Ayudemos al Olivar Picudo

Cada vez más se observan plantaciones de superintensivo en zonas de olivar tradicional; esto lleva a generar menos empleo en las zonas rurales y más despoblamiento

Nuria en despacho 2

Ingeniera Técnica Agrícola.

Olivo Picudo, en una imagen de archivo.
Olivo Picudo, en una imagen de archivo.

Según la definición de la Real Academia Española, el Olivo es un árbol de la familia de las oláceas, con tronco corto, grueso y torcido, copa ancha y ramosa que se eleva hasta cuatro o cinco metros, hojas persistentes coriáceas, opuestas, elípticas, enteras, estrechas, puntiagudas, verdes, lustrosas por el haz y blanquecinas por el envés, flores blancas, pequeñas, en ramitos axilares, y por fruto la aceituna.

La situación en España con los datos tomados del estudio de Aproximación a los costes del Cultivo del Olivo realizado por AEMO en el 2.020, nos indica la distribución actual del olivar español en 2.650.000 has. de olivar de las cuales 583.000 has. son de olivar tradicional no mecanizable, 1.298.500 has. son de olivar tradicional mecanizable, 689.000 has. de olivar intensivo y 79.500 has. de olivar superintensivo.

De estos datos deducimos que el olivar tradicional supone un 71% de toda la tierra cultivada (más de 2,5 millones de hectáreas). Del total, el 49% corresponde a olivar tradicional mecanizable y 22% a olivar tradicional no mecanizable. Sin embargo, a raíz de la desvalorización de este oro líquido y la desarmonía entre los volúmenes de producción y de consumo, más de 130.000 has. de olivar tradicional no mecanizable están en proceso de abandono. Este tipo de cultivo corresponde a pendientes mayores de un 20% como ocurre en la Subbética Cordobesa.

Cada vez más se observan plantaciones de superintensivo en zonas de olivar tradicional; esto lleva a generar menos empleo en las zonas rurales y por tanto, a un despoblamiento rural que actualmente ya se está viviendo en la Subbética Cordobesa. Pero además éste cultivo de olivar tradicional no puede desaparecer ya que el mercado demanda este tipo de aceites con variedades autóctonas y con calidades excelentes.

Por comparativa el coste de recolección por kilo de aceituna en nuestro olivar tradicional está entre 20 y 25 céntimos y en superintensivo lo hacen a 6 céntimos por kilo de aceitunas; por estas razones nuestro olivar puede peligrar.

Nací en una capital, concretamente en Sevilla, pero desde pequeña tenía claro lo que quería ser de mayor: Ayudar y Colaborar. Recuerdo que mi madre siempre me decía: “Niña que eso no se estudia”.

Pasaron los años y terminé la carrera de Ingeniera Técnica Agrícola culminado con un proyecto Fin de Carrera que desarrollé junto a los profesionales en el IFAPA de Cabra, cuánto me enseñaron!!!!. Es entonces cuando comienza mi vida profesional y desde ese momento vivo en la Subbética cordobesa, tierra a la que amo y adoro, enamorada de su gente, de sus costumbres, de su paisaje, de su patrimonio… Y en la que como no, criando a mis hijos en un mundo rural muy enriquecido medioambientalmente y paisajísticamente.

Por mi profesión tengo la gran suerte de vivir por y para El Olivar,  mi mejor compañero.

He vivido de primera mano la transición del olivar convencional al olivar ecológico en la Sierra de La Subbética Cordobesa, comenzando en el año 2.000 y actualmente el AOVE Ecológico Mejor del Mundo se produce en esta Sierra; concretamente en la Cooperativa Almazaras de la Subbética SCA; de la cual me siento muy orgullosa de formar parte como socia y trabajadora.

Al cultivo del Olivo le debo todo los fracasos y los éxitos profesionales. Rodeada de un mar de olivos como es la Subbética Cordobesa y sobretodo por el Olivar Picudo.

Nuestros Olivares Picudos pertenecen a la Denominación de Origen Protegida Priego de Córdoba, la más premiada del mundo con sus aceites de excelente calidad, y esto en parte se debe a la Variedad Picuda que aporta a estos aceites unos aromas frutados frescos y muy aromáticos que nos recuerdan a las huertas tradicionales de la Subbética Cordobesa dando unos sabores en boca dulce, amargo ligero y picante progresivo.

Si además, los observamos, son olivos centenarios, milenarios con grandes troncos y elevadas copas, tal como nos indica la definición de la Real Academia Española. Cuánta sabiduría contienen.

Estos olivos picudos tienen un gran papel protagonista en Botellas con Alma. Proyecto solidario puesto en marcha en Almazaras de la Subbética SCA. Por cada venta de una botella de este aceite se dona una cuantía a la Investigación contra la Leucemia Infantil.

Pero por circunstancias de la vida estos olivos están desapareciendo para realizar plantaciones de otras variedades con mayor  densidad para que sean  más productivas pero que sin duda no aportan los aromas y sabores tan característicos de esta zona.

Y me pregunto por qué estamos arrancando los olivos que producen uno de los Mejores Aceites del Mundo. Y lo más grave, lo estamos permitiendo. Cuánta sabiduría que culmina su vida en madera, cuántas historias de amor de nuestros abuelos y tatarabuelos habrán vivido estos olivos picudos. Por un lado, entiendo al olivarero que necesita obtener una renta digna y por ello realiza plantaciones con mayor productividad. Sin duda el mercado del aceite tiene parte de culpa ya que hay campañas en las que el precio de los aceites no cubren ni los gastos de producción.

¿Os imagináis la Sierra de la Subbética Cordobesa sin olivar tradicional? No lo permitamos. Debemos hacer algo para que nuestros agricultores vivan dignamente. Se ha demostrado que ellos lo hacen bien manteniendo las cubiertas vegetales, respetando la fauna, la flora autóctona…Tenemos que ayudarles.    

Confío en que son muchos los agricultores que cuidan y miman sus picudos como si fuesen sus hijos. Iniciativas como la de la Fundación Savia que junto a Almazaras de la Subbética han puesto en marcha el proyecto: “Un Nacimiento, Un Olivo Picudo”. Hace referencia a que cuando nazca un niño de un socio de la Cooperativa se plante un olivo picudo, de esta manera contribuimos a perpetuar esta variedad.

No dejemos de luchar por nuestro Patrimonio. No dejemos que nuestra historia se pulverice en madera. No contribuyamos al despoblamiento rural.

¡Ayudemos al Olivar Picudo que tanto lo necesita!

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