Vivir cerca de una funeraria, un crematorio o un cementerio tiene un impacto negativo en el valor de la vivienda. Si además el sector o la vivienda guardan el suceso de muerte violenta, suicidio o fantasmas, más aún. El sector inmobiliario jerezano lo sabe, los propietarios y arrendadores callan. Encontrar compradores o inquilinos, dispuestos a pagar por una vivienda con un pasado oscuro puede ser complicado. En Estados Unidos las normas de divulgación e información varían según el estado y algunas son más estrictas respecto a lo que los compradores deben saber sobre la historia de una vivienda.

 

En España la picaresca inmobiliaria está en su salsa. Un homicidio es lo que más ‘mata’ el valor de una vivienda. Una muerte no natural en un inmueble puede hacer que el valor se desplome de 10 a 25 %. “Cuando tienes la imagen de que una persona fue asesinada, o que alguien sea suicidado, puede ser incómodo vivir allí”.

 

Las cosas existen porque nosotros las observamos. Hoy día esta zona critica construida sobre el antiguo cementerio de Santo Domingo, tiene fama de estar embrujada. Muchos de sus residentes aseguran que han sentido extrañas sensaciones. Olores, ruidos, te tocan el pelo, la cara, arañazos, se mueven las cosas de su sitio. Cambio de personalidad, mal humor, estado físico descuidado, apariciones, cosas que se mueven solas. A las tres de la madrugada, ruidos que van de un piso a otro.

 

Es la zona más encantada de Jerez. No podemos probar, ni decir que no lo esté. Se ven sombras, se oyen ruidos y gritos. Es un lugar donde se acumula una energía nada favorable para nosotros. Es aquello de “los vivos deben vivir con los vivos y los muertos con los muertos”. Fenomenología recurrente y extraña. Trastorna la vida. La zona en si presenta alteraciones. No se puede decir las casas para que no se formen romerías de las personas. Es una ventana por donde entran entidades.

 

Ocurren cosas increíbles. No sabes con lo que te vas a encontrar. La gente lo sabe. Posee al inquilino y llega adueñarse de la vivienda. Personas o pisos que necesitan un exorcista, sacerdotes, limpiadores no siempre con éxito. El fenómeno es amplificado por la presencia humana. Exterioriza vivencias. No se pueden revelar. La falta de confidencialidad puede crear alarma social. Acaban marchándose sus inquilinos por vivir experiencias extrañas Aquí vive el horror. Un Portal al infierno.Este lugar guarda una historia muy oscura y perturbadora. Aquí muchas personas fueron asesinadas y arrojadas a dos fosas comunes durante las represalias de la llamada guerra civil española.

 

Cuenta un testigo, “un día había sacado a mi perro a hacer sus necesidades, comenzó a ladrar como nunca lo había hecho y daba saltos alrededor”. Ante la perturbación que le causó el perro, el hombre se alertó y dirigió su mirada. Justo al levantarla observó claramente una mujer mayor se le acercaba y casi que al rozarlo se desvaneció después de mirarle fijamente. Son varios los vecinos que aseveran haberse cruzado con esta mujer.

 

Se ratifica que aquí los espíritus rondan por las noches. Existen historias de personas del barrio que afirman haber visto sombras y siluetas que se desvanecen rápidamente. Una fantasma en particular, que se supone aparece por las noches, es una mujer vestida de negro. No habla, en ocasiones la han escuchado gritar de una manera extraña.

 

También se parlotea que hay una aparición que ronda en la noche, es una funcionaria de prisiones que vivía en uno de los edificios, se quitó la vida llevada por una fuerte depresión. Ahora se dedica a entrar a las casas del vecindario.

 

En esta zona residencial de Jerez de la Frontera, cuesta creer hasta que pasa, si puedes márchate de ella o pierdes calidad de vida,  o la salud de los tuyos. Decide ¡Tú mismo!

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Eduardo Arboleda Ballén

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