Tras dos años en sus templos, la Semana Santa isleña ha vuelto a las calles de San Fernando con unos primeros días agridulces. El Domingo de Ramos, el tiempo permitió salir a las tres hermandades y realizar sus estaciones de penitencia al completo. Sin embargo, la lluvia hizo acto de presencia el Lunes Santo, donde ninguna de las hermandades pudo transcurrir por las calles cañaíllas, y el Martes Santo, día en el que no impidió las tres salidas pero obligó a algunas hermandades a recortar el recorrido y a otras a acelebrar el paso por los chubascos intermitentes.
A partir de este Miércoles Santo se esperan días de tranquilidad, con el sol y el cielo despejado invitando a las distintas hermandades a procesionar por sus barrios y por el centro de San Fernando. Tras varios días en los que apenas se ven por La Isla cortejos donde el luto es protagonista, el miércoles el negro comienza a ganar protagonismo en las hermandades.
La semana continúa con una de las hermandades que más kilómetros hace en la ciudad. Desde el barrio de la Bazán pondrán rumbo al centro el Gran Poder y la Virgen del Amor. La vuelta por Ancha y el paso por el puente que lleva el nombre de este mismo cristo son los puntos más destacable del recorrido, sin dejar de lado el transcurso por La Glorieta, donde las saetas ya son tradición. Más tarde se pondrán en la calle Vera-Cruz, con uno de los cortejos mejor formados de La Isla, desde el barrio de El Cristo, y los Servitas, desde la Iglesia Mayor. La recogida de la primera es el momento más emocionante, cuando rodea la plaza que lleva a su capilla. A la segunda merece la pena verla por el Callejón de las Ánimas, a pesar de que con el actual paso de la Virgen de los Dolores no cabe el público y hay que esperarla desde las calles perpendiculares.
El Jueves Santo es el día más numeroso de la Semana Santa isleña y comienza a las 14:30 horas, nuevamente desde el barrio de la Bazán. Allí comienza su recorrido la Hermandad de las Tres Caídas, la más joven de las que proocesionan en San Fernando. Pese a ello, ya tiene puntos en su recorrido muy reconocibles como su paso por la Venta de Vargas, donde se le dedican varias saetas. No mucho más tarde, a las 16:00 horas, se pone en marcha la Hermandad del Perdón, otra de las de barrio, en este caso de la Casería. En la salida se vuelca todo el barrio. Desde el más cofrade de San Fernando, La Pastora, sale la tercera hermandad de la iglesia que lleva el mismo nombre, el Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Piedad, cuyo momento imperdible es la bajada por Ancha.
De noche y dando paso a la Madrugá llega el momento del Cristo de la Expiración y la Virgen de la Esperanza, de la Hermandad del Silencio. A su paso se apagan las calles isleñas. El estrecho paso por Murillo con la única luz de las velas y los cirios merece realmente la pena. Antes de que el Silencio llegue a San Francisco, realiza su salida el Nazareno. La Hermandad con más devoción de la Semana Santa cañaílla. El Cristo del mismo nombre y la Virgen de los Dolores monopolizan la Madrugá hasta el punto de que, en sus primeras salidas, Tres Caídas intentó complementar las horas de esta noche cofrade, pero al igual que a Juan Carlos Aragón, el único acompañamiento que tuvo durante la mayor parte del trayecto fue la soledad. Como en la mayoría de hermandades de San Fernando, la mejor calle para ver al Nazareno es Ancha, aunque la salida y la recogida también son puntos de interés.
El Viernes Santo es el día más solemne con la salida del Santo Entierro que forman el Cristo Yacente y la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad. El cortejo está protagonizado por la gran representación de autoridades. Junto a ellas, en las calles de la Isla se pueden ver la Hermandad de los Desamparado, con la virgen que lleva el mismo nombre y el Cristo de la Sangre, una talla imponente de más de 1,90 que sale desde San José y la Hermandad de la Soledad, a la que también es la dolorosa la que da nombre aunque la precede el Cristo de la Redención, un misterio en el que los apóstoles trasladan el cuerpo de Jesús desde el sepulcro.
De noche, entrando en el Sábado Santo, la Hermandad del Rosario escribe uno de los últimos capítulos. Esta dolorsa recorre las calles de la Isla portada a hombros con una parigüela por hermanos de la hermandad. Es la única que no sigue la carga isleña. Sin embrago, tiene uno de los momentos más emocionantes. Durante el recorrido se reza el rosario. Su paso por el cementerio es difícil de definir.
Con el sábado de descanso, el Domingo de Resurrección es el turno de la Resurrección durante la mañana dominical. Su paso por el Parque Almirante Laulhé pone el broche a la Semana de Pasión.
Para esta semana, desde el Ayuntamiento municipal se ha puesto en marcha una aplicación para seguir el transcurso de las procesiones en la que, además de los datos de interes como itinerario, acompañamiento musical, número de penitentes o estrenos, también hay un localizador de cruz de guía para saber por dónde va cada hermandad en tiempo real.
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