Algunos escritores que son maestros de novela negra han experimentado en la vida real lo que luego han contado en sus novelas y otros han proyectado su imaginación criminal hasta hacerla efectiva y materializarla.
Pedro, el marinero al que apodaban en sus tiempos de mar el aborto, y al que todos en el sanatorio le denominaban el loco de las sirenas, volvía al psiquiátrico