En el marco del fin de semana del Black Friday, este sábado el grupo local de voluntariado de Greenpeace y participantes de El Brote Rebelde y Ecologistas en Acción El Puerto han salido a la calle, a una de las principales arterias del consumismo de la provincia de Cádiz, para denunciar que el “viernes negro” está agotando los recursos del planeta, destruyendo hábitats y generando emisiones de gases de efecto invernadero.
Los colectivos participantes en esta acción han apuntado a las grandes cadenas de moda y tecnología, ya que son los productos que más se compran estos días, y ha querido evidenciar las consecuencias ambientales y sociales del consumismo en una emergencia planetaria como en la que nos encontramos. Greenpeace, El Brote Rebelde y EA El Puerto denuncian que el consumismo que se promueve en el Black Friday está agotando los recursos del planeta y agravando el cambio climático y la pérdida de biodiversidad
El Black Friday representa el pico de consumo en la sociedad consumista, especialmente en las ciudades, pues hoy día el 55 % de la población mundial vive en zonas urbanas y se espera que esta cifra aumente hasta casi el 70 % en 2050. El consumo en las ciudades está relacionado con el 70 % de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Por ello, Greenpeace, El Brote Rebelde y Ecolosgistas en Acción El Puerto recalcan que las ciudades, las empresas y las personas tienen que cambiar para conseguir frenar estas emisiones y dar una oportunidad a las generaciones futuras.
El voluntariado de Greenpeace y participantes de El Brote Rebelde y Ecologistas en Acción El Puerto han accedido al interior de numerosos establecimientos de grandes cadenas para añadir una etiqueta más a decenas de productos con la frase “Si no lo necesitas, no lo compres”, con la intención de informar a las personas consumidoras de que existen otras alternativas al consumo superfluo, como la reparación, la reutilización, el intercambio o la compra local y de proximidad, mucho más sostenibles.
Al mismo tiempo, blandiendo una pancarta con el lema “Sin stock, planeta agotado”, han escenificado a las puertas de grandes cadenas ser códigos de barras que repartían folletos con información sobre el modelo consumista al que nos han llevado las grandes industrias y las posibles alternativas para cambiar la situación. A su vez, lanzaron proclamas y portaron un panel con fotografías impactantes para indicar las consecuencias del consumismo en nuestro planeta, resaltando la magnitud de residuos de la “fast fashion” y electrónica y la precariedad laboral y salarial que acompaña al consumismo. Con estas actividades quisieron denunciar los efectos que fechas consumistas como el Black Friday tienen sobre el planeta: deforestación, pérdida de biodiversidad, contaminación del aire y del suelo, extracción de materias primas y alteración del suelo y disminución de la cantidad y calidad del agua. El consumismo es la combinación de factores perfecta para acelerar aún más la crisis climática actual y la pérdida de biodiversidad.
Desde 2015, las ventas durante los días que actualmente dura el Black Friday han aumentado un 10-20 % cada año, incrementándose también de forma exponencial las compras online, que originan numerosas emisiones de gases con efecto invernadero con el transporte de los productos y numerosos desechos no reciclables como plásticos procedentes del embalaje. Esto provoca graves consecuencias en el medio ambiente como la destrucción de hábitats, contaminación, malgasto de recursos y energía y la generación de ingentes cantidades de residuos.
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