La muerte también puede dejar momentos hilarantes. La prueba la podemos encontrar en las esquelas, en las ocurrencias de los familiares para despedir a sus seres queridos.
Enrique Rodríguez, corresponsal de una radio colombiana, compartía en redes la de una mujer fallecida en Santa Cruz de Tenerife. "Tanto H.P. vivo y se muere nuestra madre", se podía leer en la esquela en prensa de Ana María Arbelo, fallecida el 23 de junio a los 68 años.
El mundo de las esquelas en prensa pic.twitter.com/bkVcsxNAYt
— Enrique Rodríguez (@rodriguezcoello) June 26, 2022
Tras el tuit de Enrique, otros tuiteros han querido compartir otras necrológicas que caminan entre lo surrealista y lo desternillante.
Como, por ejemplo, la de Soledad Hernández Rodríguez, fallecida hace diez años, que "quiso en sus últimos momentos de vida dejar encargada la publicación de esta esquela para manifestar su perdón a los familiares que la abandonaron cuando más les necesitó, sus hermanos Juan y Manuel Hernández Rodríguez, así como su hija María Soledad García Hernández por su absoluta falta de cariño y apoyo durante su larga y penosa enfermedad".
La esquela de José Manuel Fernández Núñez aparecida en El Comercio rogaba “un brindis en su recuerdo y, si tienen a bien, asistan a la misa por su eterno descanso que se oficiará el viernes 4 de enero, a las ocho y media de la tarde, en la capilla de Los Estudiantes de Sevilla, él seguramente esté en el bar de enfrente”.
Épica fue la de Mikel Marroquín, un joven que falleció tras sufrir un fuerte golpe al lanzarse al agua en una zona poco profunda. "Yo, Mikel Marroquín, os invito hoy a mi última fiestuki en la Iglesia de San Marcial a las siete y media de la tarde. Abstenerse gente triste" fue la esquela que anunciaba el funeral de este donostiarra fallecido en 2011.
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