El Consistorio madrileño, que quiere deshacerse de 31 viejos vehículos, prevé venderlos a unos 5.000 euros cada uno, cuando Jerez los compró casi a 10.000.
El gobierno de María José García-Pelayo adquirió en 2012 del Consistorio madrileño, que gobernaba su compañera de partido Ana Botella, 21 autobuses urbanos de segunda mano para 'renovar' la flota jerezana. La compra supuso a las arcas municipales un coste de 198.499 euros, esto es, una media de prácticamente 9.500 euros cada uno (9.452 para ser más exactos). Cinco años después, llama la atención que la actual alcaldesa madrileña, Manuela Carmena, anuncia la subasta de otros 31 viejos buses de la flota madrileña, con un precio de salida de 5.000 euros, aunque fuentes de la Empresa Municipal de Transportes reconocen que ese precio inicial no subirá mucho más debido al elevado kilometraje de la flota —entre 600.000 y 900.000— y a sus años de servicio.
En unas declaraciones hechas a El Español, Diego García, portavoz de la EMT, señala que "antes, el comprador más habitual eran los ayuntamientos pequeños que necesitaban ampliar su flota para cubrir el turismo estacional o el transporte entre playas", señalando que "era frecuente ver algunos de estos autobuses en Castellón —por lo visto desconoce el caso de Jerez—. Ahora, este segmento se ha borrado porque la ley impide incluir vehículos de más de diez años en la prestación de servicios". Como curiosidad, señala que también existen otros países que se interesan por estos vehículos, caso de Ucrania. "Cuando son lugares en vías de desarrollo, se donan, se ha hecho muchas veces", añade.
Hay que recordar que la vetusta flota de autobuses jerezana —el 62 por ciento del total tiene más de 12 años— ocasiona unos gastos diarios de 1.000 euros en reparaciones. Así, en 2016 se invirtieron 548.098,48 euros en este sentido. Afortunadamente para los usuarios, se espera que a lo largo de este 2017 lleguen a Jerez diez autobuses nuevos.
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