Una peluquería artesanal
Una peluquería artesanal

El grupo va creciendo en dirección a la estación. Nos vamos encontrando con puntualidad relajada, nos damos los buenos días. Podría llover. Los andenes están abarrotados, es el puente de la Ascensión. Hay dos vagones para bicicletas pero no cabemos todos y entramos en motrollón. Llegamos a Uelzen, la estación inspirada en el artista austríaco Hundertwasser. De ahí parte nuestra romería laica y cultural a Gorleben.

Empieza el pedaleo de una etapa que terminará a los 50 kilómetros. La ventaja de no ir caminando es la relativa rapidez y la capacidad para transportar cosas en las alforjas. Que me siento parte del paisaje a medida que avanzo. Cuando llegamos a un lugar y me bajo del sillín no me siento ajeno y con la necesidad de detenerme para integrarme al lugar. Por los caminos y carreteras va despertando la solidaridad del viajero, de quien además va a la misma romería. El relajo gobierna por sobre los bicicletistas. Algunos de ellos, seguramente enamorados, se toman por los hombros o de las manos mientras siguen pedaleando. Los automovilistas no abandonan del todo su estrés. En cada pueblo o lugar se han colocado carteles que piden que no se aparque en su término y se han habilitado campas a las afueras para hacerlo. Deben someterse al ritmo de los pedales, pero la convivencia es buena. El ritmo dominante lo marcamos los del sillín.

Hay letreros que van indicando desviaciones a un nuevo punto de la Kulturelle LandPartie. En unos lugares hay barras improvisadas y fuegos de campamento con ollas sobre las llamas. En otros lugares se ofrece tarta y café. Otras casas se han abierto para mostrar lo que hacen sus moradores. En algunos lugares se ofrecen varias de esas cosas al mismo tiempo, y espacios para acampar o camas de pensión.

El programa

Durante diez días el Wendland se convierte en un jubileo de viajeros, en una suerte de romería, con cientos de eventos de todo tipo: cabaret, circo, música, cultura gastronómica, exposiciones de arte y artesanía. Encuentros. Es una gran romería donde la gente se encuentra, se sienta relajada a comer, beber, escuchar y mirar. Productos ecológicos; comportamientos más naturales que los acostumbrados. Muchísimas actividades dedicadas a los niños y niñas. Las personas disfrutan del paisaje, del abandono momentáneo de esos días de vacaciones y de una hospitalidad realmente excepcional, en medio de una naturaleza extraordinaria. Como telón de fondo, la resistencia contra la energía nuclear y la sonrisa a favor de la ecología y las energías renovables: aspas de color amarillo pueblan el paisaje como si fueran la nueva alma del Wendland.

Flores en el pelo

Bienvenido a mi casa. Por la tarta y el café solo la voluntad

Toda esta romería laica y cultural es, sobre todo, una romería política. Sus raíces están en la resistencia antinuclear contra Gorleben. Una resistencia de muchos años que ha establecido redes potentísimas de pertenencia y solidaridad. La Kulturelle LandPartie no es un evento que pueda montar una agencia dedicada al marketing del turismo y el comercio de artesanos al detalle. No es una feria. La gente abre las puertas de sus casas, como Verena Holzhauser, artista plástica que vive entre Berlín y el Wendland. Te invita a pasar, te muestra su jardín, te ofrece conversación, café y tarta que ella misma ha horneado. En las paredes se pueden admirar algunas de sus obras.

También Gerald Brieskorn y Andrea Bärtig. Ellos en Küsten. Fui a su casa avisado por mi amiga Inga Henke, una profesora de instituto de arte. Escuché un magnífico concierto de Rock die Strasse, una banda de música callejera que lo dio todo sobre el escenario con gran calidad. Era el concierto final del Wunde.r.punkt Küsten.

Llegué a casa de Gerald y Andrea. Entré. No había nadie. Las puertas estaban abiertas de par en par. En la cocina, café y tartas. Postales para vender y, junto a ellas, la caja con el dinero. La casa en renovación: dos edificios y un jardín silvestre asombroso. Pasé al segundo edificio. Llamé. Nadie. Miré. Las pinturas estaban colocadas donde había sitio. Al final, en una cocina, junto al estudio de Gerald, el cuadro que iba buscando: Soll dat?. Otra vez el juego de palabras del Wendland y el mestizaje cultural. La imagen principal en el cuadro: un soldado.

En alto alemán soldado significa “Soldat”. En plattdeutsch (platt), bajo alemán, soll dat? significa "soll das [sein]?" en alto alemán, que significan "¿debe existir esto?". El juego de palabras es, por tanto, la correspondencia entre "soldado" y "¿debe existir [el soldado]?". Este artista llama a su proyecto artyschock, un nuevo juego de palabras entre "arte y schock" y el juego entre arty y shock que se puede combinar con la alcachofa, que en alemán se llama "Artischocke". Una burla muy interesante.

Por fin llegaron como caídos de las nubes, me recibieron, me invitaron a café, conversamos largo y sentados, me abrazaron y quedamos en que volveríamos a vernos.

La idea de que la Kulturelle LandPartie, con sus puntos antecesores, fuera una posibilidad económica como respuesta al modelo de la energía nuclear, sigue vigente hasta hoy. Naturalmente hay enormes discusiones, e incluso divorcios, sobre si todo se ha vuelto demasiado comercial, demasiado masificado, demasiado. Es lo que puede ocurrir con una romería que, en realidad, es autoregulativa en su funcionamiento de democracia horizontal. Los artesanos siguen llegando y algunas novedades de inmenso interés no faltan. Es el caso de los Nanai y el artesano guarnicionero de piel de pez Kristof Mascher, que acude a la Mützingenta desde hace varios años. Un arte y oficio, el de la guarnicionería con piel de pez, antiguo y casi perdido que Kristof aporta a la Kulturelle LandPartie, quien colabora con Anatol Donkan, descendiente de la etnia Nanai.

Mercado de artesanos de Pentecostés

Tal y como me relataba Michael Seelig, uno de los espíritus que alumbró el mercado de artesanos de Pentecostés: "sabíamos en contra de qué estábamos, había que saber a favor de qué estábamos y qué íbamos a acometer como proyecto alternativo". "Oponerse es fácil, proponer con coherencia era lo necesario. Era imprescindible asumir esa responsabilidad de construir un nuevo modelo que contribuyera, también, a neutralizar los argumentos de la industria nuclear". Así, "decidimos que había que crear un nuevo modelo económico para la región, ofrecer trabajo y riqueza a quienes ya vivían en ella o a quienes quisieran venir a quedarse. Nosotros mismos veníamos de otras regiones de Alemania".

Michael Seelig

Los mercados de artesanía y los mercadillos de trastos viejos en días festivos o en fines de semana son normales en Alemania. El calendario festivo de mayo y junio está centrado en el calendario litúrgico: Ascensión del Señor, jueves; Pentecostés, domingo y lunes, y martes libre en las escuelas en Baja Sajonia. El fin de semana de Pentecostés se celebró en Kukate un mercado. Inge y Michael Seelig formaban parte de la resistencia antinuclear. Inge era maestra tejedora. Su círculo social estaba lleno de artesanos. La asociación de artesanos de la región vecina, Lüneburger Heide, tomó parte en el mercado también. Ese primer mercado de Pentecostés, de artesanos de alta calidad, fue un éxito en su primera edición y desbordó todas las previsiones. El modelo alternativo estaba en marcha. Michael Seelig: "Ahora no solo sabíamos contra qué estábamos, sabíamos a favor de qué estábamos. Y sabíamos que era posible experimentar por ese camino".

"Se trataba de seguir avanzando en ofrecer trabajos artesanos de alta calidad y renovar, con artesanos valientes, los productos". Los artesanos que acudían al mercado no podían repetir más allá de tres veces, para que hubiera una renovación de ideas y productos, de modo que cada año se ofrecían cosas nuevas y de creciente calidad.

Coser a pedal. Una sastra que trabaja con holandas como en otros tiempos, pero para estos de hoy. Un aporte poético a la maestría del coser.

Este mercado se abrió en 1985, con cincuenta artesanos que exponían sus trabajos gracias a un proyecto transversal común. En 1988 llega el primer plato fuerte, "Aus allen Wolken [fallen]", una frase incorporada a la lengua alemana desde una comedia de Aristófanes, Las aves, que viene a significar, "bajar de las nubes", abandonar los mundos fantásticos y aterrizar en la realidad. La acción artística incluía a 25 artistas de la República Federal y a otros 25 de la República Democrática: "Bajar de las nubes: signos textiles en el paisaje", y lo primero que ocurrió fue que los cazadores se quejaron de que aquellas banderolas espantarían toda su caza. Aquellas quejas saltaron a la primera página de muchos noticiarios y esto contribuyó a que la acción tuviera una gran repercusión mediática, y una gran afluencia de público.

Se habían establecido doce Wunde.r.punkte para esa acción. Wunde. Wunder. Punkte. Wunde.r.puntkte. Los alemanes juegan con las palabras con gran placer, son grandes humoristas y producen un cabaret político muy popular y de gran calidad. El doble sentido de las palabras es el alma del humor, seguramente. Desde esa tradición cultural surgen los "Wunde.r.punkte". Wunde significa herida. Wunder significa maravilla. Punkte significa puntos. O sea, "puntos maravillosos que pueden ser destruidos para convertirse en heridas abiertas".

Hoy esos puntos son ya 120 lugares maravillosos donde ocurren cosas maravillosas, que de desaparecer serían 120 heridas abiertas. Desde 1995, la Kulturelle LandPartie.

En cada Wunderpunkt un flotador

En cada Wunderpunkt del Wendland un flotador de esos que llevan los marinos, de esos que algunos marinos entregan a las personas que rescatan del mar Mediterráneo. A esas personas que vienen buscando una vida más justa, que vienen huyendo de sus Wunde (heridas) y buscando Wunder (maravillas), porque sus maravillas se han vuelto heridas abiertas donde no terminan de poder habitar como sus aspiraciones les alumbran.

En cada Wunderpunkt una esquela, funeraria, o más de una, en memoria de los que han muerto y lo sabemos, y de los que han muerto y no lo sabemos. Una acción de apoyo bajo el lema "Construye puentes y no muros". See Watch.

Modelo económico en cambio

Ese modelo de resistencia que se quería poner en marcha trataba de combatir uno de los argumentos de la industria nuclear: su capacidad para crear puestos de trabajo y aportar riqueza a una región que, agrícola, mostraba carencias y horas bajas; desempleo y emigración. Abandono de los antiguos predios, demasiado grandes y poco rentables. Al Wendland llegaban maestros de escuela y algunos artesanos. Van a pasar 10 años entre el comienzo de la resistencia antinuclear contra Gorleben y la aparición del primer mercado de artesanos con que dará comienzo la KLP.

En estos 40 años se han puesto en marcha iniciativas para la explotación de energías renovables, de zumos ecológicos, de lonas y carpas. La instalación de fibra óptica para la alta velocidad de las comunicaciones está llegando ya a prácticamente todos los rincones. Un laboratorio, ya en marcha, para ofrecer nuevas oportunidades de vida y trabajo en la región, y todo desde la iniciativa ciudadana, desde el activismo y el asociacionismo.

La resistencia. Nuestro próximo y último capítulo

El proceso de resistencia antinuclear apareció dentro de un complejo proceso social y político que abarca varias décadas, desde la mitad de los 60. Un proceso de resistencia que se articulaba mediante procesos generales, autónomos y participativos de democracia horizontal que llevarían a varias ocupaciones de tierra de nadie en las fronteras entre las dos Alemanias, y a la creación de la República Libre del Wendland que solo viviría un mes.

El aprendizaje democratizador bullía en Alemania. Finales de los 60 y la recuperación de la Escuela de Frankfurt; el espíritu del 68; la segunda ola desnazificadora: "Padre, ¿qué hiciste tú en la guerra? Abuelo, ¿qué hiciste tú en la guerra?". Adorno había advertido sobre el regreso de los fascistas en su nueva apariencia de demócratas. Erich Fromm vivía en Suiza desde 1974. Hannah Arendt tomaba parte en el proceso contra Eichmann, en Israel, en calidad de corresponsal para el New Yorker, de lo que surgió su famoso libro "Eichmann en Jerusalem" (1963). La guerra fría y el poder nuclear.

La Wiederstand Partie, la resistencia fundamentalmente social y política contra Gorleben y en el Wendland, se volvería, también, una resistencia antifascista. Una resistencia hacia la libertad y democratizadora. Un cambio de paradigma del pensamiento. Una resistencia contra la inhumana forma de tratar a refugiados y migrantes. Un gran magma de protesta que supo decir a favor de qué estaba.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído