Solemnidad y recogimiento en un Vía Crucis singular

Hora y cuarto duró la cita en la que el obispo participó, terminando con el regreso del Cristo de las Almas a Santiago

Aspecto de la nave central de la Catedral, esta noche, durante el Via Crucis
Aspecto de la nave central de la Catedral, esta noche, durante el Via Crucis MANU GARCÍA

El Vía Crucis de las Hermandades, celebrado esta noche, volvió a ser cita prioritaria para los cofrades, que un año más llenó la catedral. Fue el primero para monseñor José Rico Pavés como obispo de Jerez; un texto suyo sirvió para el rezo de las 15 estaciones, ya que se incluyó el pasaje de la Resurrección. Duró hora y cuarto, fue ordenado, sereno y solemne bajo unas bóvedas totalmente iluminadas.

Las religiosas del Perpetuo Socorro junto al paso con la imagen  de Salud y Esperanza.    MANU GARCÍA
Las religiosas del Perpetuo Socorro junto al paso con la imagen  de Salud y Esperanza.   MANU GARCÍA 

La participación del prelado en el oficio fue constate. Estuvo acompañado por el cabildo catedral. La música fue un elemento sobresaliente en el engrandecimiento del acto con Laura Moyano, soprano, Zayra Ruiz, mezzosoprano, y Ángel Hortas, al órgano. Se interpretaron obras de Bach, Hädel, Mozart y Pergolesi, entre otros.

Acólitos con cruz alzada que se ocuparon de señalar las estaciones.  MANU GARCÍA
Acólitos con cruz alzada que se ocuparon de señalar las estaciones.  MANU GARCÍA 

Fue más temprano que en años precedentes, algo de agradecer siendo lunes y con la noche bastante fresca. Volvió a ser un Vía Crucis estático, es decir, con el público sentado en la bancada o de pie, repartida por el espacio interior. Este 2022 se pretendió que fuera diferente, que tuviera ese matiz singular después de dos años sin una Semana Santa con procesiones. Y así ha sido ya que tres son las imágenes protagonistas: el Señor de la Salud, el Cristo de las Almas y la Virgen de Salud y Esperanza. 
 

El Cristo de las Almas en el reducto camino De Santiago envuelto en una nube de incienso.  MANU GARCÍA
El Cristo de las Almas en el reducto camino de Santiago envuelto en una nube de incienso.                MANU GARCÍA 

Recordar que en 2020 dio tiempo a que Las Angustias lo presidiera trasladándose desde el Humilladero hasta la Catedral, todo sucedió poco antes de que se desatara la pandemia. El pasado año se eligió al Cristo de la Viga, evitando desplazar una imagen por la prohibición de convocar actos de culto público en la calle.  

En este, la disposición fue con La Salud situado en el presbiterio en el lado izquierdo; el crucificado de las Almas y la Dolorosa de San Benito, en el derecho, dejando libre el altar mayor, como manda la liturgia. Ante ellos se rezaron las 15 estaciones, cinco ante cada advocación, acompañando cada una de ellas dos acólitos y una cruz alzada. 
 

Asistentes al acto ocupando los bancos catedralicios.  MANU GARCÍA
Asistentes al acto ocupando los bancos catedralicios.  MANU GARCÍA 

Los hermanos mayores de las cofradías que rinden culto a las imágenes presentes leyeron las estaciones acompañados por diferentes cofrades, jóvenes y veteranos, terminando con la reflexión de obispo.

Silencio y oración es lo que se busca en esta cita, un objetivo alcanzado excepto por los que prefirieron quedarse en el exterior ya fuera por no tener lugar donde seguirlo cómodamente o no tener interés alguno o esperando el regreso del Cristo de las Almas.

El esquema del Vía Crucis común de las cofradías ha cambiado desde su puesta en marcha en la década de los 80 del siglo pasado. Desde rezar las estaciones en diferentes puntos en la calle, hasta hacerlo en la Catedral, en movimiento, señalando los rezos con cruces de guía de las hermandades y ahora el formato estático.

La pandemia ha obligado a mantener las formas actuales con la novedad del número de imágenes, un hecho que celebra el nuevo tiempo en la normalización. Esta opción apunta a seguir vigente, es la que más agrada a los que eligen esta cita con ganas de vivirla y sacarle provecho espiritual.

El crucificado enmarcado en la puerta principal a punto de salir, momento para retenerlo en móviles y cámaras.  MANU GARCÍA
El crucificado enmarcado en la puerta principal a punto de salir, momento para retenerlo en móviles y cámaras.  MANU GARCÍA 

A la bendición final de Rico Pavés casi le siguió la salida del crucificado con el acompañamiento musical de las cornetas y tambores de la Zoilo Ruiz Mateos (Rota). Con el toque de oración castrense, el paso salió de la Catedral donde fue recibido por algunas decenas de personas, número que creció en gran medida cuando alcanzó calles como Barranco, Peones y Carpintería; ciertamente rememoró una noche de Semana Santa.

Acólitos preparados para acompañar al paso del Cristo de las Almas en su regreso.   MANU GARCÍA
Acólitos preparados para acompañar al paso del Cristo de las Almas en su regreso.   MANU GARCÍA 

 

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

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