de la misma clase. Se está enmascarando la “preferencia de selección escolar”.

El modelo de escolarización de distrito único, justificado por potenciar la competencia entre centros, lo que realmente provoca, es un empeoramiento del sistema educativo, especialmente el público. Es una medida que contribuye a los recortes educativos, justificándolos. Dado que los recortes en educación han generado un empeoramiento de las condiciones materiales, un aumento de la conflictividad y una merma de la calidad educativa, el distrito único de escolarización es un instrumento entregado a las familias para que busquen una alternativa en los centros privados concertados a la degradación de los centros públicos. El resultado son centros – gueto, frente a centros de élite.

Hoy más que nunca es necesario mantener vivo el ideal de un modelo de Escuela Pública,  que haga suyos los ideales republicanos de libertad, igualdad y fraternidad, en una aspiración constante hacia el bien común. Una escuela democrática, inclusiva, no segregadora ni excluyente, coeducativa, que tenga como referente la Declaración universal de los derechos humanos.

Isabel Almagro Franco (Profesora responsable área de educación IU, candidata Adelante Jerez)

José Ignacio García (Psicólogo y Orientador Educativo, diputado de Adelante Andalucía)

Federico Miguel Miguel (Profesor de Educación Secundaria, miembro de Marea Verde Jerez)

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