Abre sus puertas 'El vino, alma de mujer', un evento que acoge hasta el 7 de septiembre una muestra fotográfica, una mesa redonda y una cata con ellas como protagonistas.

Los inconfundibles aromas que emanaban de los cascos de bodega de Williams & Humbert en la calle Santo Domingo forman parte de la nostalgia colectiva de generaciones de jerezanos. La empresa concentró hace más de dos décadas todos sus tesoros y sus oficinas camino de El Puerto. Sus antiguos edificios los ocupan hoy la delegación municipal de Juventud, un gimnasio que abre las 24 horas, un estudio de arquitectura y un hotel. Sin embargo, estos días cuelgan de las paredes de una de las naves que quedan en pie cien fotografías. Todas ellas simbolizan el papel de la mujer en el mundo del vino de Jerez. ¿Pero tantas mujeres trabajan en el Marco como para llenar una exposición fotográfica con cien obras? Y más. No en vano se han quedado fuera algunas porque hubiera sido necesario quitar los extintores contra incendios, pero tampoco era plan.

Mujer y vino. Qué bonita dualidad. Pero, seamos honestos, cuánto tópico y cuánto costumbrismo encerrados durante décadas en una relación marcada siempre por el desequilibrio, cuando no por la discriminación. El papel de ellas se reducía a la chica guapa del anuncio, la azafata o la secretaria de dirección. Lo decía César Saldaña, director general del Consejo Regulador del Jerez, en la presentación: “Una exposición así era impensable hace veinte años”. Y tanto. Como que el jerez, en la segunda década del siglo XXI, sigue siendo un mundo claramente dominado por el hombre. Lo apuntaba también la alcaldesa, Mamen Sánchez, en su intervención: “las mujeres sólo aparecían en la bodega cuando fallecía el marido y tenían que hacerse cargo del negocio, pero al final lo hacían magníficamente bien”.Inevitablemente, nos vienen a la cabeza dos “pilares” en la historia reciente del Marco de Jerez: Aranda y Plá. La una, artífice de la gran bodega almacenista. La otra, matriarca inconmensurable de un negocio de jereces artesanos que no dejan de enamorar en el nuevo mundo, y en el viejo también.

Sin ánimo de abrir un debate sobre la perfectamente prescindible “discriminación positiva”, la mujer debe jugar un papel esencial en esta sherry revolution que no ha hecho más que empezar. Su sensibilidad, intuición, seguridad y empatía se antojan valores fundamentales en el resurgir del sector. La nueva primavera del sherry tiene alma de mujer. Ese es el leitmotiv que ha venido tejiendo primorosamente desde hace un año Noelia Herrera, de Jonocla Fotografía y madre de la criatura. Mi enhorabuena más sincera porque, a buen seguro, la cita en Los Jándalos debe marcar un punto de inflexión.

Junto a las andanas, las botas, los bienteveos de los viñedos, los laboratorios, las salas de catas y los despachos con maderas nobles no vemos esta vez gestos serios y adustos. Varones con una más que evidente influencia inglesa en el vestir y por los que no parecen pasar los años, los lustros y las décadas.Su lugar lo ocupan arrumbadoras, enólogas, directoras comerciales, accionistas, gestoras de aprovisionamiento y relaciones públicas. También guías, responsables de enoturismo y de márketing, administrativas, catadoras, propietarias, jefas de laboratorio e investigadoras. Comparten zona expositiva con cocineras, vendimiadoras, gerentes, capatazas, biólogas, técnica de viticultura y faeneras. Y estas, a su vez, con directoras de promoción, tabanqueras, sumilleres, periodistas y venenciadoras. Todas reclaman el protagonismo que se les negó durante generaciones. No hay por tanto tiradoras, tebas ni chaquetas de sport. Tampoco blazers ni trajes a medida. Ellas son más de fular, colgantes, pulseras, tops, chaquetas de cuero, levita, blusón, jersey de murciélago, collar de perlas, broches y cuerpo de gasas.

Lo mejor es que no pasa nada. Que por no escandalizar no lo hace ni el crucifijo que en una de las fotografías introduce en una bota a través del bojo, su orificio superior, María José de la Torre, Relaciones Públicas y responsable de enoturismo de Bodegas Díez Mérito. Ver para creer. Y nunca mejor dicho.Si no pudieron ir a la inauguración, no dejen de visitarla. Esta noche nos deleitaremos con el lado más femenino del sherry gracias a una mesa redonda que, moderada por Pepa Pacheco, presidenta de la Asociación de la Prensa de Jerez, contará con Carmen Borrego, de Maestro Sierra; Helena Rivero, de Tradición; Catalina Aveledo, de Barbadillo, Carmen Martínez, de Miss Catas.

Allí estaremos, a pesar de la infeliz coincidencia casi en la misma manzana con la Cátedra del Vino que, con motivo de la Fiestas de la Vendimia, llevará a la bodega de San Ginés a Antonio Saura y a José Luis López Linares, responsables del éxitoso documental El misterio del Palo Cortado.

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Jorge Miró

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