Blas Infante escribió, en 1931, La verdad sobre el complot de Tablada y el Estado libre de Andalucía, una obra —que vio la luz varios años más tarde— en la que relataba un episodio semidesconocido de la historia de España. Pero muy importante. Entramos en contexto: el 12 de abril de 1931 se celebran unas elecciones municipales que fueron mucho más que eso, ya que este proceso electoral trajo la caída de la monarquía y la llegada de la Segunda República. Durante los días previos a la cita con las urnas, la candidatura encabezada por el padre de la patria andaluza, que lideraba la lista de los Republicanos Revolucionarios Federalistas Andaluces —de la que formaban parte personas tan diversas como Ramón Franco, hermano del dictador; el agrónomo Pascual Carrión; Pablo Rada y Antonio Rexach, miembros del cuerpo de aviación; y que apoyaba, sin participar, el anarquista Pedro Vallina—, sufrió un sabotaje que se vino a denominar el “complot de Tablada”.

La historia es la siguiente. La incertidumbre sobre los resultados que podía obtener esta formación en Sevilla —ciudad calificada por aquel entonces con el sobrenombre de “la roja”— tenía en alerta a los sectores más conservadores. Los oficiales apartados de la base aérea de Tablada, que dirige Ramón Franco, alertan a las élites monárquicas del peligro que supone esta candidatura, por lo que se procede entonces a armar una maniobra para desactivar a Infante y los suyos. El padre de la patria andaluza “se había presentado a las elecciones como forma de expresar sus ideas con libertad y tener acceso a la vía pública”, explica Manuel Ruiz Romero, biógrafo del dirigente andalucista y reciente ganador del Premio de Investigación Memorial Blas Infante que cada año otorga la fundación que lleva su nombre. “La candidatura era andalucista, republicana, revolucionaria y federal”, incide Ruiz, quien comenta que intentaba “incidir desde Andalucía en la Constitución que se iba a elaborar en las Cortes”.

El aviador Ramón Franco toma el control de la base de Tablada, despertando la ilusión de los soldados, que contemplaban de cerca al artífice de una de las hazañas de la época: el vuelo del Plus Ultra, un hidroavión de la Aeronáutica Militar Española que cruzó el Atlántico por primera vez en la historia. “Esto levanta recelos entre los oficiales monárquicos que habían sido apartados o marginados del mando militar en Tablada”, reseña Ruiz Romero, quien en su obra Complot de Tablada: República, Blas Infante y Andalucía Libre desvela detalles hasta ahora desconocidos del supuesto episodio de sublevación con el que los revolucionarios pretendían conquistar Sevilla para proclamar el Estado Libre de Andalucía. Nada más lejos de la realidad. El historiador jerezano, aunque reconoce que “hubo momentos de indisciplina por parte de los extraños", apunta que "nunca hubo un movimiento de sedición, rebelión o insurrección armada”.

“La prensa de derechas decía que se iban a repartir las tierras… y hasta las mujeres”, apunta Manuel Ruiz, quien tras inspeccionar más de 1.500 folios sobre este momento histórico, está en condiciones de afirmar que “el ministro Miguel Maura mandó a Sevilla a José Sanjurjo —director de la Guardia Civil— para pacificar Tablada y, 24 horas antes de las elecciones, sacó columnas del ejército a la calle y detuvo a mandos de Tablada”. El historiador apunta que “se quería hacer una limpieza de elementos militares revolucionarios” dentro de la base aérea, que fueron “condenados a cárcel, con métodos arbitrarios, con un juicio político, porque se analizan los contenidos de las elecciones: se censura que se repartan panfletos con el lema de Viva Andalucía libre, que se considera que era un grito secesionista”.

Menos de un año después, en agosto de 1932, el propio Sanjurjo “dio un golpe militar contra la República”, sostiene Ruiz Romero. “Esto te da una idea de que el Gobierno estaba elaborando un mecanismo de defensa para que la República no se fuera hacia la izquierda”. El biógrafo de Blas Infante señala que “nadie ha utilizado la fuente historiográfica que he usado, se había pasado de puntillas sobre este tema” y reseña que la candidatura del líder andalucista pretendía “establecer un contrapoder a Cataluña desde Andalucía”, por lo que no duda en afirmar que esto “demuestra que la cuestión territorial en España es una cuestión permanente”. El complot de Tablada, afirma Ruiz Romero, no existió como tal. “Fue un bulo”, afirma tajante, “un movimiento defensivo de la propia República”, utilizado por la derecha y la monarquía para trabajar en la “preparación permanente del golpe militar” que, en 1936, dio paso a la Guerra Civil.

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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