Investigadores andaluces descubren un posible remedio para frenar el parkinson

Un grupo de la Universidad de Málaga ha dado con un compuesto que podría reducir el daño neuronal y la mortalidad

Persona afectada con Párkinson haciendo un ejercicio de lectura.
Persona afectada con Párkinson haciendo un ejercicio de lectura.

Un equipo de investigadores e investigadoras de la Universidad de Málaga, en colaboración con la Universita di Modena e Reggio Emilia de Italia, ha demostrado, probando en ratones, que la acción de una hormona de la familia de la insulina impide la aparición de los síntomas de la enfermedad de Parkinson

Esta sustancia posee efectos antioxidantes y neuroprotectores sobre las células, y evitaría así la muerte celular en áreas cerebrales específicas. En los ratones enfermos que fueron tratados en los ensayos con este compuesto, se redujo el daño neuronal y la mortalidad y mejoró la coordinación motora, el equilibrio y la capacidad de aprendizaje, según ha informado la Consejería de Universidades a través de la Fundación Descubre.

Una de las líneas de investigación es conocer más sobre el proceso degenerativo asociado a la enfermedad, y localizar compuestos que anulen sus efectos, ya que los mecanismos exactos por los cuales se produce la muerte celular y la neurodegeneración en la enfermedad de Parkinson aún son desconocidos.

En este sentido, los investigadores han descubierto la función que podría desempeñar en esta enfermedad la hormona IGF-II, o factor de crecimiento similar a la insulina tipo II. En el artículo que han publicado en la revista Journal of Advanced Research, los expertos de ambas universidades proponen esta hormona como diana para el tratamiento contra el Parkinson.

Así, la hormona IGF-II ayudaría a evitar que las células se deterioren y mueran. "En nuestros experimentos, encontramos que esta hormona protege el ADN y mejora el funcionamiento de las mitocondrias, que son como las baterías de las células", ha explicado la catedrática de la Universidad de Málaga, María García, responsable de esta línea de investigación y autora del artículo.

La explicación de este hallazgo es que cada hormona tiene un conjunto concreto de receptores. Una vez que están "ligados y activados", según se explica en un comunicado de la Junta de Andalucía relativo a esta investigación, se desencadena una serie de eventos dentro de la célula. En el caso del IGF-II, su receptor principal es el receptor de factor de crecimiento similar a la insulina tipo II (IGF-IIr).

Los expertos detectaron que la presencia del IGF-II en cultivos producía un aumento en la expresión de la enzima Chk1, que desempeña un papel importante en la regulación del ciclo celular y la respuesta al daño del ADN. 

Confirmaron, así, que la unión de la hormona con su receptor promueve la regeneración celular y evita la degeneración. 

Los expertos pretenden ahora ampliar y confirmar los resultados con células humanas procedentes de biobancos y de pacientes de Párkinson.

Sobre el autor:

Alaia Rotaeche

A. R.

Graduada en Periodismo y Máster en Estudios Literarios por la Universidad Complutense. He pasado por medios locales, por comunicación política y de organizaciones y he participado en proyectos autogestionados. Me interesan particularmente la cultura, la política, las migraciones y los feminismos, e intento siempre tener la mirada puesta en quienes tradicionalmente han habitado los márgenes de la sociedad.

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