El gobierno local sale a la calle: "La idea es que hagamos ciudad a través de los barrios"

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El ejecutivo socialista celebra la primera de las seis asambleas ciudadanas que prevé realizar por la ciudad. Los vecinos de las zonas Norte y Oeste abren fuego: "No pedimos obras faraónicas".

“No pedimos obras faraónicas”, dice uno de los presentes en el salón de actos del centro cívico Rosa Roige, ubicado en la zona Noroeste de la ciudad. Ahí se celebra la primera de las seis asambleas ciudadanas que el gobierno local tiene previsto hacer en los próximos días, una idea que venía incluida en el programa electoral con el que los socialistas concurrieron a las municipales de 2015.

El acto comienza con retraso. Los miembros del equipo de gobierno están puntuales, pero los vecinos comienzan a hacer reivindicaciones en la puerta del salón de actos. La alcaldesa toma nota. Y no, no son obras faraónicas lo que piden los vecinos de las zonas Norte y Oeste, se centran más bien en arreglos de los equipamientos públicos. Juan Pedro, el vecino que pronuncia la frase que abre el artículo, se queja de la terminación de las obras del carril bici que, en la calle García Lorca, ha dejado prácticamente inservible un paso de cebra. “Ahora no para nadie”, apunta. La alcaldesa Mamen Sánchez asiente y asegura que es “peligrosísimo”. Toman nota de la propuesta.

Así transcurre la asamblea. Los vecinos, que previamente han tenido que registrar las preguntas, van tomando la palabra e interrogando directamente a los miembros del gobierno local. “La idea es que hagamos ciudad a través de los barrios”, sostiene la alcaldesa, que anuncia que en los presupuestos de 2017 —que supuestamente se aprobarán en octubre— se ampliará la partida destinada al mantenimiento de equipamientos públicos. “Hay mucho que hacer en todos sitios, la calidad de vida la marcamos haciendo barrio entre todos, hay que implicar a las empresas privadas, a los colegios…”, enumera la regidora.

Francisca Casado tiene un problema. En un jardín cercano a su vivienda hay un enorme agujero por el que no paran de salir ratas. También hay en el centro cívico muchos residentes de San Juan de Dios, que piden un parque infantil —“¿por qué todas las barriadas lo tienen y nosotros no?”, pregunta un vecino—, un campo de fútbol o que se alquitranen las calles. “A la barriada jamás se le ha prestado la atención que debiera”, reconoce Francisco Camas, teniente de alcaldesa de Urbanismo, que añade que la idea es “redistribuir lo que tenemos”.

La mayoría de quejas son en relación a las infraestructuras de las barriadas. Ya lo preveía Santiago Galván antes del inicio de la asamblea: “Al que van a acribillar a preguntas es a José Antonio (Díaz, teniente de alcaldesa de Infraestructura)”. A él van dirigidas muchas de las cuestiones. Y da un dato: “Después del ERE que hizo el PP tenemos 20 trabajadores en Infraestructuras y doce para Parques y Jardines”, asegura Díaz, que añade luego: “La plantilla está envejecida, la ciudad más grande de la provincia no puede hacer brigadas permanentes por los barrios, es así de triste”.

Juan Manuel pertenece a la asociación de vecinos de Montealto y pide mejoras en el alumbrado, la limpieza de una parcela cercana al Almendral —que tiene “mucha basura y escombros”— y otros arreglos menores. Begoña, miembro de una asociación que realiza actividades para “personas con dificultad social” pregunta por la posibilidad de acogerse a algún tipo de subvención. La teniente de alcaldesa de Acción Social, Carmen Collado, responde: “El anterior gobierno dio 300 subvenciones directas, nosotros entendemos que eso debe hacerse de manera puntual, por lo que queremos hacer un concurso público de libre concurrencia”.

“El estado de las calles, el alumbrado y la limpieza también son responsabilidad de los ciudadanos”, sostiene Camas, que matiza que “no es echar balones fuera, pero no tenemos más remedio que echar mano de nosotros mismos” para tener unos equipamientos públicos decentes.  Carlos es vecino de Tomás García Figueras. A él le preocupa, dice, el estado del acerado. “El parque de La Unión es el París-Dakar”, asegura, y también se queja de algún tramo del carril bici. “Mis niños se hacen mayores y no ven un parque infantil aquí”, añade. Además, es miembro del Grupo Teatro Jerez, para el que pide un local. “La sede es mi casa y no queda bonito que mi niña de 15 meses esté por allí cogiendo las pinturas…”, recalca. El teniente de alcaldesa Francisco Camas reconoce que “muchos colectivos piden sede” y que algunas “no tienen el uso debido”, por lo que queda en estudiar el caso.

Con varias reivindicaciones de este estilo concluye la que es la primera asamblea ciudadana del gobierno local. La próxima será el 27 de septiembre en el Centro Social Blas Infante (Centro-Este), la siguiente el 3 de octubre en el Centro Social La Granja (Noreste), luego el 4 de octubre en el Centro Polivalente de San Telmo (zona Sur), el 5 de octubre en el Teatro de Guadalcacín y el 6 de octubre en el centro cívico de San Isidro.

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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