A pesar de ser doctor en Publicidad, no por ello está más entrenado para destapar a quien se la intente colar. “Me la cuelan mucho, en casa del herrero...”. En general, no es partidario de regular, pero con las apuestas haría una excepción, aunque “no sabría decir cómo”.
A sus 82 años, Cristóbal Flores Valverde invierte decenas de horas a la semana en coger cañas junto al río para fabricar los canastos que luego vende para subsistir. Vive en los vestuarios de un polideportivo habilitado en el interior de una azucarera abandonada. Esta es su historia