Una imagen que circula en redes, compartida por Francisco López Bellido, ha traído de vuelta a la memoria colectiva a La Holandesa, una de las pastelerías más recordadas del siglo XX en Jerez. Situada en la céntrica calle Bizcocheros, este histórico establecimiento cerró en 1991, pero sigue vivo en el recuerdo de los jerezanos, sobre todo por uno de sus dulces más famosos: las “Lolitas”, que llegaron a rivalizar directamente con las “Carmelas” de La Rosa de Oro, en la calle Consistorio.
El secreto estaba en la crema pastelera y en la calidad de unos productos que marcaron a toda una generación. Y en el tamaño, recuerda una antigua clienta en redes.
La Holandesa fue fundada en 1934 por Antonio Márquez y durante décadas fue un referente de la repostería en la ciudad. Tras su cierre, el hijo de uno de los trabajadores, Pepe Rosado, decidió mantener vivo el nombre, aunque no en su ubicación original, sino en la calle Albadalejo, aunque acabaría cerrando.
En la misma Bizcocheros, sin embargo, la tradición pastelera continúa de la mano de la Pastelería Jesús, fundada en los años 90 por Jesús Gelasio Jiménez Gómez y hoy en manos de su familia. Allí se siguen elaborando dulces tradicionales como torrijas con vino de Jerez, tocinos de cielo, carmelas, palmeras de yema o alpisteras, además de creaciones propias como la “boina”. Todo con un sello artesanal que conserva recetas de antaño sin conservantes ni colorantes.
Más de tres décadas después de su desaparición, La Holandesa continúa siendo un símbolo del dulce jerezano. Sus “Lolitas” forman parte de esa memoria compartida que todavía hoy despierta nostalgia entre quienes alguna vez hicieron cola en la calle Bizcocheros para probarlas.
