La Escuela Sevilla de Moda lleva a cabo una ruta a pie de calle para analizar el escaparatismo de nueve tiendas del centro de Jerez.

Cerca de 20 estudiantes o comerciantes de Jerez y localidades vecinas participan en la primera ruta de escaparatismo organizada por la Escuela Sevilla de Moda, en colaboración con la Cámara de Comercio de Jerez y el Consejo Andaluz de Cámaras de Comercio, en el centro de la ciudad. Blanca Delgado y Carlos Lancha, expertos en escaparatismo comercial, son los encargados de impartir el taller. Una actividad donde se busca que los presentes observen y analicen los elementos positivos y negativos de los escaparates de nueve establecimientos que Sevilla de Moda ha seleccionado previamente y que están vinculados al sector textil. Félix Sollero y Azul Stoque, han sido las dos únicas tiendas de comercio local, los demás negocios del recorrido han sido cadenas de ropa, como Zara, Pull&Bear, Sfera o Pronovias. No obstante, Carlos Lancha ha sacado punta a todos y cada uno de los escaparates escogidos.

Pero, ¿por qué los comerciantes deberían pararse a estudiar un escaparate? Es el principal canal de comunicación que dispone el negocio para mostrar su producto y captar clientes. Además, muestra la esencia y es la imagen de la marca en cuestión. Este debe ser atractivo, atraer la atención del viandante e incitar a que entre en el comercio a comprar. Como bien indica Lancha, el escaparatismo se rige por las reglas AIDA (Atención, Interés, Deseo y Acción). Y en base al recorrido de esta ruta por el centro de Jerez y a las explicaciones de los expertos en el arte del escaparatismo, desde lavozdelsur.es hacemos una breve clasificación para destacar los puntos más importantes a tener en cuenta a la hora de diseñar y decorar un escaparate: 

1. Productos, menos es más.

¿Qué buscamos? ¿Vender los productos del comercio o llamar la atención del futuro cliente? Según explica Lancha, la mayoría de los comercios minoristas se centran en exponer todos los productos de nueva temporada, un acto que puede ser un arma de doble filo, ya que por un lado es bueno mostrar el género de la tienda, pero por otro lado sobrecargar el escaparate hace que este pierda atractivo y no atraiga miradas. Por ello, es mejor uno minimalista y limpio que uno recargado. ¿Por qué? El escaparate debe conseguir que la persona que pase por delante se detenga, lo observe y se anime a entrar. De nada sirve tener un expositor con muchas prendas cuando luego ninguna llama la atención del ciudadano. De ahí el siguiente punto:2. ¿Hacia dónde va mi mirada?

Normalmente siempre hay un punto clave, un color, un elemento llamativo para romper con la asimetría del cuadro del escaparate. Este suele ser esencial para que nuestra tienda capte la atención de los viandantes. En prensa, fotografía y demás profesiones visuales, se suele jugar con un centro de atención, que es aquello que se mira por encima del resto. Con el escaparate se busca lo mismo: un punto de color que rompa con la monotonía, por ejemplo, de trajes negros y azules. Jugar con los colores, con la prenda o producto que queramos destacar por encima del resto... ¿Queremos vender un bolso rojo? ¿O queremos que el bolso rojo capte la atención del futuro cliente y provoque que este entre para averigurar más? Los profesionales del escaparatismo lo tienen claro: la asimetría es una puesta segura.

3. Luces, telón, acción...

Una de las reglas básicas es que los productos que se exponen —ya sea para incentivar su venta o captar la atención de un posible cliente— deben estar en un espacio libre de atrezo que pueda desviar la atención de estos. Es decir, la decoración no puede destacar por encima de las prendas, sino ser un elemento complementario que facilite que el foco de atención sea nuestro producto. Por ello, el fondo debe ser sobrio, no muy sobrecargado de piezas que confundan desde la calle. Y por otro lado, puede ser semiabierto, como por ejemplo con unas cortinillas de piedras de cristal, o cerrado totalmente. ¿Por qué? Según expone Carlos Lancha, es posible que haya cierto desorden en el interior del establecimiento, por lo que si el escaparate tiene un fondo transparente puede dar la sensación de caos y esto se traduce en menos visitas a la tienda. La iluminación es otro punto relevante. Ya sea de día o de noche. Lo focos deben estar dirigidos a los maniquíes para que, de nuevo, estos llamen la atención a los ciudadanos que pasean por delante de él. 

4. ¡¿Cuánto cuesta eso?!

Por Ley, todo producto que aparezca en el escaparate debe mostrar su precio. Da igual en qué localización del cuadro, pero debe estar al alcance del espectador. Y según el último estudio sobre el impacto de los precios en las compras, se comercializa mejor con números impares —9,99 euros— y, cuando se trata de productos rebajados, en cifras redondeadas —de 20 a 10 euros—. Por otro lado, Lancha apunta que cuando en el escaparate hay un letrero de "rebajas" es un reclamo seguro para la clientela, y aconseja que este aparezca siempre en rojo, un color llamativo y que la gente suele asociar con descuentos. 5. La vida del maniquí.

Otro punto importante es la posición y el diseño del maniquí. ¿Es mejor que este destaque o que se quede en un segundo plano para que la prenda sea realmente la protagonista? Bien, depende. Hay matices, ya que si bien no se puede descuidar el estilo del maniquí, este no puede estar por encima de los productos, pero sí que dé juego y dote a la ropa de mayor relevancia dentro del escaparate. Se trata de jugar con las composiciones. Podemos tener un maniquí sobrio, en el que la cabeza sea una piña dorada que únicamente le dé un toque de elegancia al conjunto. O también podemos colocar un maniquí limpio, que mire hacia un lado, con un poco de movimiento en una pierna... Y, por qué no, con un detalle que atraiga todas las miradas —una sola pestaña muy larga en un ojo, o con los labios rojos—, para que así la persona se detenga frente al escaparate. 

6. Historias y vidas dentro de un escaparate.

Para Carlos Lancha, el escaparate debe contar algo, debe tener una historia, un desarrollo secuencial. Si por suerte el escaparate es muy largo, con dos o tres cuadros, se puede jugar con la cronología o con la temática. En el caso de una tienda de vestidos de novia, en una de las escenas se encuentran dos vestidos de diferentes tejidos y tonalidades de blanco. Una imagen limpia y sencilla que más tarde en el siguiente cuadro rompe con un vestido de dama de honor rojo impactante y súper llamativo. Se trata de una secuencia, una historia. En otro de los casos expuestos en la ruta, también se daba el caso de un escaparate-almacén donde los productos aparecían repetidos en línea. La temática grupal era Halloween, pero no había historia dentro del escaparate. Y como en las mejores obras —El Jardín de las Delicias de El Bosco— debe haber un sentido que una todos los elementos que aparecen.

Sobre el autor:

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Claudia González Romero

Periodista.

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