Ambientazo como hacía años que no se vivía en la ciudad un sábado de Gran Premio. Los principales focos de la motorada se abarrotan de aficionados. El centro recupera la presencia masiva de moteros.
¿Qué lleva a centenares de personas a aguardar en una acera y jalear a un motorista, y a otro, y a otro, y a otro…? “¡Si no sientes las motos es que no puedes entenderlo. Esto simplemente se lleva en la sangre!”, afirma efusivo y a voces Carlos, aficionado de Madrid que se ha recorrido en moto los 600 kilómetros que separan la capital de Jerez. Se hace necesario gritar si quieres que tu interlocutor te oiga. El jaleo es tremendo en la avenida de Europa la tarde del sábado de Gran Premio en Jerez. Ruido de claxon. Gritos del público. Un motero quema goma levantando una nube blanca irrespirable. Miles de motos aparcadas en la alameda central y otras tantas en las aceras de esta concurrida vía; aficionados jerezanos y foráneos; algún conductor metiendo la pata y la Policía Nacional y Local pendiente de todo.
Jerez respira mucho más ambiente que otros años. ¿El de antes? Puede ser. Nuestra sensación es corroborada por los aficionados a los que preguntamos. "¡Esto está mucho mejor que al año pasado! ¡Mira como está esto, ni se cabe!". Dani, Javier, Antoñito, Jorge, Juan José y Oliva son un grupo de sevillanos que no dejan de venir año tras año a Jerez. “¡Mi madre me cambiaba los pañales en Pelousse!”, dice Dani, entre risas. “Si no venimos es porque se nos ha partido la moto”, añade Javier. Todos comparten apartamento en Chipiona y se van moviendo según les lleve el viento. Eso sí, las carreras no se las perderán. ¿Un favorito? “Viñales, Márquez o Rossi”, dicen. “A mí me gustaría que Lorenzo demostrara lo que vale sobre la Ducati”, dice Juan José, que apuesta por el mallorquín.
Jordi y María José también vienen de Sevilla. “De la feria a las motos, pero yo me quedo con esto”, señala el aficionado, sentado en una terraza de la avenida de Europa. Explica que lleva viniendo a Jerez desde hace 15 años y confirma que “este año se ve mayor ambiente, pero más adulto. Antes veías más juventud, ahora ves a muchos que ya han cumplido los cuarenta”. Admiten que no harán noche en la ciudad. Cuando ya hayan disfrutado del ambiente tomarán la autopista y volverán a la capital hispalense, aunque este domingo se levantarán temprano para ver las carreras en directo en el trazado de la carretera de Arcos.
El sábado de motorada se divide claramente en dos. La mañana no fue cogiendo color hasta bien pasado el mediodía, cuando los que alargaron en exceso el viernes se fueron levantando de la cama y cuando los que acudieron al circuito para ver las tandas clasificatorias regresaban a Jerez para abarrotar las terrazas de los bares de las avenidas de Europa, Arcos y —oh, milagro— del centro. Solo había que pasar por la plaza del Arenal, Larga o Rafael Rivero para comprobarlo. La Alameda Cristina también presentaba un aspecto motero inmejorable y hasta se vivieron imágenes más que curiosas, como la de una flamenca bailando… con motos.Y la tarde… La tarde, como siempre, fue más bullanguera. La avenida de Europa ya se hizo prácticamente intransitable. En Álvaro Domecq, a la altura del González Hontoria, los aficionados dejaron por un rato de lado a las motos para disfrutar de una exhibición del piloto de rallies Dani Sordo. Más abajo, las terrazas de los pubs situados frente al Coloma ya estaban a reventar, como las de los bares de la avenida Lola Flores. Miguel Ángel, de Campo de Criptana, en Ciudad Real, también ve más gente que otros años. “Esto va por rachas, pero Jerez ya es lo que era. De todas maneras, pase lo que pase esta siempre será la capital del motociclismo”, señala. Junto a un grupo de amigos, harán noche en El Puerto donde, hace años, encontró el amor precisamente durante una motorada. “Me casé aquí, pero vivimos en Ciudad Real. Así que aprovechamos para ver las carreras y visitar a la familia de mi esposa”.
La tarde se torna en noche. Un zumbido de motores llena las calles y el ambiente sigue creciendo. A algunos se les hará de día y empalmarán la juerga con las carreras. Los más precavidos descansarán unas horas antes de tostarse al sol en las gradas del circuito. Sarna con gusto…
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