La formación Verdes Equo llevará al Parlamento Europeo la situación que vive actualmente el río Guadalquivir, ante la amenaza que grupos ecologistas denuncian por los próximos vertidos de la mina de Aznalcóllar y la reactivación de Cobre Las Cruces.
La coportavoz de Verdes Equo en Andalucía, Mar González, ha llegado a hablar ya de "desastre ambiental", y que el "causante es de Cobre Las Cruces". La razón, el "plomo que se encuentra en los sedimentos y cada vez más se está viendo en los peces".
Una situación que se vive por unos vertidos que, según Verdes Equo, afectan a la pesca desde Trebujena hasta Coria. "Es un peligro para la salud pública". "La Junta de Andalucía, en vez de pensar en cómo solucionamos este problema, ha decidido que quiere reabrir otras minas. La famosa mina de Aznalcóllar, que conocemos por la tragedia de 1998 de Boliden, que también supuso un desastre ecológico de dimensiones altísimas, el mayor desastre ecológico de la Península Ibérica y sobre todo de Andalucía".
Ahora, Verdes Equo va a pedir a la Comisión Europea, gracias a los parlamentarios del grupo Verdes-ALE, "que antes de pensar en proyectos extractivistas tenga en cuenta que esta mina vendría a aumentar el problema que ya tenemos".
Para la portavoz, "la cuenca del Guadalquivir es una cuenca vulnerable y por eso pedimos que se frenen los proyectos de esta mina y que se vele por un bienestar ecológico, porque el Guadalquivir no es la cloaca industrial de nadie. El Guadalquivir es el símbolo de la dignidad andaluza, de la cultura andaluza y en nuestra arteria de vida".
"Lanzamos la alerta hace más de un año"
El catedrático de Ecología Jesús Castillo es el autor de los informes más críticos con las reaperturas de minas y sus vertidos al Guadalquivir. "Hace ya más de un año que desde la comunidad científica estamos lanzando la alerta sobre el estuario del Guadalquivir", que "está altamente contaminada con metales pesados".
Estos metales "estarían pasando a la red trófica del estuario y hay bioacumulación alta de metales, sobre todo de plomo, en el músculo de los peces, también en los albures".
En el corto plazo, Castillo lanza la advertencia de que hay platos en los que se come el hígado, donde se acumulan más los tóxicos. "Puede haber gente que se esté comiendo hígado con mucho metal".
El catedrático ha insistido en que el problema está en que se parte de la base de que los vertidos, al llegar al Guadalquivir, se disuelven. Pero que esto no es así, sino que "la mayor parte va a parar a los sedimentos".
Así, el catedrático de la Hispalense también considera que lo debe contemplar la Directiva europea del Agua, que es "de principios de siglo". En ese contexto, es difícil porque la Unión Europea ve con buenos ojos la extracción de metales en Andalucía. "Se están reabriendo muchas minas", ha recordado.
Ante ese reimpulso, "necesitamos una actualización de la Directiva Marco de Aguas que obligue a todos los estados miembro a tener normas de calidad ambiental", que contemple la concentración de metales o sus comportamientos una vez llegan al agua, ya sea río o mar.
"El Estado español ahora mismo sólo tiene normas de calidad de agua para algunos metales, pero no la tiene sobre los sedimentos". "Esperemos que la Comisión Europea esté a la altura de las circunstancias porque no puede impulsar la minería para que Europa sea más independiente de productos minerales estratégicos clave y al mismo tiempo mirar para otro lado ante la contaminación".