La primera vez con la escena y los aplausos: "Han sacrificado los recreos de este curso para ensayar"

Foto de familia de los participantes del CEIP Torresoto, tras actuar en la Sala Paúl en la muestra de teatro escolar. FOTO: MANU GARCÍA
Foto de familia de los participantes del CEIP Torresoto, tras actuar en la Sala Paúl en la muestra de teatro escolar. FOTO: MANU GARCÍA

Nada ha cambiado en más de dos décadas y media, desde que pisábamos las tablas del auditorio de la plaza de Las Marinas con don Luis Mariano Fau y aquella barraca de teatro pedagógico de Mediazuela. Cuando la sala se apaga, como ocurría entonces, las gargantas siguen chillando de entusiasmo y curiosidad. Cuando nombran a los centros participantes, el alumnado estalla en aplausos de orgullo identitario. Cuando entre bambalinas se echa un mirada rápida al público, suben cosquillas del estómago a la boca. Y cuando se encienden los focos, la voz del narrador balbucea hasta encontrar el camino. Al correrse el telón, aplausos y caras de satisfacción. Ha cambiado desde entonces ese mensaje inicial en el que se pide que se apaguen los teléfonos móviles, pero la atmósfera y la magia del hecho teatral encarnado por los más pequeños abajo y arriba del escenario sigue de plena vigencia.

La muestra de teatro, música y danza escolar de Jerez, tan antigua en ediciones (26) como la de Sevilla y algo más joven que otras en España como las de Málaga (32 ediciones) o Eibar (35), reúne estos días en la Sala Paúl a unos 270 niños y niñas intérpretes de once colegios e institutos públicos del municipio, y a otros 3.200 estudiantes que llegan a este equipamiento como jóvenes espectadores. Paqui Estapia, empleada del servicio de Educación del Ayuntamiento de Jerez, anda desbordada organizando y coordinando la llegada arriba y abajo del escenario de un nutrido grupo de pequeños que, en esta ocasión, proceden de los colegios públicos Torresoto, Montealegre, Al-Andalus y El Retiro. Vienen con su algarabía, su murmullo infantil y su entusiasmo por una actividad extraescolar que algunas y algunos se toman muy en serio.

Un momento de la función representada por alumnos del Torresoto. FOTO: MANU GARCÍA

“La libertad se aprende ejerciéndola”, dijo Clara Campoamor cuando exigió el voto femenino. Las chiquillas del Torresoto, intérpretes de La Cenicienta que no quería comer perdices, aprendieron que “no pienso meterme en una 38 del Zara si tengo la 42”, como dijo la ratita presumida, o que si el príncipe quería perdices a todas horas y al punto, tendría que ser él mismo el que se las preparase. Si la Cenicienta acaba montando su propio restaurante vegetariano y el príncipe asumiendo sus nuevos roles y sintiéndose al fin “útil”, Pinocho seguía buscando la verdad, aunque al decir menos mentiras, ya podía llegar a rascarse la cara. “Hacemos un casting en el que se apuntan un montón de niños, ellos aspiran a los diferentes papeles que hay, como si fueran profesionales. Los conocemos bastante bien, hacemos una preselección en cada tutoría”, aseguran las tres docentes del Torresoto encargadas de dirigir la función, Mercedes Pozo, Milagros Múgica y Mari Carmen Fernández.

La Sala Paúl alberga estos días la muestra escolar de artes escénicas. FOTO: MANU GARCÍA

Las obras programadas deben transmitir valores: en unas, aparece la necesidad de cooperación; en otras, el respeto el medio ambiente; o, como en esta peculiar Cenicienta, la igualdad y el feminismo. “Todas las obras tienen valores educativos”, asegura Estapia, quien recuerda que han tenido que ampliar un día más la programación para cubrir la demanda de participación tanto de pequeños y grandes artistas como de espectadores. “Llevamos 26 años consecutivos, es una iniciativa muy consolidada y demandada por los centros educativos”, apostilla la coordinadora municipal de un certamen muy querido en la comunidad educativa local.

Una de las docentes, en plenos preparativos antes de la función. FOTO: MANU GARCÍA

Tras acabar la función, Mari Carmen, Milagros y Mercedes bajan con sus niñas y niños a la sala contigua, llevan el atrezzo entre los brazos, y los pequeños de Primaria dan saltos de alegría tras la gesta conseguida por segundo día consecutivo. “Ayer se les vio más nervioso, hoy Cenicienta ha estado súper bien”, dice una de las seños. El trabajo ha sido intenso desde primeros de curso con los 28 alumnos que han participado. Números musicales, coreografías, largos textos y narraciones, y actrices y actores de primer nivel… Todo ello, con apoyo de las madres y padres del Ampa de un colegio del Distrito Sur de Jerez que está dentro de un proyecto coeducativo de convivencia positiva, que han confeccionado todos los decorados empleados en la función.

“En el colegio hay mucho arte y nuestras super madres se han portado de chapó”, mantienen orgullosas las maestras, que no quieren que se nos olvide apuntar una cosa: “Hay que decir que han sacrificado todos los recreos de lo que llevamos de curso para ensayar, tienen mucha vocación artística”. La verdad, como decía Lorca en su Charla de teatro (1935), la tiene el que dice "mañana, mañana, mañana y siente llegar la nueva vida que se cierne sobre el mundo”. Después de tanta política y tanta mentira, la verdad en los ojos de los niños que suben la temperatura de ese termómetro del pueblo que debía de ser el teatro. Y la verdad en la mirada satisfecha de esas docentes de la educación pública que hacen más política real que cualquiera con carné y mando en plaza.

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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