La jerezana Virginia Naranjo, ganadora de la cuarta edición MasterChef, junto con su hermana Raquel, semifinalista, ya piensan en su futuro tras su exitoso paso por el 'talent show' de TVE. 

No son las primeras jerezanas que aparecen entre las prestigiosas cocinas de MasterChef, pero sí es cierto que es la primera vez que una de ellas gana el concurso. Siguiendo la tradición del programa, la primera edición la ganó el almeriense Juan Manuel, en la segunda la mallorquina Vicky, en la tercera el toledano Carlos Maldonado y la cuarta, tenía que ser una mujer. Virginia Naranjo, jerezana criada en el barrio de La Constancia, fue quien se hizo con el premio MasterChef el pasado 29 de junio. En el concurso participó individualmente, pero formaba un tándem con su hermana gemela. Ambas son conocidas popularmente como las Gemelas team. Las redes sociales les achacan que han tenido un exceso de protagonismo, pero ellas replican dichas críticas: "Nosotras no hemos montado el programa”, a lo que añaden: “Hemos sido tan tontas que hemos querido estar siempre juntas, que si estuviéramos cada uno en un equipo distinto una de las dos se salvaba”. Juntas nuevamente y premio en mano, han sido recibidas por la alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, en el Ayuntamiento esta misma mañana. 

¿Cómo os ha recibido la alcaldesa? ¿Os ha dicho que le va a poner vuestro nombre a una calle, algún monumento…?

Virginia: No, no. (Risas)

Raquel: Nos ha felicitado por el programa, porque ella haya ganado, y que tenemos al Ayuntamiento para lo que necesitemos.

La promoción que habéis hecho de Jerez ha sido impresionante. ¿Os ha dicho algo sobre ello?

V: Sí, hombre. Que estaba muy contenta con el programa, muy contenta con todo lo que hemos hecho y por haber llevado a Jerez siempre en la boca. Y que MasterChef lo ven 4 millones de personas, con lo cual es una publicidad sin comerlo ni beberlo... A la gente en su casa le entran ganas de venir a Jerez por lo bien que hemos hablado de la ciudad.

Contadme un poco como fueron las audiciones. Lo que he podido ver, entró primero Raquel, y finalmente el jurado también admitió a Virginia.

V: Todos los años es diferente. Los años anteriores habían entrado de uno en uno, habían hecho los platos y los jueces habían valorado, y este año ha sido por batallas. La primera que hubo fue la nuestra. Nosotras íbamos súper convencidas de que si entraba una entraba la otra, y ahora cuando llegas allí y te encuentras con la sorpresa de que nada más que hay un delantal…Tú dices, ea, pues nada, una de las dos se queda sin entrar. Pero la verdad es que los jueces hicieron muy buena valoración de los platos, no solamente de los de ella. El de mi hermana era mucho mejor, la verdad, era un 10. Los jueces también dijeron que mi plato estaba bueno, pero que al haber competido con una persona que era un 10… Y ya después le dieron el delantal a ella, para que me lo trajera a mí. Y la verdad es que fue la mejor sorpresa; para mí fue el mejor regalo, y que te lo trajera tu hermana, mejor todavía.

La final se rodó el 20 de mayo: "La gente ha sido muy educada; no insistían, ni se ponían pesados"

¿Cuándo finalizó el programa realmente?

V: La final se rodó el 20 de mayo. Y se emitió el 29 de junio. Lo que tienes es un mes, un mes en el que estábamos aquí en casa. Pero por ejemplo, como hay cuatro programas que tú lo ves en casa y no se ve si llegas a la final, la verdad es que hacíamos vida normal. Pero ya la semana que ella salió, la semana siguiente ya sabía todo el mundo que yo era finalista. Entonces esa semana sí que me recluí un poquito más en mi casa. Para no tener que mentir tanto. Yo digo: “Ojos que no ven, corazón que no siente, yo me quedo en mi casa” y ya me quito preguntas. Aunque la gente la verdad es que ha sido muy educada; me  preguntaban y les decía: “No puedo decírtelo”. Nada, no insistían, ni se ponían pesados…

R: La verdad es que sí. La gente, primero, nos ha dado un cariño increíble. Tú sales de allí totalmente aislada, tú no sabes lo que te vas a encontrar en la calle. Yo salí la semana antes que ella, y la gente me reconocía por la calle y todo era: “Qué bien lo estáis haciendo, qué bonito el programa, qué bien estáis dejando a Jerez…”. No nos hemos encontrado ningún comentario feo, al revés. Todos se quieren hacer fotos con nosotras, que los saludemos… Las cosas como son, nos hemos encontrado con un cariño impresionante en Jerez. ¿Y las gemelas dónde se han criado?

V: Nosotras nos hemos criado en La Constancia. Nosotras vivíamos con mi abuela y allí estuvimos hasta los 16 años. Que ya luego nos mudamos con mis padres.

¿Y ahora qué tenéis pensado hacer? Porque en octubre Virginia empieza en el Basque Culinari Center. ¿Vais las dos ?

V: Estamos hablando para que ella se venga a hacer un master también, de 8 semanas, en cocina de vanguardia. Para que se venga conmigo, aunque ella vaya a estar 8 semanas y yo 6 meses, lo vamos a hacer.

¿Qué tenéis pensado hasta octubre?

R: ¡Descansar un poco también!

V: Yo tengo que promocionar mi libro. Sale el jueves que viene en Madrid, se presenta en un hotel, y después ya a promocionarlo por toda España. A los centros comerciales, a firmar libros y a promocionarlo. Y allí donde me llamen, a ferias gastronómicas, para hacer showcooking… 

¿Y cómo fue la experiencia de conocer a Ferrán Adriá y a todas las estrellas Michelin con las que te codeaste?

V: Cuando yo estuve en Marbella, la verdad es que fue genial. Porque ves que entre los cocineros no hay rivalidad, que todos son amigos. Es un compañerismo increíble. Todos elogiando los platos de los demás. Me enseñó bastante, y ahí me di cuenta de todo lo que estaba aprendiendo en MasterChef. Porque yo preguntaba por las elaboración de los platos y me explicaban las cosas y las entendía. Me decía a mí misma: “¿Pues no estoy entendiendo lo que me está diciendo este hombre?” Cocinar a baja temperatura, atemperar, marinar, macerar… ¿sabes? Términos culinarios, un vocabulario nuevo que tú decías: “Si eso me lo llegan a decir antes, yo no me entero de nada”.

¿Y cómo han sido esas experiencias, esos viajes? No solamente la cocina.

V: Muy bonito. Mira, yo me quedo con los viajes también, con las risas que hemos echado en los autobuses, en los trenes, en los aviones… Las horas de espera, porque en la tele hay que esperar muchísimo para que terminen de montar la iluminación, cámaras, micrófonos… Entonces hay que esperar mucho, hay veces que se te hace eterno y tienes que reírte y entretenerte mucho.

¿Y quién animaba el cotarro?

R: El Comando Sur. Es más, los compañeros nos decían: “¿Por qué os reís de todo?... de todo hacéis un chiste, de todo hacéis una broma”. Chiquillo, si hay que estar aquí, por lo menos nos reímos, ¿no? No voy a estar llorando.

V: Si hay que esperar tres horas, ¿qué vamos a hacer? Pues reírnos. Cantar, contar chistes… decía uno una gracia, ya decía el otro… Y la verdad es que nosotros los del sur nos reímos hasta de nuestra sombra. Nos reímos de nosotros mismos.

Habéis llevado el estereotipo del andaluz, pero no a lo negativo, de que aquí nos tomamos las cosas con alegría, y a lo malo, buena cara. 

R: Hombre también nosotros, yo creo que en el sur tenemos un humor muy sarcástico. Porque hacíamos bromas sarcásticas hasta de nosotras mismas, nosotras nos hemos reído hasta de nosotras mismas. Que no es que nos hayamos querido reír de los demás. No.  Nos hemos reído de todo porque nos salía, porque somos espontáneas. Había una de las concursantes que decía: “Es que sois tan divertidas”. Y no es que nosotras queramos serlo, es que somos así.

V: Pero mira, a nosotras nos hacían totales. Había momentos en los que nos ponían a las dos juntas. Y por ejemplo, en Santa Pola, Reichel nos comentó: “Yo he contado un día de mi playa y no les ha parecido bien a los periodistas”. Y es que ella decía que iba a la playa con una fiambrera con zanahoria y que tomaba el sol. Y nos preguntaba: “¿Y ustedes qué habéis contado?”. Y le digo: “Pues mira, yo he contado que llevamos a la playa los pimientos asados, la tortilla, los filetes empanaos… Que mi marío da tres viajes al coche. Porque yo empiezo con dos sombrillas y terminamos con 7. Porque la gente va llegando de trabajar y se va poniendo. Una mesa larga y a comer todo el mundo. Y el último viaje la tabla, los cubos, las palas…”R: Pues yo creo que mucha gente no ha entendido nuestro humor. Han dicho en las redes que yo quería matar a mi hermana por el brazalete dorado, es tan mala que quiere matar a su hermana por el brazalete. ¿Yo voy a matar a mi hermana por el brazalete? Es una broma, pero creo que cuando una persona te cae mal, ya lo haga muy bien, todo lo que haga te va a parecer muy mal. Si lo haces bien, porque lo haces bien porque no has tenido dificultad. Lo tuyo es fácil. Eso es lo que yo he visto en las redes sociales. Lo que nosotras hacemos siempre es fácil. Lo que los demás hacen, siempre es difícil.

"Han dicho en las redes que yo quería matar a mi hermana por el brazalete dorado"

Sí, que los platos que os tocaban eran siempre muy fáciles. Pero realmente Ángel fue el que empezó a poner platos complicados, a generar rivalidad. Fue el que comenzó a decir que era un concurso y que había que jugar a ganar. Y claro, os dio los platos dulces a las dos.

R: Porque él pensaba que era lo más difícil.

Y cuando disteis los pescados…

V: Ya éramos malas malísimas.

Ese fue el momento en el que más os criticaron.

V: Nos dijeron: “O dais lo dificilito o cocináis ustedes”. Y dije yo: “Ea, pues ya tienen nombre”. Hombre, yo me he salvado, pues yo arribita.

R: Y después los mismos compañeros nos criticaron: “Qué malas, lo han hecho a mala idea…” Y después, fuera de cámara, dijeron que ellos hubieran hecho igual. Y eso no lo sacaron.

"Nos dijeron: «O dais lo dificilito o cocináis ustedes». Y dije yo: «Ea, pues ya tienen nombre»”

Tampoco favorecisteis a ninguno.

R: En totales, cuando nos preguntaban: “¿Quién quieres que se vaya?”. Y yo les decía: “Quién haga un mal plato”. No te voy a decir: “Quiero que se vaya este o el otro”. Esto es un programa culinario, el que haga el peor plato que se vaya para su casa.Después de hacer los respectivos cursos, habéis hablado de formar un catering juntas.

V: Sí, montar algo. Un catering, una escuela de cocina, eso ya irá madurando con el tiempo, cuando nos sintamos totalmente preparadas. También queremos hacer prácticas en algún restaurante.

¿Os ha llamado ya algún chef?

V: Hombre, ¡claro! ¡Alguno hay! Pero no podemos decir quién. Nos han llamado de todas partes. No puedo decir nada porque si no se me enfada uno, se enfada el otro. Y queremos hacer algún tipo de prácticas porque en la cocina es donde más se aprende, ves los problemas que te surgen, lo que es el estrés de un servicio… La escuela del Basque me va a venir fenomenal, pero me quiero formar también de otra forma.

¿Para el catering pensáis hablar con Samantha o Rocío?

V: Con Samantha posiblemente haga algo, pero con Rocío no.

Quizás ver el programa después en televisión ha generado alguna que otra rencilla.

V: No es que haya creado rencillas, cada uno lucha como quiere y como puede. Pero ella en el último programa sacó muy bien los codos. Porque para los comentarios que hizo en el último programa, no había motivos. Porque nosotros no hemos criticado nunca a Rocío, ni a nadie. 

R: A nivel personal, a ningún compañero. No hemos dicho: “Este es mala persona”, cosa que a mí se me lo han dicho. Tú ves todos los programas y no puedes decir que nosotras hayamos dicho algo malo.

V: Nosotras lo que hacíamos era retransmitir lo que estaba pasando abajo. Lo que veíamos. ¿Qué le ha echado? ¿Qué ha cogido en el súper? Nosotras comentábamos, no criticábamos.

¿Habéis sentido que en las redes la audiencia quería que las gemelas se separasen? ¿Qué hubiera rivalidad entre las dos?

R: Yo creo que buscaban eso. Pero también te digo que un programa de televisión no va a cambiar lo que sentimos dos hermanas. Y por mucho que hubieran creado una rivalidad entre nosotras, no lo hubiéramos permitido. No hubiéramos entrado al trapo.

Yo he percibido cierta envidia. Envidia de que os tuviérais la una a la otra.

V: Eso nos lo decían. Pero es que yo no lo he pedido. Nosotras nos hemos presentado a un casting y nos han cogido. ¡Preséntate tú con tu hermano! La gente criticaba unas cosas que no estaban en nuestras manos.

Recuerdo uno de los primeros programas en el que Raquel decidió salvarse ella, en vez de su hermana. Y ya estaban los demás…

V: ¡No la querrá tanto! Pero a ver, ¿tú qué sabes? Viene individual, igual que yo.

"También nos han criticado mucho que somos amas de casa. ¿Qué malo es ser ama de casa? ¿Quién cocina más que un ama de casa? Nadie"

Hubo una prueba en la que el grupo de las mujeres (Virginia, Rocío y Raquel), ganaron al grupo de los hombres.

V: Pues no, nuestro menú era más fácil. ¿Sabes qué te quiero decir? No es que las mujeres trabajáramos mejor, sino que nuestro menú era más fácil.

R: Yo creo también que la gente es un poco machista en ese aspecto. Nos decían que teníamos carácter, ¿y qué mal hay? Cuando un hombre tiene carácter no pasa nada, pero cuando una mujer lo tiene, qué mala es, qué carácter. Y creo que todavía son peor las mujeres contra las mujeres. Igual que también nos han criticado mucho que somos amas de casa. ¿Qué malo es ser ama de casa? ¿Quién cocina más que un ama de casa? Nadie.

Y para finalizar, ¿qué otros ingredientes de Jerez, además del vinagre y del vino, soléis usar en vuestra cocina?

V: De Jerez, todo. Todo lo que sea de temporada; las habas, las tagarninas… Unas tagarninas esparragás, un arroz con tagarninas… Eso está buenísimo. La verdad es que lo utilizamos todo. Nosotras somos de las que vamos al mercado y compramos allí. Y ahora vamos a la Plaza de abastos a las 9 de la mañana y no salimos hasta las 11 o las 12, y sin mandaos. Porque te paran mil veces. 

Sobre el autor:

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Claudia González Romero

Periodista.

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