Pacheco: "Cuando se vendió la estación todo el mundo se frotó las manos"

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Pedro Pacheco, en su declaración durante el 'caso estación de autobuses', asegura que en las dos coaliciones del PSA, con PP y PSOE, el objetivo era "aliviar el déficit de la Tesorería” vendiendo "activos municipales innecesarios".

Pacheco en estado puro. Sólo de esa forma puede calificarse la declaración del exalcalde en la Audiencia Provincial en la tercera jornada del juicio del caso ‘estación de autobuses’. Pasan las diez de la mañana. Un trago largo de agua antes de ser llamado por el presidente del tribunal, Ignacio Bermúdez, que le recuerda sus derechos y que le pregunta si quiere o no declarar. ¿Acaso quedaba alguna duda? Desde el primer minuto Pedro Pacheco se muestra incisivo, atrevido, seguro de sí mismo y a ratos desafiante, incluso por momentos dando la sensación de ir por delante del fiscal Anticorrupción, Manuel Arjona, que pocas veces se habrá visto con semejante toro de lidia en frente. Y es que Pacheco, aun como es lógico respondiendo a sus preguntas, se veía cómodo, manejando los tiempos e incluso a veces reprochándole que le repitiera más de una vez alguna cuestión, algo que le valió un aviso por parte del propio Bermúdez. “El único que puede reprocharle algo al Ministerio fiscal soy yo”.

Como era de esperar, Pacheco negó en todo momento haber cometido irregularidades en el proceso de venta de la estación de autobuses. “¿Se me escucha bien? Es que estoy algo afónico”, llega a preguntar al tribunal al poco de iniciarse su interrogatorio, aun sabiendo que se le escucha perfectamente. Pacheco comienza afirmando que el interés de los dos gobiernos con los que el PSA, su partido por entonces, formó coalición –primero con el PP de García-Pelayo y posteriormente con el PSOE de Pilar Sánchez- era el de “aliviar el déficit de la Tesorería”, por lo cual el objetivo era “desprenderse de activos municipales innecesarios” como el de la estación de autobuses, además de “otros”. De hecho, casi al final de su interrogatorio, y a preguntas de Manuel Hortas, letrado del exgerente de Emusujesa, Miguel Ballesteros, afirmó que “el 90 por ciento” del dinero que se obtuvo de la venta fue destinado a pagar nóminas -"Pilar (Sánchez) pidió un millón"- añadiría luego a preguntas de su abogado.

El exalcalde, además, aprovecha más de una ocasión para destacar su trayectoria en el Ayuntamiento “desde que llegó aquel joven Pacheco a la Alcaldía en 1979”, y de las responsabilidades que tenía hace doce años, fecha en la que ocurrieron los hechos que ahora se juzgan. “¡Yo era más que delegado de Urbanismo, llevaba Política Territorial!”, responde varias veces al fiscal, señalando que la misma englobaba las parcelas de Urbanismo, Suelo, Vivienda y Medio Ambiente. Incluso indica que por entonces, aun sin ser alcalde, seguía recibiendo ese trato por parte de ciudadanos e incluso de trabajadores municipales, explicando al respecto al fiscal “lo difícil que era gobernar en contra de los celos y los recelos” de Pelayo y Sánchez. “Eso provocaba tales problemas que las consecuencias fueron inevitables”.

Por toda esa ingente labor “política, que no técnica”, derivó la responsabilidad de la desafectación y posterior venta de la estación de autobuses a los técnicos municipales de Emusujesa, a los que elogió por su profesionalidad, al igual que al resto de técnicos de las otras empresas municipales de su época -"levantaron Jerez, pero estaban estigmatizados como pachequistas"-, y se encargaban de todo lo relativo a estos asuntos técnicos.

Y es que, más allá de haber votado como miembro del pleno municipal a favor de la desafectación de la estación de autobuses, el exlíder andalucista incidió en que no era miembro del consejo de administración que vendió el suelo. “A mí ni me correspondía leer las escrituras. Ni era mi labor ni tenía tiempo. Había días que firmaba 25 en cinco minutos”, explicó al ser preguntado por el fiscal sobre su firma en la escritura de compra con Ángel Moreneo, uno de los testaferros, que también ha declarado este jueves.

El ministerio público luego recordó que el expediente pasó por dos plenos, algo que Pacheco señaló que se debió a que el secretario, "como custodio legal del pleno", tuvo que añadir una cláusula en la que se recordaba que no se podría ocupar la estación mientras aún estuviera prestando algún tipo de servicio público, y a la pregunta de por qué no se actualizó en 2006 -fecha de la venta- la tasación inicial de 1,76 millones que hicieron los técnicos municipales en 2004, respondió que “nadie vio la necesidad de hacerlo. Si el Ayuntamiento lo hubiera revisado, habría valido menos. Como las personas, que perdemos valor con los años, con esto habría pasado lo mismo”.

Es más, Pacheco señaló que la operación de venta estaba "santificada" tanto por los votos favorables de los concejales del pleno como por el consejo de administración de Emusujesa y el interventor. "Cuando se vendió por dos millones todo el mundo se frotó las manos".

“Cuando alguien viene a verte al centro residencial Puerto 3 y a través de los cristales le ves los ojos, sabes que es amigo de verdad”

Otra pregunta que viene haciendo el fiscal a lo largo del juicio es la relativa a por qué no llegaron ofertas de Jerez. Pacheco afirmó que hubo sociedades interesadas, si bien no llegaron ofertas "porque estaban reacias por las condiciones urbanísticas". Luego, entre trago y trago de agua y entre ejercicios de estiramiento –hasta dos veces se levantó de su silla porque decía que le dolían las piernas- negó que hubiera tenido contacto con Ingeniería Jiennense, la sociedad que acabaría comprando la vieja estación de autobuses, para darle trato de favor alguno. Es más, señaló que ni siquiera sabía que detrás de ella estaba el empresario ubriqueño José Luis López 'el turronero', al que afirma que por entonces "sólo lo conocía del fútbol", a pesar de que desde que dejó la política para volver a la banca ya sí se acrecentó su relación, que ahora estando en prisión se ha tornado en una gran amistad: “Cuando alguien viene a verte al centro residencial Puerto 3 y a través de los cristales le ves los ojos, sabes que es amigo de verdad”. 

Por último, el fiscal insistió en otro asunto que destaca en su acusación, el que al poco tiempo de adquirirse la estación de autobuses por los empresarios, éstos la transmitieron a su vez a terceros para obtener beneficios. "No me consta en absoluto nada que se vendiera a terceros. Privadamente cada uno hace con su bien lo que quiera", respondió.

Casi dos horas duró el interrogatorio a Pacheco. Con una leve sonrisa volvería a sentarse en el banquillo de los acusados.

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Jorge Miró

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