La alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, anunciará en unos días —presumiblemente a principios de la semana que viene— el organigrama de su nuevo ejecutivo municipal, donde contará con cuatro concejales más frente al mandato anterior para el reparto de competencias. Bajo este marco, sin que por ahora se haya filtrado nada sobre cómo piensa distribuir las tareas de su gobierno, lo que sí ha avanzado es que cada delegado municipal será responsable de un distrito de los siete con los que cuenta Jerez desde la entrada en vigor de la ley de municipios de gran población.
La micropolítica y las barriadas, tanto urbanas como rurales, es casi la obsesión de la regidora socialista, que entiende que hay que reforzar mucho más la conexión entre la administración local y el Jerez real, ese que a menudo habita en barrios muy abandonados desde hace décadas y muy deprimidos en cuanto a dinamización cultural y social. Igualmente, si la ciudad ha avanzado mucho en los últimos cuatro años en materia de negociación, diálogo y consenso entre fuerzas políticas, ahora Sánchez entiende que también toca dar más voz a la ciudadanía, una cuestión que ya prometió en 2015, pero en la que, debido al duro día a día de un ayuntamiento en bancarrota y totalmente desorganizado, así como a un gobierno muy reducido y hasta arriba de tareas, no se pudo profundizar.
"Hemos de seguir dando pasos para una ciudad más participativa, debemos ser una ciudad que viva en los barrios, ha sido una gran apuesta en estos cuatro años y queremos seguir apostando por ser un gobierno en los barrios", dijo la dirigente socialista durante su intervención momentos después de volver a ser proclamada alcaldesa de la quinta ciudad andaluza en población. A raíz de esa reflexión, añadió, "cada delegado municipal será representante de un distrito para apostar más por esa cercanía; y también en cada presupuesto municipal, los ciudadanos podrán elegir entre un número de proyectos de interés general y otros para sus propios barrios".
"Será una nueva forma de implicar a los vecinos en el diseño de su ciudad", ha insistido, si bien hay que recordar que ambas iniciativas no son nuevas. Por un lado, las consultas populares para proyectos de ciudad es algo a lo que ya se comprometieron los socialistas en 2015, al calor del asamblearismo del 15M; y por otro, la recuperación de los Presupuestos Participativos también es una vieja aspiración. Esta iniciativa de participación ciudadana se extinguió en la etapa del PP al frente del gobierno municipal, y surgió años antes con irregular resultado en tiempos de Pedro Pacheco, que se inspiró en el modelo pionero de Porto Alegre, en Brasil.
Con todo, el gran problema que sigue presentando la ciudad es la lacra del desempleo, que lleva a la exclusión social. Sin competencias en la materia, Mamen Sánchez sabe que el Ayuntamiento de Jerez puede colaborar mucho más como lubricante para facilitar la llegada de empresas e iniciativas privadas a la ciudad. Lo primero, agilizar la burocracia; lo segundo, no esperar a que lleguen las inversiones, salir a buscarlas y poner alfombra roja a todo aquel que llegue para aportar empleo y riqueza a la ciudad.
"Crearemos un departamento municipal específico dedicado a la captación de nuevas empresas, para atender a todas las empresas interesadas en instalarse en la ciudad", anunció en su investidura. Y explicó que la idea pasa por contar con "un nuevo espacio donde Ayuntamiento y agentes económicos y sociales, desde el acuerdo y el diálogo, compartamos información de necesidades, de los cambios administrativos y legales que podamos hacer dentro de nuestras competencias, para hacer más fácil la implantación y la puesta en marcha de esas empresas que potencialmente puedan llegar". "Hay que ser más ágil y simplificar los trámites todo lo que se pueda legalmente", subrayó después, para insistir en la necesidad de "diversificar" la economía jerezana, y sacarla de la estacionalidad, y la precariedad, con la que malvive gracias, fundamentalmente, al turismo.
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