Mientras mucha gente disfruta del ambiente, la Feria de Sevilla es para algunos un respiro económico. Porque la Feria es un gran negocio. Pero no para todos. Porque depende del trabajo que se realice.
Algunos de los empleos que se realizan estos días en el Real están peor pagados. Y no es porque no sean más duros. De hecho, algunos son los peores en condiciones de la propia tarea.
Es el caso de los repartidores de hielo, que pasan el día corriendo de un lado a otro de la Feria, cargados, siempre con prisas, apenas con algún carro, o a veces directamente llevándolas a las casetas en bolsas típicas de la compra. Tienen que recorrerse el Real bajo el sol para que los rebujitos y cualquier combinado tengan siempre sus cubitos de hielo listos. Las casetas, especialmente además en estas fechas que han venido tan calurosas, sirven muchísimo hielo en Feria.
Según ha consultado lavozdelsur.es con algunos empleados, hay repartidores de hielo trabajando por apenas 60 euros diarios. Y la jornada diaria que afrontan rondan las 10 horas. Por tanto, en los ocho días que ha estado la Feria activa -prácticamente, desde el pasado viernes hasta el sábado en que se apaga el alumbrado-, son ocho jornadas que multiplicadas por 10 dan como resultado unas 80 horas, o lo que es lo mismo, la jornada completa de dos semanas en cualquier trabajo normal.
La suma a 60 euros diarios por ocho días son 480 euros, por lo que, además de la dificultad, la intensidad del trabajo, ni siquiera llega al salario mínimo interprofesional, que para un mes normal de trabajo, y calculándolo a 12 pagas, éste se sitúa en 1.323 euros mensuales. Al ser 80 horas, aproximadamente, para cubrir el SMI deberían cobrarse al menos 160 euros más, y compensar de forma proporcional otros derechos consolidados, como días de vacaciones generados en base a una jornada tan intensa. Apenas 6 euros la hora.
Es quizás uno de los trabajos peor valorados. Consultados también los miembros de seguridad de las casetas, la situación no es mucho mejor. Por una semana completa de trabajo, de sábado a sábado, son ocho jornadas por las que se cobran aproximadamente 1.000 euros, a una media de 12 horas de trabajo cada día. Eso suma unas 96 horas, por lo que sobrepasaría lo que serían más de dos semanas de trabajo. Correspondería a 12 jornadas completas, aunque en este caso, sí estaría por encima del SMI. A algo más de 10 euros la hora.
Aunque no siempre es así. Depende de la confianza generada entre el repostero y el empleado. Si es de confianza, de trabajos de otros años, cualquier miembro a su servicio suele cobrar algo más. Si es nuevo, menos. No todas las casetas son iguales. Pero las jornadas son agotadoras. Desde camareros a cocina o fregando platos, por unas 16 horas de trabajo, los sueldos van de los 1.500 euros a los 2.000 euros en los mejores casos. Un número de horas que no es legal y que además, a veces, implica estar en el montaje y descarga desde el viernes -o antes- hasta el domingo después del alumbrado. Alrededor de 10 días haciendo el doble de una jornada normal.
La realidad del trabajo en las ferias de Andalucía, y también en la Feria de Sevilla, oculta en ocasiones una problemática evidente: a menudo se paga en negro, o se trabaja mucho más de lo que efectivamente aparece en el contrato.
El Ayuntamiento de Sevilla, además de otras instituciones, en base al aumento del consumo, de viajeros en servicios públicos y de toneladas de basura recogida, hablan de la Feria de Abril "más masiva de la historia". Un éxito, al menos en la primera mitad de la semana, para reposteros y otros empresarios. Pero falta, aún, el cumplimiento de muchos derechos del empleo.
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