Patricia Guerrero, entre la realidad y los sueños

La granadina presenta en el XXIII Festival de Jerez 'Distopía', que surgió de un encargo del Centro Pompidou de Málaga. Ana Latorre debuta en solitario en Sala Paúl con un autorretrato dancístico, 'Leiva yo a contar...'

Los protagonistas de la jornada del XXIII Festival de Jerez. FOTO: Javier Fergo para Festival de Jerez
Los protagonistas de la jornada del XXIII Festival de Jerez. FOTO: Javier Fergo para Festival de Jerez

De la utopía imaginaria a la dura realidad. Un largo camino entre los sueños y los hechos que Patricia Guerrero recorre con su baile y al que llama Distopía. Asume así el rol de un personaje femenino que sufre las contradicciones de una sociedad corrompida y que oprime a las mujeres. Este espectáculo, basado en las emociones, se pondrá en escena este martes día 5 de marzo en el Teatro Villamarta. No obstante, la primera propuesta de la jornada llegará de la mano de la joven bailaora Ana Latorre que, en Sala Paúl y dentro del ciclo Baile con Ellas, estrena Leiva yo a contar..., su primer espectáculo con un carácter “totalmente autobiográfico”.

La idea de Distopía surgió de una propuesta que hizo el Centro Pompidou de Málaga a Patricia Guerrero para ilustrar la exposición sobre las utopías modernas. A partir de ahí, con la colaboración del director de escena Juan Dolores Caballero, la bailaora crea un personaje femenino que sufre en carne propia las contradicciones de una sociedad que acaba por pervertir cualquier utopía hasta convertirla en distopía. Esta deformación se lleva hasta el filo de la más cruel de las dictaduras y se adentra en la dominación del hombre hacia la mujer.

“La protagonista está en una sociedad y ambiente distópico y en la obra se ‘vive’ esa relación con esa sociedad, con esa gente, con esa crudeza para la mujer que impide que viva la vida y que acorta su propia personalidad”, explicó Patricia Guerrero ante los medios de comunicación. A su juicio, la distopía es “un tema muy actual”. Si en ‘Catedral’ (su anterior trabajo premiado con un Giraldillo en la Bienal de Sevilla en 2016) abordaba el papel de la mujer en el ámbito religioso, ahora esta visión se amplía “desde el punto de vista social y político”. “Vivimos en un mundo ideal, pero sólo aparentemente, donde el individuo carece de personalidad”, aclaró.

Para ello, ha tenido que crear “una especie de código nuevo” dentro de su lenguaje dancístico “para poder contar todas esas contradicciones de la protagonista”, informó. Y ese reto lo ha aceptado “con enorme ilusión” porque no quiere ponerse límites como artista, al igual que no quiere dejar de hacer lo que desea “por ningún tipo de imperativo social”.

Cuatro partes

Distopía discurre entre la realidad y el sueño, la verdad y el delirio, a través de un imaginario sonoro y de movimiento que se entrelazan hasta convertirse en un juego de pulsiones. “Todo empieza con la fiesta y el recuerdo”, precisa Patricia Guerrero, pero el devenir de este montaje se aleja de este principio. Dividido en cuatro partes, la primera (Utopía) sirve para situar al personaje en un ambiente que recuerda al cine de ficción futurista poblado por personas robot que se mueven siguiendo el ritmo de pautas establecidas. En las otras partes se muestra el dominio físico de los hombres, a los que ella pretende emular (La Fuerza), la necesidad de amar de toda mujer (El Amor) y, ante la imposibilidad de escapar, aparece finalmente La Locura.

Con respecto a su estreno, Distopía llega a Jerez “con un desarrollo más redondo” y con “algún pequeño cambio” que afecta a la música, pero que no alteran para nada la esencia de su propuesta. “No vamos más allá de los palos del flamenco, pero sí elaboramos un discurso más contemporáneo”, afirmó Juan Dolores Caballero que, además de la dirección escénica, ha creado la dramaturgia.

En el Teatro Villamarta, Patricia Guerrero estará acompañada por su elenco artístico habitual, al que se suman algunas novedades. Entre los primeros, el guitarrista Dani de Morón (autor de la música), el percusionista Agustín Diassera y el bajista José Manuel Posada ‘Popo’. Junto a ellos, estarán el bailaor Ángel Fariña y el bailarín de danzas urbanas Rodrigo García Castillo. Las voces serán las del cantaor granadino Sergio ‘El Colorao’ y una cantante lírica, Alicia Naranjo, que pondrá el contrapunto a algunas escenas.

Su espectáculo Catedral la encumbró como artista (obtiene el Giraldillo al Mejor Espectáculo de la XIX Bienal de Sevilla y recibe dos nominaciones a los Premios Max 2017). Sin embargo, los inicios artísticos de esta joven granadina comienzan con 15 años en el Centro de Estudios Flamencos que dirigía Mario Maya, en cuya compañía formó parte del elenco del espectáculo Diálogo del Amargo. En 2010 entra en la Compañía de Rubén Olmo, participando en Tranquilo alboroto. Más tarde se convertiría en la primera bailarina del Ballet Flamenco de Andalucía, bajo la dirección del propio Olmo.

Asimismo, colabora con Arcángel en Olor a tierr y Las idas y las vueltas (con la Academia de Piaccere), una fusión de flamenco y música barroca por la que es galardonada con el Giraldillo a la Artista Revelación en la Bienal de Sevilla de 2012. La colaboración especial con Arcángel se mantiene con Tablao, estrenado en el Teatro Real de Madrid. Ha formado parte del elenco de la Compañía Andrés Marín, que ha puesto en escena D. Quixote en Francia.

Estreno autobiográfico

De otro lado, en Sala Paúl, se podrá ver el baile de la joven Ana Latorre, en el ciclo Baile con Ellas. Aunque no es la primera vez que participa en el Festival de Jerez enrolada en una compañía, ahora lo hace liderando su primer proyecto. Leiva yo a contar... establece en el título “un juego de palabras” con el apellido de su madre Nuria Leiva que, además de dirigir este montaje, ha sugerido la idea de llevarlo a cabo. “Es un espectáculo totalmente autobiográfico”, afirmó la bailaora. Su intención era recrear la vida de un artista (sus miedos, inseguridades, éxitos, fracasos….).

Sin embargo, a la postre, todo eso “ha desembocado en mí”, puesto que “he vivido este mundo a través de mis padres”. Y es que la hija del bailaor y coreógrafo Javier Latorre ha tenido siempre en casa los espejos adecuados en que mirarse. Así las cosas, Ana Latorre aún no sabe a ciencia cierta que, si sus progenitores no se hubieran dedicado al baile, tal vez ella no sería bailaora. O tal vez sí.

En Sala Paúl contará con el cante de Eva Ruiz y Roberto Lorente, además de la guitarra de Luis Medina (autor de la música) y el percusionista Javier Rabadán. A ellos se suma Daniel García como artista invitado. Ana Latorre desplegará sobre el escenario su propia coreografía, pero también las que llevan la firma de “gente que admiro mucho”. Entre esos coreógrafos se encuentran, al margen de su padre, Manuel Liñán, José Maldonado y Hugo López.

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