¿Por qué nadie habla de la división social que hoy existe en este país nuestro, como responsable de la inmensa grieta que se está abriendo en nuestra sociedad? El lenguaje nunca fue gratuito y por aquí gustan mucho los eufemismos. Quizás por eso oigamos hablar de “inmunizados” frente a “expuestos”. Y hasta se hagan distinciones entre aquellos que han podido “protegerse” y los que se han “jugado el tipo” por quienes nos recluíamos y protegíamos.
La paguita se la van a gastar en vicios. Los pobres son pobres porque quieren. Tenemos lo que nos merecemos. Si quieres algo en la vida, hay que trabajar duro. ¿Habéis escuchado a alguien decir alguna de estas frases en los últimos meses? ¿Las habéis dicho vosotros?
El enclaustramiento no es del interés del capitalismo, que se nutre tanto de la estandarización como de la diversidad y el contacto, del consumo y la ostentación, de la constante movilidad. El enclaustramiento es un torpedo contra la línea de flotación del capitalismo tal y como era ayer. A dónde irá, no sabemos.
El teletrabajo deslocaliza centros de actividad económica para el mercado, para el valor de cambio, hacia lugares de cuidados, de reproducción, de trabajos para el valor de uso. De este modo, deslocalizando hacia atrás-dentro, hacia lo oscuro-privado, cumple con su función: nublar la explotación para generar beneficios empresariales
Juan Ramón no pretendía que todo el mundo escribiera poesía sino que todo el mundo se hiciera poesía, vivir poético, vida vocativa hoy devaluada por nuestra sociedad productivista y mercantilista que reduce la palabra poética a producto y mercancía al servicio de la publicidad y del consumo
Igual que volvemos a las terrazas de los bares y a llenar las ciudades de coches, volveremos a incumplir cualquier objetivo de respeto al medio que nos da la vida. Porque siempre hemos practicado el expolio universal en el ámbito de nuestras posibilidades.
Si hiciésemos un recorrido comparativo por el contexto socioeconómico de la Peste Antonina, la Peste del Siglo de Oro y esta pandemia que hoy asedia a la humanidad, encontraríamos muchos más puntos en común de lo que nos imaginamos.
Este señor entiende Andalucía como su cortijo. No hay que reivindicar solo los símbolos, sino también la resistencia ante la manipulación tergiversada de lo andaluz.
Lo peor de todo es la actitud que muchos andaluces adoptan ante estos ataques que nos denigran a todos y que no solo no contestan la inaceptable censura, sino que callan, otorgan y, en consecuencia, reniegan de sí mismos.
Desde que empezó esta crisis del Covid-19, el Gobierno de España ha ido anunciando e implementando medidas. Ninguna dirigida a quienes nada tienen. Nada para las personas y familias que viven en la exclusión.
Estos días de inicio de la desescalada, oímos a los ministros “de izquierda” recién admitidos en “la casta” predicar la “recuperación de la senda del trabajo, del consumo y del crecimiento”. Realmente, invocan la tradición de la izquierda en vano.
'Las redes de poder en España', de Andrés Villena, habla de cómo PP y PSOE ponen las instituciones del Estado al servicio del enriquecimiento de los grupos de poder hegemónicos
El rey poeta Al Mutamid, contrario al integrismo almorávide, fue despedido con lágrimas por los sevillanos. Como él, otro poeta, Antonio Machado murió en el exilio en 1939. El último éxodo andaluz se está produciendo ahora mismo.