"Escribir fue la forma de gritar en voz alta lo que me comía por dentro"

Hace poco María Romero Moreno (Jerez, 1995) estuvo trabajando de oficinista en Londres. Una andaluza que, después de graduarse en Relaciones Laborales y Recursos Humanos, emigró para buscarse la vida. Consiguió trabajo, pero no se sentía ella misma. Los tiempos muertos la agobiaban. Y a veces llegaba a casa llorando. Le intentaba explicar a su pareja qué le pasaba, pero no le salían las palabras y él no la entendía.

"La situación me desbordaba, una rutina que estaba pudiendo conmigo. Escribir fue la forma de gritar en voz alta lo que me comía por dentro", confiesa. En el trabajo sacaba una libreta, otras veces cogía el teléfono móvil, y escribía. Eso es lo que lleva haciendo desde los 14 años de edad. Pero hace tan solo cuatro meses que decidió recopilar todas sus reflexiones y confesiones en un mismo libro: Cuando llueve (Círculo Rojo).

"Ha sido un recorrido muy largo", apunta. Y es que en su ópera prima podremos encontrar "mucho sentimiento, muchas experiencias que vivimos todos a fin de cuentas, desde un punto de vista muy personal y real. No lo he hecho bonito". "Es la vida de una persona desde los 14 años de edad hasta los 23. Son todas las situaciones a las que se enfrenta una persona, los cambios que le supone y las respuestas que da, incluso algunas que han pasado hace tiempo y que ahora he cambiado mi manera de verlo", explica la autora jerezana que a día de hoy está estudiando su segunda carrera universitaria: un grado de Magisterio Infantil.

En Cuando llueve María se desnuda al completo: sus pensamientos, su sufrimiento... "Vivo las cosas con mucha intensidad... Si no es para tanto, era algo que normalmente me decían. Yo soy consciente de que cada uno tiene unas prioridades. Lo que para mí es un mundo, para otras personas es un grano de arena. Y a veces me sentía culpable por sentir de esa manera. Vergüenza, miedo... a lo que sentía y miedo a cómo podían reaccionar los demás", expone.

Y le ha dado muchísimo miedo a abrirse, porque supone "abrirte a personas que pueden no entenderte, que pueden juzgarte... Pero ha sido un alivio. Me ha ayudado a que la gente de mi alrededor pueda entenderme con palabras que yo no era capaz de hablar, porque no era capaz de expresarme". Su manera natural y visceral de contar su historia, ha hecho que muchos lectores se sientan identificados con ella. "Creo que hay muchas personas que sienten lo mismo que yo, y que no saben cómo expresarlo. Me han dicho que la forma de contarlo les ha hecho sentir también a ellos", manifiesta.

"El día que yo lo diga en voz alta me van a tachar de rara", se decía a sí misma, pero algunas experiencias que le han hecho crecer como persona, como por ejemplo un desamor, debía aprender a exteriorizarlas, porque si no, "el dolor iba a seguir creciendo dentro de mi". Su ópera prima es una terapia y una forma de vomitar la rabia y el sufrimiento a través de palabras.