Unas cabalgatas de Reyes seguras

Con unas Navidades desbordadas en cuanto a participación, las administraciones deben volcarse para que las cabalgatas, tanto las 'oficiales' como las de los barrios, sean lo más seguras posible

Una cabalgata de Reyes Magos en Sevilla, una ciudad 'colapsada' por el calendario navideño, el pasado 2 de enero.
Una cabalgata de Reyes Magos en Sevilla, una ciudad 'colapsada' por el calendario navideño, el pasado 2 de enero. MAURI BUHIGAS

Las cabalgatas de Reyes son una de las principales tradiciones que tienen las Navidades en Andalucía, como en toda España, se puede decir. Habitualmente –nos atreveríamos a decir que siempre, pero como se trata de 8.131 municipios, es de suponer que habrá alguna excepción– le corresponde a los ayuntamientos su organización, pero también existen pequeñas cabalgatas de barrio (por no hablar de visires, carteros, heraldos...), sobre todo en las grandes ciudades, en las que todo se desarrolla con más laxitud y a las que también hay que prestar atención.

Asociaciones de vecinos, hermandades y peñas suelen ser las organizadoras días antes de cabalgatas al margen de la oficial. Algunas de estas cabalgatas son más o menos nuevas, pero otras tienen su propia tradición y todo el sentido del mundo en cuanto a su existencia. En barrios de Jerez ha habido varias de estas cabalgatas y otras que habrá ya el fin de semana, sobre todo en la zona rural, pero también en Cádiz, en San Fernando, en Sevilla (solo en Sevilla capital hay cerca de cuarenta de estos desfiles, lo que, diversión aparte, origina también problemas crecientes entre los ciudadanos en cuanto al tráfico y movilidad), en Málaga... 

El caso es que la asistencia de público a las cabalgatas, incluidas las de los barrios, es un fenómeno creciente y las administraciones locales –y también, llegado el caso, las delegaciones del Gobierno– no pueden permanecer ajenas a este hecho. No es suficiente con poner todos los medios en las cabalgatas centrales, hay que estar también en estas más modestas porque hoy por hoy, con la Navidad como fenómeno desbordado, también reúnen a cientos, cuando no a miles de personas y, en cualquier momento se puede producir un incidente de cualquier tipo, como ocurrió el miércoles en el Mentidero, en Cádiz, con las piedras de un forjado que obligó a actuar a los bomberos; o en Málaga, en Puerto de la Torre, donde un policía local y una enfermera que se encontraba viendo el cortejo salvaron la vida de una niña pequeña que se había atragantado con dos caramelos...

Policías locales, bomberos, Protección Civil, Cruz Roja... los accidentes siempre pueden ocurrir, como el año pasado en Marchena o hace una década en Málaga capital, pero mejor que ocurra con ellos cerca.

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