El Juzgado de lo Penal número 3 de Málaga ha condenado a doce meses de prisión a un guarda de un coto de caza de Loja (Granada) por colocar veneno y lazos ilegales para matar fauna en un coto de caza localizado en Archidona (Málaga), según ha explicado la ONG WWF.
Por estos motivos, la ONG ha felicitado a la Estrategia Andaluza Contra el Veneno por la "gran investigación realizada, sin la que hubiera sido imposible encontrar al culpable". La anterior condena por uso de veneno en Málaga fue en 2016, cuando WWF se personó como acusación en el caso, ha recordado la organización en una nota de prensa.
Los hechos de la condena se descubrieron en 2014, cuando agentes de medio ambiente y técnicos especializados de la Estrategia Andaluza contra el Veneno (EAV) y la Unidad Canina Especializada en la detección de venenos, tras el hallazgo de un perro muerto, inspeccionaron el coto de caza denominado El Almendral y sus inmediaciones.
Durante el conjunto de inspecciones se localizaron cebos envenenados con potentes tóxicos, además de varios zorros y lazos para la captura ilegal de predadores. Los mismos tóxicos y cebos encontrados en el campo fueron hallados también en las instalaciones propiedad de la persona ahora condenada, que ejercía de guarda del coto.
Además, se trata de un envenenamiento intencionado en el que el autor pretende dar muerte a una serie de animales que considera dañinos para las especies de caza y que, en muchas ocasiones, termina afectando a otras especies a las que no iba dirigido, han precisado desde WWF. En este caso, se pretendía acabar con los depredadores de las perdices de granja que se acaban de soltar en la misma finca.
Gracias a esta sentencia, se ha condenado al autor de los hechos por un delito contra la fauna tipificado en el artículo 336 del código penal a la pena de un año de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho a cazar y pescar durante dos años.
Para WWF este tipo de sentencias son de "enorme importancia" ya que el uso de cebos envenenados "no debe quedar impune". En este sentido, la organización valora que cada vez se están dedicando mayores recursos a la detección e investigación del uso de veneno para la fauna, incluyendo, como en este caso, el uso de perros detectores de cebos y animales envenenados. Desde la organización han recordado que el uso del veneno es una práctica ilegal utilizada en diferentes zonas del territorio andaluz, español y europeo para matar predadores por ciertos sectores de cazadores y ganaderos.
En el caso concreto de Andalucía, estos venenos se dirigen especialmente a perros asilvestrados y zorros, pero su nula selectividad supone una mortal amenaza para la fauna protegida, tanto mamíferos como aves, algunos en peligro de extinción, como el buitre negro, el alimoche, el quebrantahuesos o el milano real.
"Desde WWF queremos felicitar a la Junta de Andalucía por la continuidad en la aplicación desde 2004 de un programa específico, denominado Estrategia Andaluza contra el Veneno, que ha permitido reducir el uso de venenos en un 50 por ciento en los últimos años", indica la responsable del Programa de Biodiversidad de WWF España. "Desde WWF también hacemos un llamamiento para que se refuerce la persecución legal de estos delitos", concluye.
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