"Maricones, hijos de puta, iros de aquí, os vamos a matar". Con estas frases, un grupo de 13 agresores, 9 de ellos menores de edad, atacaron a unos amigos a los que presuntamente rompieron el tabique nasal, el pómulo y el fémur tras acorralarlos e increparlos en una brutal agresión homófoba en Alicante.
La investigación policial partió de la denuncia de la víctima el pasado mes de febrero y ha sido tremendamente compleja ya que el perjudicado no conocía a los atacantes y, ante lo brutal y sin sentido de la agresión, apenas pudo aportar datos. La Policía Nacional pudo detener a los trece, de entre 14 y 19 años, gracias a unas cámaras de vigilancia que captaron la persecución. La operación sigue abierta con la previsión de detener en los próximos días al menos a otros tres mayores de edad que están plenamente identificados.
La vicepresidenta y consellera de Igualdad, Mónica Oltra, ha condenado en nombre de la Generalitat la agresión y ha llamado a plantear una reflexión colectiva de "hasta dónde nos lleva la crispación pública". "No representa a la juventud valenciana", ha zanjado sobre la agresión a un hombre de 43 años en un parque de Alicante que se encontraba con dos amigos.
Oltra, antes de la presentación del Observatori Valencià de la Joventut, ha expresado como portavoz de gobierno la repulsa y condena "rotunda" de todo el Consell a esta agresión homófoba "motivada por la intolerancia y la violencia extrema de quien no entiende la libertad y diversidad". Pero ha hecho hincapié en que este informe revela que el 81% de los jóvenes valencianos está a favor de las libertades sexuales de las personas y de las identidades y orientaciones diversas en el ámbito afectivo y sexual, sin olvidar que "es un hecho de extrema gravedad por la extrema violencia que se ha ejercido".
Esta agresión, ha recalcado, representa la intolerancia y la violencia en "el clima que desde los ámbitos políticos y los discursos públicos se está generando de que uno puede atacar a otra persona simplemente porque tiene otra manera de querer o una afectividad diferente a la propia". "Tenemos que cortar estas actitudes", ha proclamado la responsable de Políticas Inclusivas, y "sobre todo una reflexión colectiva de hasta dónde la crispación pública, el relato público, el discurso público genera actos minoritarios e individuales de extrema violencia".
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