Manuel Valencia o cómo hacer la sopa de tomate perfecta
Lo mejor del par de meses sabáticos que se ha regalado uno de los mejores chefs andaluces de todos los tiempos, el jerezano Manuel Valencia Lazo, es que se trata de un descanso activo. Aunque el cuerpo le pedía parar para recobrar la perspectiva profesional, su capacidad de crear y de deleitar los paladares no necesita tregua alguna.
Manolo disfruta viendo disfrutar a los demás con lo que mejor sabe hacer, cocinar. De ello pueden dar fe sus clientes de toda la vida en La Andana y del resto de establecimientos por donde ha pasado impartiendo su magisterio.
Consciente de ello y abusando de su amistad, le he pedido dos colaboraciones para los lectores de lavozdelsur.es y del gastroblog A Boca Llena.
La primera fue el·Ajo de viña. Un regreso en toda regla a las gañanías de otros tiempos que él se encargó de llevar a las mesas más exclusivas con la categoría del mejor de los manjares. Ese mismo día, conversando con su colega Carlos Herrero, ambos quedaron en volver a quedar en Cuchara de palo para que Manuel elaborara otra delicioso plato salido de la humildad de los fogones: la sopa de tomate.
Ni el ajo de viña es una sopa de tomate, ni la sopa de tomate es pan migado en un sofrito. Como todo, la receta tiene sus tiempos y su maña, y en ellos Valencia es un experto consumado. Tras una primera prueba felicísima en casa de quien suscribe, nuestro chef repitió una semana después en casa de Herrero, pero para más comensales.
El resultado fue extraordinario nuevamente, a juzgar por los rostros de satisfacción de todos. En otro homenaje al gran espectáculo de lo sencillo, Valencia nos regaló una sopa de tomate perfecta.
He aquí el resultado.
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