Las otras 'rocíos': así son las actitudes que relatan muchas víctimas en cada tipo de violencia machista

Una abogada especialista y una activista histórica repasan algunas de las claves del debate reabierto sobre la violencia de género: "Una que sufre Rocío Carrasco es violencia vicaria, hacia los hijos para dañar a la madre como venganza"

Un hombre agarra con fuerza la mano de una mujer.
Un hombre agarra con fuerza la mano de una mujer. CANDELA NÚÑEZ

Explican las administraciones públicas como la Junta o el Ministerio de Igualdad en diversos textos que la violencia de género se divide en cuatro tipos: física, psicológica, económica y sexual, que puede manifestarse ésta también no como violencia sino como abusos. Y que las especialistas, que llevan décadas abordando la problemática desde diversos ámbitos como la psicología, la medicina o el derecho, hablan de tres fases: tensión; explosión de la violencia o agresión; y arrepentimiento o luna de miel. No es la única sistematización, sino solo, para este reportaje, una manera de abordar el asunto. Las posibles manifestaciones son muchas y no todas pueden mostrarse aquí por razones de espacio. Porque si bien hay manuales para atajar la violencia de género, no existen manuales para cometerla. Lo que sí trasluce en esa situación es la pretensión de dominio físico y psíquico de los agresores. Y, con todo, puede encontrarse elementos reconocibles que en muchos casos se repiten. Señalan las especialistas que, en cualquier caso, existen muchos condicionantes, como los orígenes socioeconómicos, porque no todos los maltratos se manifiestan de la misma forma ni en la misma intensidad. 

En las últimas semanas, el asunto ha tomado una nueva dimensión tras los testimonios que pueden verse en televisión de Rocío Carrasco, hija de Rocío Jurado y personaje durante años de la prensa del corazón. Actualmente, está relatando en una serie de entrevistas en Telecinco los episodios de maltrato que denuncia haber sufrido por parte de su expareja y padre de sus hijos Antonio David Flores. Al tener una gran repercusión, no son pocas las voces que hablan de un antes y un después para la violencia de género en España, pues ha elevado la intensidad del debate y sus consecuencias sociales aún no pueden determinarse, pero sí se intuye que serán profundas. Tanto como el de Ana Orantes, el testimonio de maltrato televisado en Canal Sur que derivó una semana después en su asesinato en Granada.

Uno de los testimonios más relevantes es el de Consuelo Abril, abogada especializada desde hace décadas en separaciones y violencia de género, que fue presidenta de la Comisión de malos tratos a mujeres de España gracias a la que surgió una legislación tan importante como la primera ley que abordó específicamente el problema desde un punto de vista penal y social en 2004. Es una de las mayores referencias del país. Y, en concreto, con el trasfondo de las agresiones relatadas por Carrasco, que muestran cómo los casos pueden darse en todo tipo de estratos sociales y no importan fama o recursos económicos, y cómo va más allá de las agresiones físicas más reconocibles. Son las otras rocíos, y lo que se va relatando a continuación no tiene más que una vocación: que personas que conocen multitud de testimonios de víctimas. 

"A la hora de denunciar se pregunta si creen que sus parejas las acabarían asesinando. Hay muchos casos en  que contestan que no rotundamente y finalmente las asesinan".

"En concreto, en este caso hablamos de violencia vicaria, que es como se denomina a hacer daño a los hijos para hacer daño a los madres. Se usa a los hijos y puede llegar a su asesinato, con casos ya conocidos anteriormente. No es que odie necesariamente a los hijos siempre, sino que intenta dañar a la madre", señala Abril. "Se puede manifestar con expresiones como 'te los voy a quitar si te separas', porque se pretende una venganza tras romper la relación, con amenazas también de dejar a la mujer en la calle, o que no los vuelva a ver. Ella misma relata cómo es el mayor dolor que le puede causar y que él lo sabe".

Este caso es el de una violencia vicaria, pero también psicológica, manifiesta. "El tema es importante. En la comisión con comparecencias en el Congreso pedimos que se incluyera la violencia psicológica en la Ley aunque es difícil de demostrar. Es paulatina, y se manifiesta con palabras como 'estás tonta', o 'loca', o 'celosa'. El objetivo es controlarla y minar su autoestima. Llegan a un momento en que la mujer está debilitada. Hay que darle importancia desde el principio, porque va en aumento con el tiempo. Lo importante de una mujer maltratada primeramente es que sepa que lo es y sepa en qué consiste", añade.

Se empieza con la psicológica, y ésta puede derivar en la física. "En el documental de Rocío Carrasco se explica, se plantea bien lo que es el ciclo de violencia. Se intensifica la psicológica y cuando ésta no surte efecto, posteriormente llega la física. Después comienza él a pedir perdón con un 'te quiero', 'son celos, es que te ven otros hombres, perdóname'. La mujer a menudo se aferra al perdón. Piensa que no se va a volver a producir, pero sí lo hace". El asesinato es la manifestación más intensa. Y avisa: "A la hora de denunciar, se realizan los test de VioGen. Entre las preguntas está si creen que sus parejas las acabarían asesinando. Hay muchos casos que contestan que no rotundamente y finalmente las asesinan".

"La violencia hay que atajarla desde el primer 'estás loca'. Porque después de 25 veces, lo ves normal y aumenta en intensidad"

La evolución histórica del maltrato en la sociedad hace pensar a Abril que "el umbral de aguante de las víctimas ha ido bajando, Antes se leía el deber de obediencia al marido en nuestro Código Civil, o expresiones hasta en libros como 'mi marido me pega lo normal', porque era algo normal. Y el respeto debe ser fundamental desde el primer momento, y desde ese primer 'loca' hay que tomar medidas radicales, porque a la vez 25 que te llamen loca, lo ves normal, y aumentará la intensidad. El maltrato empieza con insultos".

En su despacho, aunque la mayor parte de separaciones son más respetuosas, sí está habituada a relatos que señalan que el hombre acepta la separación pero "que los niños no se van de casa. Que si quiere, que se vayan ellas. Buscan arrebatarlos a las madres en esos casos. Hacen que los hijos la odien, y en casos de violencia extrema, que los maten". 

"El caso de Rocío Carrasco va a favorecer que salgan a la luz más casos, y así ha aumentado el número de llamadas al 016 en dos semanas de forma enorme. Es un antes y un después comparable al caso de Ana Orantes. Se quita el mito, como en el caso de Carmina Ordóñez, de que no existe un modelo socioeconómico de mujer maltratada. Una mujer con mucho dinero puede serlo. En mi despacho, hasta una juez de violencia de género me reconoció serlo ella misma, y romper un matrimonio en muchos contextos es duro", relata Abril. Por otra parte, la especialista advierte que "de media se tarda ocho años en denunciar desde la primera agresión. No es extraño el caso de Rocío Carrasco", subraya.

Este relato, al ser tan mediático, ha generado también cierto rechazo en algunas personas, que dudan de la credibilidad de la denunciante, que se basa también en que el caso fue sobreseído provisionalmente, "y que en todo caso creo que puede ser reabierto en base a los testimonios de testigos" que ya han aparecido en televisión. Respecto a esas críticas, y a que sea proferido por mujeres en muchos casos, señala que "no soy severa con este tipo de mujer. Es producto de ignorar la realidad de lo que ocurre en la sociedad. A menudo, quien ve estas televisiones se hace eco sin cuestionar". Y recuerda el caso de Nevenka, la concejala de Ponferrada: "Denunció, el alcalde fue condenado, y es ella la que se tuvo que ir de España. Pero tanto este documental como el Me too o el 8M siguen incorporando a más mujeres y más hombres, y eso beneficia muchísimo a la igualdad".

Y mucho de ese reflejo de la sociedad sigue calando en las personas más jóvenes, que en este caso tienen también su reflejo en que los hijos de Rocío Carrasco y Antonio David Flores tienen precisamente esas edades. "Se confunde en la actualidad el amor con el amor romántico. Es todo lo mismo, viene montado por el patriarcado. El enamoramiento, dicen, es un estado de locura emocional transitoria, y es relativamente fácil captar a una mujer enamorada". 

"La importancia mediática del caso de Rocío Carrasco es comparable al de Ana Orantes, que lo cambió todo"

Así, cree que se replican actitudes peligrosas. "El control a una chica, saber dónde está siempre, cómo va vestida, con quién... Eso puede confundirse con el amor, porque piensa que son signos de amor, y no lo son. Rocío Carrasco explica una situación, que él la esperaba siempre para comer, pero se da cuenta posteriormente que simplemente quería controlarla, y no es un signo del amor". Abril lo resume: "Huye del hombre que te adora. Es una expresión que uso siempre. El que te quiere tanto y te dice no lleves una falda, un escote, te va a buscar al trabajo o te separa de tu familia y tus amistades, te está controlando, y eso es violencia psicológica. La palabra es siempre respeto, no control"

Remacha Abril con una reflexión. Preguntada sobre si, en cierta forma, una mujer que sufre maltrato puede realmente amar a su maltratador, señala: "Una mujer maltratada se va dejando los girones del amor en el camino. Pero lo que hay es dependencia psicológica y económica. Piensa que sin él, ella no vale nada. Llegan a comerte el coco. Y el que sufre su hija, creo es similar. Eso de tu madre es mala y yo te voy a atender y proteger porque te quiero... El manipulador es capaz de hacerlo como quiere. El amor no existe ahí. Es dependencia, u otra relación. Pero no es amor". 

Las cuatro violencias y el ciclo de la violencia de género

Francisca Gago es una activista histórica en el mundo rural de Jerez, principalmente a través de la asociación Sol Rural, pero también con presencia en multitud de conferencias. Maestra de Lengua castellana, y con estudios en Psicología por la UNED más tarde, ayuda a hacer aterrizar algunos conceptos para ver de forma general cómo se ha manifestado en los testimonios que ha conocido a lo largo de su vida.

Cuatro tipos de violencia

Violencia física: "Es la más sonora. Depende de la estructura del lugar. Si son casas bajas, cercanas... Se oye. Si hay violencia física, es reconocible. Concenciando a la gente, pueden denunciarlo o llamarle la atención al vecino. Hay casos muy duros. Más que el de Rocío Carrasco, porque conozco a mujeres a las que dan una paliza, que va morado, y han ido al Hospital, llevadas por el agresor, y decir que se han caído. Lo del cuarto de baño... Esa violencia crece según la mujer va aguantando. Cada vez la agresión es mayor. No se da en todos los casos. Sobre todo ahora. Con la concienciación, desde asociaciones y administraciones, señala mucho en pueblos al maltratador. Cada vez es más difícil que sea detectable. El guantazo o el empujón, y que se note y denuncie, en esos los agresores tienen más cuidado".

Violencia psicológica: "Es la más frecuente. En general, es como que el hombre nos tiene que proteger y les parecemos suyas. No se dan ni cuenta siquiera. Es la que más daño hace y es más difícil de demostrar. Es el 'cállate', el 'si no fuera por mí qué ibas a hacer', minar la autoestima. Muchas veces ese es el objetivo. Tenemos que tener cuidado para hacérselo ver a los hombres, son los micromachismos. Conozco un caso de que no pueda ni hablar con el hijo, siendo ya mayor. Piensa si estará minada, es una persona que pone verde a Rocío Carrasco. Es que está minada, no son conscientes, tienen depresiones, están enfermas, pero no son conscientes de que es su situación. En Facebook, la mayor parte de las mujeres que insultan a Rocío Carrasco son mujeres maltratadas". 

Violencia económica: "En casos de custodia compartida, consiste en intentar no pagar nada. Y cuando se queda con los hijos, llevan los hijos a madres o hermanas. No se hacen cargo. Tener que estar denunciando continuamente porque no pagan lo que tienen asignado por los hijos es constante. La dependencia es la que señala si es más grave o no. Insistimos en que las mujeres necesitan tener su propia solvencia económica; si no, se hace más difícil salir de los malos tratos. No salen porque no pueden salir adelante económicamente. Lo he tenido siempre clarísimo. Sin economía resuelta, una mujer no tiene libertad".

Violencia sexual / abuso sexual: "A veces existe una dependencia sexual del agresor. Quizá por la soledad en que se encuentra la mujer. Todo este tipo de agresiones, de violencia, tanto en pareja como en la mujer en general, en los juzgados tiene que reconocerse. En todos los delitos, al agresor es al que se pone en evidencia, al que se saca en medios y señalan. Pero en estos delitos, resulta que se protege al agresor. Como que las mujeres tenemos que cumplir unas normas para que no se nos agreda sexualmente, como que lo ha provocado. Pasa desde tiempos antiguos. Ahora, con la pornografía empeora. Niños y niñas a los 10 años que se educan en violencia sexual. Es gravísimo. Dentro del entorno de la pareja tiene un papel importante, porque no estar dispuesta y tengas que hacerlo a la fuerza porque piense que es su deber... Seguramente la violencia sexual es una cosa que complementa a las demás. Cuando tienes a una mujer cogida con el resto de violencias, ahora ya sexualmente tratarla como un objeto es humillarla más. Muchas mujeres que denuncian y nos hablan a nosotras, la sexual no es la que más se da en las parejas, o esa es mi experiencia en asociaciones.  Creo que se da más fuera de la pareja que dentro. Se ha aprobado un documento en el Ministerio que se considere víctimas de violencia de género aunque no se esté dentro de la pareja, aunque no puedo decir si es algo a aplicar desde ya".

Recreación de un episodio de maltrato.  CANDELA NÚÑEZ
Recreación de un episodio de maltrato.  CANDELA NÚÑEZ

Ciclo de la violencia de género

Tensión: "Suele ser más largo. En todos los matrimonios hay tensiones, pero se pueden resolver con el diálogo. Cuando no es posible dialogar, normalmente porque el hombre no quiere, sigue esa tensión. Ahora la mujer sale a cenar con las amigas, por ejemplo. Empieza a darse que al llegar a casa, textualmente como lo cuentan ellas, ese hombre que ha sido tenso o desagradable pero que nunca ha llegado a amenazarla o agredirla, se pone en esa postura: 'tú qué te has creído, no sales de aquí'. La mujer puede ser agredida o queda en asustarse. Eso rompe como pareja,y pasan a ser dos personas extrañas, ya lo que hay es una resolución de separación".

Agresión: "A veces se dan los cuatro tipos de violencia y a veces hay casos extremos, de aguantar cosas terribles. Tirar un plato de comida porque no le gusta, es una violencia psicológica. Hay multitud de actos para hacer sentir mal, y aquí se pueden ver esos tipos de violencia de las que hemos hablado". 

Arrepentimiento y empezar de nuevo: "Se da en parejas. Mujeres que dan en pasos porque lo ponemos en común en asociaciones para ayudar. A veces termina el ciclo con separación sin arrepentimiento. Otros casos, separados, incluso. Llega el querer conquistar de nuevo, el que pide perdón. Y también a veces, tiene mucho que ver la soledad. Conozco dos casos concretos en que la mujer no podía soportar al hombre. Uno, hace mucho tiempo. El hombre insistía. Ella llegó a tener otro hijo de lo sola que se sentía. La soledad, falta de afecto, falta de proximidad, hace llegar a ese extremo. Otro, casos de separación, pero se ve enferma, por ejemplo. Y él aprovecha, por ejemplo en un contexto de covid, que él sea el único dispuesto a cuidarla. Y llega el agradecimiento de ella. Son parejas con mala relación por la violencia, quizás no llegue a recuperarse". 

 

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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