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Nadie, prácticamente ya, cuestiona que el modelo de movilidad que tenemos en nuestras ciudades, fundamentado en una utilización abusiva de los turismos privados, es insostenible. Los datos son irrefutables. La factura de importación de hidrocarburos supone a España un desembolso anual de 50.000 millones de euros, la mayor parte del gasto en combustible lo consumimos en desplazamientos urbanos, que podrían ser fácilmente sustituibles por otros medios no motorizados o por transporte colectivo. Las emisiones de gases nocivos a la atmósfera CO2 o NO2, además de suponer un importante problema se salud y ser la causa directa o indirecta de un número importante de fallecimientos, son el factor fundamental de un cambio climático, cuyos primeros síntomas estamos ya padeciendo. El peligro del cada vez más colapsado tráfico urbano hace arriesgado el disfrute de los espacios públicos de las ciudades, de la calle. Se hurta de este derecho al conjunto de la ciudadanía, pero especialmente a los más débiles entre nosotros, los niños y niñas y los ancianos.

Lo anterior ya sería suficiente justificación para que desde los poderes públicos y la ciudadanía en general buscásemos la manera de cambiar esta situación. Pero es que, además, desde el ámbito educativo es necesario denunciar las perversas consecuencias que estos hábitos de movilidad tienen sobre los escolares. La pasividad, la falta de capacidad para afrontar problemas de la vida real, el sedentarismo o la obesidad, son algunas de los efectos de esta práctica.

Algunos psicólogos que han estudiado el fenómeno coinciden en afirmar que este tipo de hábitos en los desplazamientos impiden que los pequeños se valgan por sí mismos. Consideran que si cuando tienen edad de hacerlo no dejamos que nuestras niñas y niños vayan solos al colegio, les estaremos transmitiendo el peligroso mensaje de que no confiamos en ellos para moverse por el mundo.

Debemos proteger a nuestros hijos e hijas, sin duda, pero también tenemos que ayudarles a madurar y ser responsables. Por lo que debemos educarles cuanto antes en autonomía, dotarles de las herramientas necesarias que les ayuden a valerse por sí mismos y confiar plenamente en ellos. Darles libertad para tomar decisiones y para sentirse útiles les aportará confianza y les ayudará a resolver problemas y retos.

El instrumento que queremos impulsar en Jerez para propiciar este cambio es la creación de una Red de Caminos Escolares Seguros.

El Camino Escolar es el itinerario seguro que pueden seguir los niños y niñas en su trayecto de ida y vuelta al centro educativo, posibilitando que lo lleguen a recorrer de forma más autónoma.

De esta forma se pretende devolver el derecho de los niños a la autonomía y se fomenta la educación en valores ciudadanos, de responsabilidad, movilidad sostenible y medioambiental, favoreciendo que la calle vuelva a convertirse en un entorno seguro y acogedor.

Cada camino escolar es diferente puesto que las características de cada centro escolar son únicas. Estas variables han de ser estudiadas con detenimiento a la hora de diseñar los caminos escolares. El éxito del camino escolar depende de la cooperación entre padres, madres o tutores, personal del centro escolar, asociaciones de vecinos y comerciantes, administración local y los principales actores, los niños y las niñas.

Con su creación se pretende incrementar los niveles de seguridad vial de niños y jóvenes, promover la movilidad sostenible y la adopción de hábitos y estilos de vida saludables entre la ciudadanía.

La intervención por parte de la administración local no es difícil ni costosa económicamente. Algunas de las intervenciones que se pueden llevar a cabo son la instalación de bolardos para proteger aceras, la protección de los pasos peatonales, la limitación de acceso a vehículos motorizados al entorno escolar en horarios de entrada y salida, la mejora de la señalización o ligeras mejoras en los itinerarios de acceso. Además se deben instalar aparcamientos de bicicletas seguros, en el interior o en el entorno de algunas escuelas.

Para que un nuevo modelo de movilidad sostenible sea efectivo se deben involucrar a colectivos de todas las edades. Pero los caminos escolares, son una buena manera de comenzar. Conseguiremos ayudar a los niños a adquirir una mayor confianza en sí mismos y una mayor autonomía, les iniciaremos en el conocimiento de las normas de seguridad vial, disminuiremos esa contaminación atmosférica que perjudica su salud y su rendimiento académico, fomentaremos la interacción con el entorno y con otros niños y niñas, les enseñaremos a valorar y contribuir a la conservación del patrimonio y el medio ambiente.

Te invitamos a que des con nosotros un primer paso en este cambio. Y que el próximo 17 de mayo Día Escolar Sin Coches en Jerez, acudamos a los centros educativos por medios no motorizados o en transporte colectivo.

Ángeles Sánchez Barranco (miembro de FLAMPA)

Manuel Asensio Pérez (miembro de Marea Verde Jerez)

José Trujillo Martinez (miembro de Ecologistas en Acción)

Federico Miguel Miguel (miembro de Jerez en Bici)

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