Pelayo decidió incumplir su propio Plan de Ajuste pasando de cobrar los 20 euros que marca el precio público aprobado en pleno a regalar el acceso.
"Quienes critican que la Fiesta de la Bulería sea gratis no tienen corazón". Apenas unos días después de presentar públicamente la Fiesta de la Bulería con "precios populares", la exalcaldesa María José García-Pelayo anunciaba hace un año, en la recta final de su mandato, que el tercer festival flamenco más antiguo de España pasaba a tener entrada gratuita por primera vez en sus casi 60 años de historia. Aquella decisión repentina, que se justificó en algo así como la gran acogida que había tenido la ciudad con la salida de la Vuelta ciclista a España desde el Mamelón, no pasó por el pleno y no contó con respaldo de la Intervención municipal, el máximo órgano fiscalizador de la gestión del Ayuntamiento y directamente conectado con el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
Y no contó con dicho informe preceptivo, según ha podido saber lavozdelsur.es, porque directamente no se solicitó, lo que a su vez provocó un grave incumplimiento del Plan de Ajuste del Ayuntamiento que aprobó en solitario el propio gobierno de Pelayo. De hecho, de manera rocambolesca, un mes después de celebrarse la fiesta flamenca el pleno aprobó el Presupuesto para 2014 -se mantuvo casi todo el año el de 2013 en prórroga- con unos ingresos de más de 27.200 por una celebración para la que finalmente no hubo taquilla. Ahora se ha sabido que el evento tuvo un coste de 85.700 euros, un 47% más que este año, cuando su organización no llegará a los 46.000 euros, la cifra que se ha venido manejando en los últimos años precedentes a la barra libre preelectoral de 2014. La decisión de la gratuidad del evento no pasó por pleno para su aprobación, algo de obligado cumplimiento en los ingresos públicos. En cambio, se eludió la responsabilidad legal y, en paralelo, tener que pasar el filtro de un informe de la Intervención que como ha ocurrido este año hubiese sido contrario al incumplir precisamente el programa de ajustes que provocó la privatización del agua o despidos masivos en el Consistorio.
Si el PP pasó de anunciar tres tipos de precios (20, 10 y 7 euros) para abaratar y espolear el acceso público al evento y acabó días después poniéndolo gratis, ¿por qué el gobierno municipal del PSOE, con el apoyo de Ganemos e IU, quiso copiar aquella propuesta este verano y ha acabado resignándose a cifrar el coste de cada entrada en 20 euros? Pues porque en esta ocasión sí se ha solicitado informe a la Intervención y ésta lo ha frenado en seco. Para rebajar los precios habría que modificar el precio público de este evento -fijado en 20 euros la entrada-, pero el Plan de Ajuste en vigor en el Ayuntamiento impide no solo que se modifiquen estos precios sino que remarca la obligatoriedad de garantizar en este año el 75% de la financiación del coste global por la celebración de este tipo de eventos no obligatorios.
Comoquiera que el año pasado, primer año de vigencia de esta imposición, la cobertura exigida debía ser del 50% del desembolso, el anterior ejecutivo obvió el cambio de este precio público y, directamente y sin llevar la desviación presupuestaria a pleno, pasó a realizar el evento con carácter gratuito. Como no había que pasar por el máximo órgano de decisión municipal tampoco se reclamó el preceptivo informe de fiscalización y así salió adelante la edición más polémica de la Bulería desde el famoso incidente durante la actuación de José Mercé en 1997. Evidentemente, la fiesta de 2014 resultó ser un éxito de asistencia (unas 4.000 personas en un recinto acotado) pero no dejó de resultar un fiasco artístico (principalmente por las dificultades para escuchar a los artistas por el ruido y el bullicio externo) y para quienes se quedaron fuera.
En las últimas legislaturas, la Bulería, con cada vez menos trascendencia en cuanto a repercusión social, mediática y artística, se ha convertido en una de las pruebas de fuego de la gestión política cotidiana del gobierno local de turno. La indefinición y la deriva de un evento cuya fórmula se ha venido agotando y apagando con el tiempo han sido objeto permanente de polémica anual, un crescendo en la bronca que ha sido directamente proporcional a una recaudación en taquilla que tocó fondo en 2013, cuando apenas se despacharon 600 entradas. En la edición del próximo sábado, se espera completar un aforo de 2.500 localidades en el estreno del Alcázar como sede del mítico evento. Eso sí, a 20 euros la entrada.
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