Aún resuena en los adentros de la hermandad la gran vivencia del pasado mes de diciembre con la salida extraordinaria de La Esperanza de la Yedra. Esa que se estableció por su presencia en la fiesta de la Inmaculada en la catedral: entre villancicos y marchas procesionales, la Virgen rompió los esquemas del tiempo. Y es que había ganas en la Plazuela de pasearla y lucirla, un desquite después de dos años atrapados.
Pero llega la Semana Santa y la cofradía aguarda su momento en la Madrugada; será igual pero distinto; como siempre ha sido pero con el ímpetu y el empuje de la gente de La Yedra. No hay cambios en horario, sí una ligera modificación en el itinerario: se cruzará la Alameda de las Angustias por encima y se cambia para seguir por Santísima Trinidad Medina en vez de calle Higueras.
La música tras los pasos la pondrán las siguientes bandas: en el Señor, la agrupación de la Estrella (Dos Hermanas). Tras el palio, las primeras horas la banda de música Fernando Guerrero (Los Palacios) y después la habitual banda Santa Ana.
La Esperanza, que lucirá como rostrillo el nuevo encaje de punto de aguja del siglo XVIII con una concha de oro a su alrededor, y, por ende, la hermandad al completo, tiene momentos sublimes en sus más de diez horas en las calles.
Pero no cabe duda que desde que entra en calle Sol y hasta la recogida, la hermandad experimenta una eclosión de júbilo singular: de barrio, de su gente y desde cualquier rincón, incluso desde ese corazón de plata que guarda La Esperanza y pasea en sus adentros, desde la noche a la mañana, con centenares de peticiones de hermanos y devotos.
Comentarios