Los hechos han ocurrido minutos antes de las seis de la tarde en el puente de la calle Arcos, desde donde se quería arrojar el hombre, de 77 años.
Seis menos veinte de la tarde en la avenida de La Paz. Un anciano deja la acera para incorporarse al muro que conforma el tramo elevado de la vía del tren en este tramo de la ciudad. Poco a poco, se dirige hasta el puente de Nuestra Señora de la Concepción, el siempre conocido como el de la calle Arcos. Algo no va bien.
De eso se dan cuenta Jorge y Paco, que en ese momento circulan con sus coches por la avenida, y Alejandro, que junto a su pareja pasea su perro. Los dos primeros abandonan sus vehículos, mientras el otro joven sigue los pasos del anciano, que ya está a unos considerables metros de altura. No parece que sea un simple despiste.El hombre, de 77 años y de nombre Antonio, llega a la parte de arriba del puente y amenaza con lanzarse al vacío. Dice que se siente "muy solo". Afirma que su mujer lo ha abandonado y que sus hijos no quieren saber nada de él. De hecho, señala que a uno de ellos le dejó sus pertenencias en la mañana de este jueves, convencido ya de lo que quería hacer. Pero Alejandro y Jorge le animan a que no se tire. “Hay que tirar para adelante, Antonio”, le dicen. Paco, mientras, llama a la Policía Local y se sitúa debajo del puente, para intentar mitigar el golpe en caso de que el hombre se tirara.
Tras unos momentos de nervios y tras las palabras de ánimo de sus salvadores, Antonio depone su actitud y es acompañado de nuevo a la acera. Para entonces ya ha llegado una patrulla de la Policía Local, que da aviso al 061 para trasladarlo al hospital, donde será examinado para conocer su estado.
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