Familia de Manuel Orellana.
Familia de Manuel Orellana.

Nuestra Familia, a finales de los años 80, adquirió una pequeña finca en la provincia de Málaga, en el Municipio de Montecorto, con una superficie de 70 Hectáreas, formada, por un trozo de dehesa, monte bajo, tierra de labor y huerto, lo gestionamos con ovejas merinas de Grazalema. vacas berrendas, cerdo Ibérico, una burra, gallinas, dos perros, seis  gatos  y unas colmenas; creemos que la ordenación de los recursos naturales (suelo, clima, masa forestal , plantas) interrelacionados  con los animales, y la gestión del agro, aplicando  los conocimientos tradicionales y los niveles  de desarrollo tecnológicos de los que disponemos nos sitúa en un marco que nos reta  a  la toma de decisiones ajustadas al equilibrio de los ecosistemas en armonía con la producción de  alimentos de calidad .

En íntima conexión con una sociedad que demanda una participación activa en los procesos   alimentarios, conservación del medio ambiente, las eficiencias energéticas, la sustentabilidad de los recursos, y un comportamiento ético en las relaciones comerciales.

 Por ello, hemos buscado métodos innovadores que equilibren el ecosistema de nuestra finca y hemos reflexionado con toda la imparcialidad posible decidiendo incorporar a nuestra gestión, la Metodología Agroecológica.

¿Por qué integración de la Ganadería en la Agricultura?

Si observamos los datos históricos, desde hace más de 10.000 años los seres humanos del neolítico,  descubrieron que capturar animales, domesticarlos y mantenerlos vivos para utilizarlos  les permitía reducir la incertidumbre que, en relación con las posibilidades de alimentación, les suponía el hecho de tener que depender de la caza, esto supuso que ellos mismos tenían que encargarse de suministrar alimento a los animales. Así, consiguieron domesticar varias especies, encargándose de mover los rebaños de unas zonas de pasto a otras, imitando los movimientos naturales de los mismos. Este  control, despliega  el nacimiento de las prácticas agrícolas, que ligaban al hombre a la tierra, les incitaba  al cultivo de forraje para alimentar a los animales, observando con la experiencia,  las posibilidades  de utilizar  los excrementos- y -orina de los animales (Materia Orgánica. Humus) para la fertilización de los suelos y la reproducción de las semillas, así, podemos afirmar, que nuestros antepasados, abuelos y tatarabuelos, utilizaron a los animales en todos aquellos procesos de transformación y adaptación a la naturaleza   consiguiendo la alimentación necesaria para satisfacer las necesidades de la comunidad. Gracias a estos procesos de integración y respecto al medio natural, la humanidad se desarrolló creando unos ecosistemas ricos en diversidad natural y cultural.

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Nosotros, desde nuestra humilde opinión, creemos que el enfoque actual de la agricultura y ganadería  no es el adecuado, oponiéndonos rotundamente a:

1).-Al cultivo convencional, fertilizando con químicos, herbicidas e insecticidas.

2).-A la Ganadería gestionada con métodos industriales.

3).-A   la modificación genética de las plantas y animales.

4).-A la comercialización global de los alimentos.

Creemos, que la fertilización química degrada los suelos, anulando los procesos vitales de los microorganismos,  destroza el equilibrio estructural del suelo,  destruye  la matera orgánica, que   unido a los herbicidas  e insecticidas envenenan  el suelo y los alimentos que producimos.

  Ejemplo: Un labrador de la zona, me decía: Manolo, sin químicos la tierra ya no produce, pero….ayer, después de rociar el trigo con herbicida, aparecieron muchos animalitos muertos,  hasta dos perdices, y han  desaparecido muchas  plantas que antes abundaban  en este campo.

Igualmente, nos parece adecuado el secuestro de animales en jaulas, con estímulos al engorde y a la explotación excesiva de su potencia productivo ;pensamos que es mal trato, y con él, estamos anulando un desarrollo integral de sus potencialidades naturales  en sus entornos, además, de los posibles riesgos  para la alimentación.

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Otro, de los aspectos que tampoco incorporamos a nuestra gestión es la modificación genética de las plantas  y la inseminación artificial.

Pensamos, que el afán productivista está apostando por unos experimentos de un alto riesgo para el campo y la sociedad, por su posible contaminación y cruces genéticos, la progresiva desaparición de la biodiversidad y las consecuencias que puede conllevar en el ser humano.

Nosotros creemos en la ciencia y apostamos por la investigación, pero en un marco ético y utilizando siempre el principio de precaución.

Por último, “con los alimentos no se juega”.  Pensamos que es impresentable controlar la especulación de los alimentos en los mercados globalizados. Es impresentable que para incidir en la baja de los precios o/y  en el incremento de PIB de una nación, se firmen acuerdos comerciales, que repercutan directa o indirectamente sobre las capas sociales más desprotegidas, además de la contaminación en el transporte, la especulación de precios y la  exclusión de su acceso  a  los más débiles.    

Un gran pensador de la agricultura regenerativa del siglo XX, Voisin decía: “De la vida del suelo depende la vida humana y las civilizaciones,   SE TRATA PUES, DE QUE EL HUMANO VIVA , NO COMO UN PARÁSITO DEPREDADOR DEL SUELO SINO EN ARMONIA CON SUS ELEMENTOS VIVOS. “Luis Carlos Piñeiro Machado”, en su libro tecnología Agroecológica para el tercer Milenio.  

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