Es evidente que los bulos se han convertido en estos últimos años, digamos que lo que llevamos de siglo XXI, además de ser un arma política para arrasar la reputación del contrario, en la forma de hacer política
Es bastante evidente −él no lo esconde desde luego− que tiene una ideología coincidente con la ultraderecha, con llamadas a golpes de estado, insultos de toda índole y pelaje a políticos, periodistas o cualquiera que él entienda que es un rojo peligroso y por tanto especie a exterminar
Todo eso podría quedar en el ámbito de la ordinariez social que nos invade a los comunes, pero la cuestionable, lo alucinante, es que los políticos se han contagiado de ese nivelito
Hoy, sin tener que rectificar nada, es bueno insistir que no hay conflicto que no se pueda arreglar por vías pacificas, que en el País Vasco, hoy, sin duda, no existe ETA y no hay terror