Realizan trabajos en la fachada del palacio de San Blas tras la advertencia de derrumbe por parte de la asociación de vecinos del centro histórico.
De momento ya es una buena noticia que se le meta mano al Palacio de San Blas, antaño morada de Pepe Pantera. Lo que hace falta es ver si será solo un lavado de cara o traerá consigo algo más. En la mañana del viernes se pudo ver a un operario picando la pared de este emblemático palacio, una de las joyas con las que cuenta Jerez y que sin embargo es pasto del abandono. Las propietarias del edificio, se dice que las hermanas Koplowitz, lo adquirieron al calor del proyecto de la Ciudad del Flamenco para construir un hotel de lujo en sus instalaciones y una vez desechado el edificio de Herzog y DeMeuron ahí se quedó abandonado, a la espera de tiempos mejores que, lamentablemente no llegan.
Lo cierto es que esta intervención llega tras la denuncia que hizo recientemente la asociación del centro histórico, al descubrir una serie de grietas que lo ponía en peligro. A la vista de esto parece que Urbanismo le ha dado un toque de atención al dueño de la propiedad para que intervenga y acometa las reformas que sean necesarias. Esperemos que, por lo menos, de cara al turista y el ciudadano de a pie, se arregle la fachada a la espera de una obra de mayor envergadura y que recupere este importante monumento del patrimonio jerezano.
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