Llega la primavera y es un buen momento para iniciar un huerto urbano o animarse a tener un semillero propio con semillas autóctonas que ayudan a la preservación de los alimentos locales. Si son naturales, mejor, ya que mantienen las mejores propiedades nutritivas y son más resistentes.
La venta de semillas ecológicas está a la orden del día y son las elegidas por muchas personas al no estar sometidas a tratamientos adicionales perjudiciales para la salud. El tipo de cultivo varía según la época del año y las necesidades de las especies en cuanto a riego y sol.
Se recomienda la compra de semillas de polinización abierta, que tienen el potencial de reproducirse para que al dejarlas cumplir su ciclo biológico en la tierra, sea posible cosechar.
En primavera, entre las semillas orgánicas más comunes para su siembra se encuentra la berenjena listada de Gandía, procedente de Valencia, que presenta un color lila con finas líneas blancas. Su cultivo, nutritivo y sabroso, se puede llevar a cabo en huertos urbanos y en grandes huertos.
Las plantas son compactas y producen frutos de tamaños que rondan entre los 10 y 15 centímetros. Asimismo, su ciclo de crecimiento es de unos 60 días desde el trasplante hasta la cosecha y se desarrolla bien tanto en climas fríos como en cálidos.
Para su fertilización necesita abonos ricos en humus y materia orgánica para su desarrollo como el estiércol de caballo, mientras que para combatir las plagas más comunes de esta hortaliza, se aconseja aplicar jabón potásico o tierra de diatomeas.
Otro cultivo que se realiza en esta estación es el calabacín Black-Beauty, una variedad que aporta un mejor sabor cuando se cosechan pequeños. Es un cultivo rústico aunque muy exigente en iluminación. A su vez, es preciso acolchar con paja y abonar con humus y/o estiércol de caballo ya que necesita grandes cantidades de nutrientes.
Esta variedad se deja crecer hasta los 15 y 20 centímetros y cuenta con frutos largos y cilíndricos. Sus plagas mas comunes son los pulgones y la araña roja y enfermedades como el oídio y mildiu, que se combaten con jabón potásico o tierra de diatomeas.
La remolacha Detroit2 también se observa en los huertos urbanos en esta época. Son una variedad fácil de cultivar en la que no solo se aprovecha el bulbo, sino también sus hojas, que son comestibles. Para disfrutar de su sabor debe ser cosechada cuando la raíz alcanza el tamaño de una pelota de tenis.
Este cultivo exigente se adapta bien a climas templados, luminosos y húmedos pero se recomienda un abonado previo a la siembra o el trasplante.
El tomate cherry es otra opción. Esta variedad procedente de Muchamiel, Alicante, presenta un color rojo característico y se cultiva en suelos fértiles, frescos, sueltos y profundos. Aproximadamente su ciclo de crecimiento es de unos 120 días desde la siembra y su temperatura óptima es entre los 25 y 35Cº.
Para que germine, requiere suelos muy fértiles, aireados, que sean profundos y con una capacidad de drenaje excelente. Además, si se cultiva en macetas o jardineras hay que regarla más frecuentemente.
Por último, las semillas de girasol gigantes se pueden plantar en estas fechas. Estas germinan de 4 a 10 días después de la siembra y pueden alcanzar los 2,5 metros de altura.
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