Delirio en la Feria

La actualidad manda y en la Feria de Jerez los caseteros, sin ir más lejos, ya han comenzado a analizar la situación

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Una de las imágenes del sábado de Feria.
Una de las imágenes del sábado de Feria. MANU GARCÍA

La noticia corrió por el real de la Feria de Jerez a la misma velocidad que el virus. Iba a decir lo del jarro de agua fría, pero no, a la gente le cayó como una jarra de rebujito de las de plástico hasta arriba de hielo, hierbabuena seca, un chorrito de fino –y ya- y el resto de lima-limón sin apenas gas. ¿Y cuál fue esa noticia, se preguntará ya la ávida lectora, el conspicuo lector? Elon Musk ha comprado la rumba. Sí, la rumba. Como suena. Al parecer, al hombre le sobraba un poco de liquidez después de gastarse (o invertir, ya veremos) 44.000 millones de dólares en la compra de Twitter y ha decidido adquirir la rumba. ¿Que cómo puede ser? ¿Que qué es eso de “comprar la rumba”? ¿A dónde vas y dices, buenas, quiero comprar la rumba? Ni idea, eso son cosas de megamillonarios en las que los comunes mortales mejor ni meternos.

Como el volumen de la música en el real es el que es y se entiende lo que se entiende, aunque tengas a alguien gritándote al oído, al principio hubo quien pensó que el capricho de rico era la ‘roomba’, el robot ese de limpieza que tiene fascinados por igual a perros y bebés y que, fonéticamente, con algún pequeño matiz en la erre, suena igual… pero no amigos y amigas, no, con el paso de los minutos se fueron confirmando los peores presagios: es la rumba.

Rápidamente todo el mundo ha comenzado a analizar las consecuencias, tanto en el plano filosófico como puramente práctico que lleva consigo una compra de estas características. Por ejemplo, a partir de ahora, alguien que quiera componer un disco de rumbitas, tiene que llamar forzosamente a Elon Musk y obtener su consentimiento, porque la rumba, simplemente, es suya, así que mejor llamarlo cuando esté de buen humor, que a juzgar por los numeritos que monta cuando va a alguna recepción o similar suele ser muy a menudo, todo hay que decirlo. Hay que tener en cuenta que no se trata de una cuestión de dinero, al menos no estrictamente, ya que a él el dinero se la trae al pairo. Directamente. Nada de ir a hablar con él que si un 10% o un 15% de los derechos o de lo que sea: nuestro amigo Elon –también principal accionista de Tesla, no se nos olvide- tiene dinero para asar hasta la última vaca de todas las pelis de John Wayne.

El catálogo histórico de la rumba, claro está, también es de su propiedad. Bambino, Peret, El Pescaílla, Los Chichos, Los Chunguitos, Los Amaya, Rumba Tres, Siempre Así, Estopa, Gipsy Kings; parcialmente Lola, Lolita y Rosario... Así que, ahora, a ver cómo se recompone este tema, que toca, ya vemos, muchos y muy distintos intereses. 

La actualidad manda y en la Feria de Jerez los caseteros, sin ir más lejos, ya han comenzado a analizar la situación. El responsable de la caseta ‘Bonita de Rosa’, Ricardo B. –el Richard, para los amigos- expresó a este medio que él no se va a arriesgar lo más mínimo, que no va a poner en riesgo su seguridad, la de sus empleados y la de su distinguida clientela ante un empresario que tiene su propia red de satélites y que, en consecuencia, para algo los querrá. “Nunca se sabe… tal vez lo tenía todo pensado: primero los satélites, luego la rumba”, dijo, mientras se encogía de hombros. Más enfadado, sin duda, se mostró David B. –el Deivi, para los amigos-, de la caseta ‘Vamos a bailar’, que se cuestionó qué será lo próximo, cuál será el próximo capricho de un megamillonario jugando a ser excéntrico, que queda así como muy cool. “Cualquier día nos vemos sin serranitos, o sin trajes de gitana, o ya puestos… ¿por qué no se compra la misma feria? No sé dónde vamos a llegar”, dijo David, justo antes de salir corriendo para su otra caseta en el real, ‘Esto no es América’, porque al parecer se estaba produciendo una pequeña trifulca con un grupito de sevillanos que exigía escuchar el “Para volver a volver” de Siempre Así, aunque fuera por última vez. 

Hay que decir que, entre los caseteros consultados, sin duda fue Roberto S. –el Robert, para los amigos-, el responsable de dos clásicos del real como ‘Los Tres Amigos Imaginarios’ y ‘Si es Viernes, estoy Enamorado’, el que mostró una actitud, digamos, más proactiva. “Ya lo he estado pensando y vamos a funcionar un poco como lo hace la estafa esa del precio de la electricidad; ¿lo controla usted, no? Sí, eso de que primero entra un tipo de energía, luego otra, etc, y al final las eléctricas aplican el precio de la más cara para todas las demás y que la paguen los pringaos de los consumidores, o sea, nosotros… pues eso es lo que vamos a hacer. Según mis cálculos, ‘entrando’ con un poco más de bulería, más sevillanas, un poco de Movida de los 80 y algo más de pachanga nos podemos apañar. Eso sí, por seguir con el símil, urge que las autoridades liberalicen el mercado de la Movida de los 80 y la pachanga. Tampoco sé cómo van a responder los clientes la décima vez que pongamos ‘Chiquilla’ o ‘Follow the lider’… que es verdad que la mayoría va bastante cocidita como para entrar en estos detalles, pero siempre hay clientes muy tiquismiquis: sin ir más lejos el otro día uno se enfadó porque uno de mis camareros le dijo al devolverle el cambio lo de no vamos a andar con moneítas… pero vamos a ver, ¡que esto es la Feria de Jerez, señores!”, concluyó Robert, antes de exponer por señas a su dj (imposible hacerlo hablando por el volumen de la música) sus nuevos planes para las ‘play list’ de la caseta ‘Si es Viernes, estoy Enamorado’.

No podemos cerrar esta crónica de urgencia sin hacer una mención siquiera a las primeras reacciones políticas que se han producido tras conocerse la compra de la rumba. A nivel local, la alcaldesa de Jerez se mostró partidaria de tomar inmediatamente medidas para evitar que suceda algo parecido con la bulería, sin descartar incluso también una posible compra; el gobierno autonómico propone colaborar con las otras administraciones regionales con intereses en este tema, básicamente Madrid, Extremadura y Cataluña, para establecer una estrategia común; el Gobierno central había apostado, en principio, por dejar caer la rumba tras realizar un estudio de género y constatar que hay detrás evidentes componentes patriarcales… hasta que alguien cayó en la racialización del género (del género rumba, queremos decir)… total, que sí, que al final se decidió que algo se hará, pero sin concretar, que ya se le ocurrirá al presi, que para eso le pagan.

Más interesante resulta la estrategia que ha anunciado Cataluña, a favor de la autodeterminación de la rumba catalana. La tesis de partida es que sí, que es rumba, pero no es exactamente lo mismo, que lo dice la propia expresión, que hay un matiz: rumba catalana es rumba catalana. Punto. Por supuesto, ya suena acudir a altas instancias judiciales como La Haya y Estrasburgo o incluso la ONU para la defensa de sus intereses. Iremos informando…

Por cierto, les voy a ahorrar la parte que vendría ahora, esa de: “y despertaron del sueño”. Está muy visto y, además, como el primero en hacerlo ha sido el propio Elon Musk…

Coda: con información/ocurrencias adicionales de Alba, Irene, Candela, Toni, Ángel y, por supuesto, Fernando, compartiendo un almuerzo en la Feria.

 

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