"Por su entrega y su pundonor"
Juan Pedro Ramos, conocido como El Pirata (Jerez, 1975) reconoce que no era un jugador de grandes dotes. Aunque jugó varias temporadas en Segunda División en su corta trayectoria como futbolista, los ojeadores de las grandes canteras andaluzas no se habían ido fijando en él, porque lo que le echó fue coraje y trabajo. Pasó por Xerez, Numancia y Rayo hasta retirarse con apenas 27 años, debido a la multitud de lesiones que sufrió. Ahora sigue en el fútbol como entrenador, pasando por el Jerez Industrial, el Bornos, el Sanluqueño y el propio Xerez CD. Además, fue ganador del extinto certamen 6 grupo 6 que organizaba el Ayuntamiento de Jerez.
¿De dónde le viene lo de 'Pirata'?
En la cantera del Xerez, entre nosotros nos decíamos PirataI. "Pásala, Pirata". Subí al primer equipo con Chicha, pero se me quedó a mí, igual que podía haber sido al revés.
Ni por los pelos largos ni nada.
Nada.
De esas canteras del Xerez se me vienen nombres como Raúl Molina o el tenor Ismael Jordi.
Ismael Jordi es mayor que yo, pero sí. Jerez es cuna de futbolistas, lo que pasa es que muchos acaban hoy en las canteras de Cádiz, Sevilla o Málaga, en equipos potentes donde buscan proyección. Hoy el que está en posición más alta es el San José Obrero de División de Honor, aunque el Xerez Deportivo FC está en categoría nacional.
"Yo soy un 'sinvergüenza': he grabado películas, escribo, compongo... Hago un montón de cosas y ninguna la hago bien"
El caso más claro es otro que es mayor que usted, Kiko. No sé si pudo acabar también en el Cádiz.
Nunca fui ni a una selección andaluza, ni a la gaditana, porque no me llamaban, no destacaba mucho. Fui paso a paso.
Hasta la profesionalización.
Hoy en día hay mucho scouting, mucho informe, pero yo al final nunca fui vistoso, sino más bien competitivo. Yo tenía más corazón. Igualmente, en esta época a lo mejor no me habría llamado ningún equipo. Yo no era solo jugador, yo era sentimiento.
Sabe cantar y jugar al fútbol, las dos cosas que más me gustaría saber hacer y peor se me dan. No sé si tiene esa sensación de privilegio.
Yo, entre comillas, soy un 'sinvergüenza', porque hago de todo. Desde los 12 años he tocado la guitarra a mi manera. He grabado películas, soy escritor, compongo canciones... Hago un montón de cosas y ninguna la termino de hacer muy bien. Pero es lo que decía antes, yo lo que hago, lo hago con corazón.
¿Le ha dejado algo a deber el fútbol?
Retirarme fue un alivio, con 27 años nada más. Llevaba tres años lesionado. Pasé muchas horas solo, en rehabilitación. De niño me recuerdo con un balón y me habría dado igual en qué categoría jugar. Pero a la vez fue un alivio, porque llevaba siete operaciones de rodilla, y yo soy un jugador muy físico. Cuando volvía a jugar, no me recordaba con el nivel que yo había tenido. Yo no me retiro, me retiran cuando me dicen que esa rodilla no se podía operar más. Con el Xerez jugué en Segunda B y en Segunda, ascendí dos veces. Y como era más que un jugador, cuando me lesiono el primer año de Schuster, me viene personalmente el problema institucional con Oliver y me dedico también a defender al vestuario.
¿Qué le ocurrió concretamente?
Cobraba toda la plantilla menos yo, me mandaban a entrenar solo, o con Igor Musa, que venía de lesiones, en Chapín a las cuatro de la tarde. Por culpa de los dirigentes. Oliver y Gil Silgado. A este señor le dediqué una canción.
"No puedo criticar a Schuster porque soy xerecista y casi logra ascender, pero me perjudicó bastante"
¿La experiencia con Bernd Schuster fue mala?
En lo personal, me perjudicó bastante, pero no le puedo reprochar nada porque soy xerecista y casi consigue ascender a Primera. Por eso no le puedo criticar. Pero en lo personal, igual que Boquerón Esteban, no me trataron bien, tomaron decisiones injustas para mí, aunque luego fueron buenas para el club.
Después del Xerez, y a pesar de las lesiones, llega a dos grandes de Segunda como Numancia y Rayo.
En Soria estaba Máximo Hernández, donde era director deportivo después de ascender con el Xerez a Segunda. Jugué muy poco pero ascendimos a Primera. Estaban Julio Pineda, Luis García, Javi del Pino, Antonio... Luego llegué al Rayo porque estaba Carlos Orúe. Desgraciadamente, mi último partido fue un 6 de enero. Quería estar con Carlos porque con él había jugado en el Xerez hasta en el centro del campo, de lateral derecho, izquierdo, de central... Había sacado de mí mucha versatilidad.
¿Se fija en Orúe para ser entrenador ahora?
En el fútbol tuve grandes entrenadores. Yo era obediente, sobre todo, y sabía competir. Carlos fue el entrenador que más rendimiento me sacó.
¿Se sintió símbolo del Xerez? ¿Cómo se alcanza esa categoría?
Yo he sido el jugador más querido y mejor tratado para ser luego el peor tratado. Me he sentido supervalorado y como una mierda. También como entrenador, porque en el Xerez me echan a las seis jornadas. Al final, Jerez tiene mucha maldad en ese sentido, nunca puedes sacar pecho, porque quien te trata como ídolo luego te trata como traidor. Cuando las personas son siempre lo que son y hay que mirar a la persona.
Compartió vestuario con Moreno, Pendín... Rubiales... Gente que hoy está en la primera línea del fútbol español.
Vicente siempre fue un líder, hice el curso de entrenador con él. Es muy competitivo, se enfadaba en los entrenamientos porque él nunca hacía las faltas en los entrenamientos, se las hacían a él. Soy afortunado de haber jugado con grandes como Viqueira, Cachorro, Chicha, Paco Peña, Manolo, Fernando Niño, Romerito, Román, Raúl Molina, mucha cantera de Jerez...
¿De qué compañero en los entrenamientos decía: "Este me la va a liar"?
Nunca lo dije así, pero a Chicha ni dándole patadas le quitabas el balón. A lo más, conseguía que a veces jugara para atrás. La elegancia de Paco Peña, Manolo García sacando el balón, Paquete Higuera que quería jugar siempre en mi misma banda porque entendía el juego como él... No puedo nombrar a todos, pero mira el año de González en Segunda B, Ignacio, López Ramos, Queco, Miguel Ángel Rondán...
Sobre la división de los dos clubes: "Todo en la vida tiene solución. Pero con la idiosincrasia de Jerez, es difícil"
Ha mencionado a Schuster antes. ¿Cuál fue la receta para que cogiera un equipo sin grandes fichajes recién llegado de Segunda B y estuviera a punto de subirlo a Primera?
La primera clave es que ya en Segunda B era un equipazo, con refuerzos como Cubillo o Luis García para dar otro aire. El sistema no era el habitual. Todos jugaban 4-4-2 o 4-2-3-1 y él tenía la sorpresa del 3-4-3, de modo que no sabían cómo neutralizarnos. Como recién ascendido, no nos respetaron, y eso nos ayudó deportivamente.
Hay una gran pregunta de aquella época. Tras una primera vuelta en Sanlúcar, el equipo vuelve a Jerez y empieza a desinflarse. ¿Tendrían que haberse quedado en Sanlúcar?
Si nos quedamos en Sanlúcar, estoy totalmente seguro de que subíamos. En ese año había grandes equipos que nos quitaron el ascenso: Atlético, Racing y Recre, pero también otros como el Albacete con grandes instalaciones incomparables. Pero es que notamos el peso de la Federación. Nos robaron el ascenso con ayudas arbitrales.
Cuántos xereces ahora. ¿Cómo lo lleva?
Con dos equipos, recuerdo lo que decía Oliver: "Divide y vencerás". Dividir es perder potencial.
¿Es solucionable?
Todo en la vida tiene solución, pero con la idiosincrasia de Jerez y sus aficionados, es difícil.
¿A largo plazo puede ocurrir? ¿Si desaparece el Xerez CD?
No desaparecerá nunca porque está en el corazón, en el alma, y eso no se muere. Podrá dejar de competir en todo caso, pero nunca desaparecer. Yo a todos los equipos de Jerez les tengo respeto porque antes que xerecista soy jerezano. A todos les tengo cariño, a unos más, lógicamente, y a otros menos.
Yo aprendí la palabra 'pundonor' cuando ponían el himno del Xerez por megafonía. Lo cantaba, pero no sabía lo que significaba. ¿Qué significa para usted?
Es algo que haces porque te sale del corazón. Hacer que algo a lo que tienes cariño tire para adelante. Yo transmitía eso al resto de jugadores cuando les faltaba ese nervio. Hay que pelearlo todo, y que tu compañero te vea y diga: "Cojones, los muertos, que se mata este, pues me mato yo". Eso es súper importante.
¿Cuánto echó por última vez al depósito del coche y de qué se quitará para compensarlo?
41 euros ayer, y pagué 38. De lo que no me quito es de la cerveza.
Un platito de verano.
La cerveza (ríe).
Un lugar para perderse.
¡La cerveza! No hombre, para perderme, pues Jerez.
Puesta de sol o ver amanecer tras una larga noche.
Yo no aguanto ya, que me levanto temprano.
Un libro o película que recomiende.
El de Robe.
¿Qué Robe? ¿Rober Pazos?
No, hombre, el de Extremoduro. Se llama El viaje íntimo de la locura, de Robe Iniesta.
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