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Tras una nefasta gestión que llevó al club a los infiernos del fútbol español, el sevillano vende su paquete accionarial a un grupo relacionado con el Extremadura Unión Deportiva y a la Asociación Deportiva Afición Xerecista.

Mayo de 2013. El Xerez CD cae en Chapín por 1 a 3 contra el Córdoba y certifica su descenso a Segunda División B tras once campañas en Segunda y una en Primera. La bajada a los infiernos sería doble meses después, cuando por deber varias nóminas a algunos de sus futbolistas se produce un descenso administrativo a Tercera División. Para entonces, Joaquín Morales ya había vendido su paquete mayoritario de acciones a un viejo conocido del fútbol jerezano, Ricardo García, un empresario sevillano del que guardaban un nefasto recuerdo en el Jerez Industrial. Energy, la sociedad que representa, tarda poco en demostrar su nula solvencia económica al no conseguir evitar el descenso administrativo a Tercera.

De esta manera, el ahora septuagenario club pasó prácticamente, de la noche a la mañana, de disfrutar sus mejores años a vivir los peores, deambulando por categorías regionales, con una masa social muy mermada tras la fundación del Xerez Deportivo FC y sin un campo donde jugar sus partidos, ya que el Ayuntamiento —accionista también del Xerez CD—le exige que pase por caja para disfrutar de instalaciones municipales como Chapín o La Juventud.

Pero las cosas empiezan a verse de otro color en el club azulino. Tras el nacimiento de la Asociación Deportiva Afición Xerecista CD, conformada por un grupo de aficionados del Xerez Deportivo y encabezada por Juan Miguel Becerra, se ha conseguido mantener con vida al moribundo club. Cada inicio de temporada desde el descenso a Segunda B parecía que el Xerez  no saldría a competir, pero no solo lo ha logrado, sino que ha llegado a ascender a Tercera División. El apoyo de este colectivo ha sido fundamental en este sentido, dado que Energy, y por ende Ricardo García, seguía sin dar soluciones económicas ni institucionales.Así, Afición Xerecista ha trabajado por mantener cubiertas las necesidades mínimas del club, como la búsqueda de material de entrenamiento para los jugadores, equipaciones, patrocinios, desplazamientos o el pago a los árbitros. “Hemos tenido hasta que hacer una vaquita en los descansos de los partidos para conseguir reunir el dinero”, recuerda Juan Miguel Becerra a lavozdelsur.es. También se ha conseguido recuperar levemente el sentimiento xerecista. El club cerró su campaña de socios con una cifra superior a los 1.100, algo destacable si se recuerdan algunos partidos del equipo en Primera Andaluza ante un centenar de aficionados. Igualmente, ha llegado a un acuerdo con la casa salesiana para tener en concesión el campo de Don Bosco por 15 años, que pasará a ser de césped artificial, para que entrenen los equipos de cantera y el primer equipo. Y de otro lado, ha registrado tanto el escudo como el nombre del club. “Con eso conseguimos que no haya terceros detrás de esos símbolos, que entendemos que hay que proteger”, señala Becerra.

Pero sin duda el hecho más destacado de los últimos tiempos, más allá del ascenso a categoría nacional, es la marcha de Energy y Ricardo García. Afición Xerecista anunciaba esta semana a través de un comunicado que el sevillano vendía la mayoría de su paquete accionarial a un grupo de empresarios relacionados con el Extremadura Unión Deportiva (club que actualmente milita en Segunda B), en total el 45,24% del total de 55,28 que tenía Ricardo. ¿Quiénes son? ¿Tienen solvencia? Becerra afirma que en los próximos días se darán a conocer en rueda de prensa y no desmiente que este grupo pudiera tener relación con Luis Oliver —expresidente azulino de nefasto recuerdo en el club y actualmente procesado por el caso Malaya—. Tampoco se sabe aún por cuánto ha vendido su paquete accionarial Ricardo, que de momento ha encontrado acomodo como entrenador del filial del Extremadura —¿habrá sido en especie?—.Por su parte, Afición Xerecista se ha hecho con el resto de acciones que tenía Ricardo, un 10,08%, destacando que de esta manera los socios y aficionados formarán parte, con capacidad de control del accionariado. Y lo que es más importante: por primera vez desde su constitución como SAD, el Xerez no tendrá un socio con una mayoría absoluta para hacer y deshacer al margen de los aficionados.

¿Qué pasará ahora? De momento hay que esperar a conocer la identidad de los nuevos accionistas. A partir de ahí se verá cómo queda constituido el consejo de administración de la entidad y habrá que empezar a estudiar cómo darle viabilidad tanto económica como deportiva al club. A pesar del dubitativo inicio de temporada del equipo, con dos victorias, cuatro empates y tres derrotas que lo mantienen en media tabla y lejos de los primeros puestos, Juan Miguel Becerra afirma que el objetivo es el ascenso a Segunda División B. “El objetivo es ese, otra cosa es que no se pueda, pero es necesario subir, porque todo lo que no sea eso sería un problema. Y llegado el caso habría que abonarse el cinco por ciento de la deuda, que entendemos que sería asumible por la sociedad”. El Xerez juega un nuevo partido, y otra vez lejos del césped.

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Jorge Miró

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