El pueblo más grande de Andalucía con 'cero contagios' por coronavirus: "No somos invencibles"

Daniel Pérez, alcalde de Puerto Serrano y periodista, relata cómo el municipio que dirige, en la frontera entre Cádiz y Sevilla, ha cumplido más de dos meses luchando sin descanso contra la pandemia

Daniel Pérez junto a sus concejales Isabel Gómez (i) y Nazaret García, en días pasados en Puerto Serrano. FOTO: MANU GARCÍA
Daniel Pérez junto a sus concejales Isabel Gómez (i) y Nazaret García, en días pasados en Puerto Serrano. FOTO: MANU GARCÍA

Nubes y claros en un día laborable en Puerto Serrano. Colas desde temprano a las puertas de la Caja Rural, operarios que reforman acerados que no se tocaban desde hacía años, trasiego de algunos coches por las calles del pueblo, pequeñas tiendas de proximidad levantan la persiana, algunas mujeres pasean, otras limpian la puerta de su casa. “¿Ves aquello? Allí empieza la Vía Verde de la Sierra (de Cádiz), eso ya es Sevilla”. Una frontera imaginaria separa las provincias de Cádiz y Sevilla dentro de Puerto Serrano. “¿Has visto el cartel de bienvenida al pueblo? Eso es Sevilla”. Esa delgada línea separa las fases de desescalada en los saltos interprovinciales, pero también la calma y la tensión que recorren al pueblo andaluz con más habitantes que ha logrado burlar al bicho.

Quien hace de cicerone por las calles del municipio es su alcalde, Daniel Pérez (IU), que estos días lo mismo reparte mascarillas, que reprograma el presupuesto, que explica a una vecina hasta dónde puede llegar para coger caracoles y espárragos. “¡Ea!”, saluda a un vecino. “Buenos días”, le lanza a otro. “¿Vas a abrir el bar?”, pregunta a otro bolichero (o polichero, un gentilicio vinculado con el origen de esta aldea donde se dedicaban a los boliches de carbón). “No lo tengo claro, mejor vamos a esperar a que la cosa esté más tranquila”, replica. En este pueblo de unos 7.000 habitantes, acostumbrado a salir en las noticias por cosas negativas, celebran un récord positivo de más de dos meses ajenos a la pandemia de coronavirus que se ha cobrado más de 27.700 víctimas mortales y ha contagiado a más de 230.000 personas en el país.

Que aguantemos a cero es, fundamentalmente, una cuestión de suerte, aunque creemos que el Ayuntamiento está cumpliendo con su parte y el pueblo también

¿Cómo es posible que en la vecina Alcalá del Valle hayan fallecido doce personas y se hayan registrado 75 positivos confirmados? Según los datos que actualiza diariamente la Consejería de Salud y Familias, y que son públicos desde hace algunas semanas, Puerto Serrano sigue libre de Covid-19. “Para nosotros cada día que pasa con la casilla en cero contagiados es una victoria, pero somos conscientes de que es una situación puramente circunstancial, que puede cambiar en cualquier momento”, reconoce Pérez, periodista de profesión, con varios premios de periodismo en su haber y con una dilatada trayectoria ya en las tripas de Izquierda Unida en la provincia. Puerto Serrano tiene 7.000 habitantes, y una enorme movilidad laboral. De ahí su preocupación total en unos meses en los que ha dormido muy poco y, a diferencia de muchos confinados, no ha parado de perder peso.

Arco desinfectante, a la entrada de la localidad. FOTO: MANU GARCÍA

“No podemos comparar su situación con la de otras poblaciones mucho más pequeñas, que también siguen a cero, pero que no están tan estratégicamente situadas en un nudo de carreteras que une las provincias de Cádiz, Sevilla y Málaga. O que no tienen una parte tan importante de su población trabajando en la costa del sol (sobre todo en la construcción) o en campañas agrícolas donde comparten cuadrillas con gente de toda Andalucía. Que aguantemos a cero es, fundamentalmente, una cuestión de suerte, aunque creemos que el Ayuntamiento está cumpliendo con su parte y el pueblo también”.

Y algo, claro, han hecho para conseguir mantener a raya al SARS-CoV-2: “El día antes de que se iniciara el estado de alarma, reorganizamos todo el equipo de gobierno, en función de las nuevas prioridades. Todos los concejales pasaron a encargarse de tareas relacionadas con el coronavirus, además de las propias de su parcela. La prioridad fue proteger la residencia de ancianos, que es nuestra principal preocupación, y garantizar la seguridad de las trabajadoras y usuarios de ayuda a domicilio”. Todos han dado negativo en los test, internos y personal. No ha sido fácil llegar a esto, recuerda el munícipe. “Hubo que reordenar los servicios, conseguir equipos de protección, comprar productos para desinfectar, coordinar un batallón de trabajadores y voluntarios para salir a desinfectar las calles, reforzar la seguridad con Policía Local, cuadrar las visitas del Ejército, Infoca, Básica, Bomberos y empresas especializadas para que completaran un calendario de desinfecciones completo, y pensar también en el día después, en la situación en que va a quedar Puerto Serrano”. 

Acabando la temporada de fresas, arrancando la de melones, este pueblo donde el mes pasado bajó el paro en 29 personas tiene un total de 615 desempleados: en torno a un 21% de tasa de paro; en 2006 tenía un 11,8%. “Antes de que empezara todo esto éramos el pueblo con la renta familiar más baja de la provincia. Si las previsiones se cumplen y entran en recesión 172 países, Puerto Serrano no cuenta precisamente con un buen punto de partida. Ya estamos repartiendo alimentos y productos básicos a unas cien familias, gracias a la labor coordinada de Servicios Sociales, Cáritas y Mirando a Tu Alrededor, además del Banco de Alimentos”. Pero el número de personas necesitadas no ha dejado de crecer desde que comenzó la crisis “y somos conscientes de que seguirá aumentando. Por eso vamos a fortalecer los servicios asistenciales, vamos a bonificar impuestos y tasas para los comercios cerrados y vamos a intentar practicar políticas sociales hasta donde la situación de nuestro Ayuntamiento nos lo permita”. 

Operarios, en una obra en Puerto Serrano, en días pasados. FOTO: MANU GARCÍA

La esperanza está en el campo, en la tierra. Ahora somos más conscientes de que una lechuga siempre será necesaria. Y de que siempre habrá quien tenga que recoger patatas mientras otras cosas no esenciales puedan esperar. “Tenemos la esperanza de que el campo y el sector primario, al que siempre se ha tratado como el hermano feo de la economía, ha demostrado que es realmente imprescindible. La sociedad no puede subsistir si los agricultores no producen y si los jornaleros no recogen los productos de la tierra. Si ellos no trabajan, nosotros no comemos. Son nuestro pilar fundamental, y se les ha estado despreciando durante décadas”. Este mensaje de conciencia de clase recupera ahora todo época de incierto futuro socioeconómico. El campo parece que está resistiendo el crack, dentro de lo que cabe, y "eso puede darnos algo de aire”, dice confiado el alcalde de una localidad que nació como una aldeíta pobre, pobre, y que ahora es un gran pueblo en el que la mano de las administraciones públicas y los fondos europeos han brillado por su ausencia. “La construcción sí está sufriendo una merma y, por supuesto, el comercio. Ya estamos trabajando en un plan que parta de un análisis objetivo de la nueva realidad y que preste soluciones a medida, dentro de las competencias y posibilidades del ámbito municipal”, comenta.

Daniel Pérez, junto a su equipo de gobierno, no permite relajaciones. “Que no tengamos ningún contagio a día de hoy es un arma de doble filo. Por una parte, es algo que puede animar a una parte de la población a continuar siendo estrictos con el cumplimiento de las medidas de prevención, pero por otra puede generar el mito, peligrosísimo, de que como en el pueblo no hay positivos confirmados, nos podemos relajar. Puerto Serrano no es inmune, no está vacunado, y el Ministerio de Sanidad ya ha comunicado que un porcentaje enorme de los contagios son asintomáticos. O sea, que nadie está a salvo cuando incumple la distancia de seguridad, o no se usan mascarillas o guantes, cuando se sale a hacer deporte sin respetar las limitaciones fijadas por el Gobierno, etc.... Puerto Serrano está orgulloso de lo conseguido, pero ese orgullo no puede ser la excusa que nos haga creernos invencibles, porque no lo somoso”. 

Pérez, en la plaza principal del pueblo, que lleva el nombre del primer alcalde fusilado por el franquismo. FOTO: MANU GARCÍA

Después de admitir, algo inusual en política, que está seguro de que “hay cosas que podríamos haber hecho mejor, como todos los ayuntamientos e instituciones que han tenido que enfrentarse, de pronto, a algo tan tremendamente desconocido, en líneas generales creo que hemos tenido un tiempo de respuesta muy rápido y hemos estado al pie del cañón desde el primer segundo, sin descanso, y en todos los frentes”. “Pero no nos quejamos. Estamos aquí para eso, igual que los sanitarios, los militares, la policía o cualquier otro servicio público. Ellos han sido nuestro alimento. Ver que las trabajadoras de la residencia se desvivían por proteger a los ancianos, por ejemplo, nos ha dado fuerzas para no flaquear, hasta en los momentos más duros. No teníamos derecho a eso. No lo tenemos”. 

"Esto ha sido un tsunami para el que nadie estaba preparado"

Pérez asegura que se “conjuraron” para ser “profundamente leales con otras administraciones y evitar ataques innecesarios”. Así ha sido. Ni siquiera que la Junta filtrara a un medio de comunicación los datos por municipios antes que a los propios ayuntamientos ha soliviantado a este alcalde bregado, en sus tiempos de redactor, en ese insoportable periodismo declarativo de ataque-contraataque partidista. “Esto ha sido un tsunami para el que nadie estaba preparado, un enorme galimatías para el que nadie tenía soluciones inmediatas, un laberinto lleno de salidas falsas y caminos ciegos. Obviamente hay unas administraciones que han estado más a la altura que otras. No podremos olvidar el lío inicial sobre quién debía de proveer de EPI a la ayuda a domicilio o al personal municipal situado en primera línea, con un sinfín de comunicaciones contradictorias en las que unas administraciones se arrogaban la competencia para después informar que la responsabilidad era de otros. Nos tuvimos que buscar la vida y nos la buscamos”. 

Movimiento en el pueblo, en fase 1 de desescalada. FOTO: MANU GARCÍA

Aquí, sostiene que “es de justicia reconocer que la Diputación de Cádiz, especialmente el diputado David de la Encina, de Bienestar Social, ha estado en todo momento muy cerca de nosotros. Creo que, ante la misma falta de respuestas, ante el mismo desconcierto, al menos nos hemos transmitido mutuamente calor y humanidad, por encima de siglas y partidismos. Reconforta encontrar esa identificación en la tarea de buscar el bien común, aunque es una pena que no podamos decir lo mismo de otros representantes públicos que parece que tienen atrofiado el sentido de la empatía. También Antonio Pavón, de UGT, ha demostrado, por lo menos con nosotros, un sentido del deber admirable. No había hora para hacer llamadas o devolverlas, y tanto uno como el otro siempre han estado al otro lado de la línea”. 

El papel solidario del pueblo de Puerto Serrano también ha sido estandarte positivo de la gestión de la crisis por el coronavirus. Asociaciones, clubs deportivos, colectivos de todo tipo, empresas, particulares, comercios… se han volcado con las donaciones: lejía, guantes, alimentos… “Son tantas que no hemos dado abasto para recogerlas y agradecerlas. También desde el Ayuntamiento hemos intentado que esa solidaridad sea de ida y vuelta”. Adquirieron impresoras 3D para que el colectivo de coronavirus Makers realizara pantallas de protección para servicios esenciales, policías, auxiliares, no sólo de Puerto Serrano. Han distribuido esas pantallas a hospitales, centros médicos y centros de diálisis de toda la provincia, desde el Puerta del Mar hasta el Punta Europa de Algeciras. “Es importante que no tengamos contagiados, pero más importante aún es que seamos capaces de mantener ese sentido de lo colectivo, para lo que estamos pasando y para lo que nos toca pasar”, advierte el alcalde, antes de recibir la felicitación de una vecina y, casi en el mismo acto, responderle: “¡Vamos bien, no hay que bajar la guardia!”. Ya queda un día menos.

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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